En un solo día y en una única compra, la diputada independiente Ivonne Acuña Cabrera gastó más de ¢3,2 millones en gasolina con el dinero que la Asamblea Legislativa pone a disposición de cada legislador para apoyar sus labores legislativas diarias. Once días después, salió del país y, desde entonces, no ha regresado a sus funciones alegando problemas de salud.
El dinero invertido en esa operación pudo alcanzar para llenar los tanques de 103 vehículos con los precios de la gasolina de ese momento y a razón de 45 litros por carro.
Así se desprende de un informe solicitado por La Nación a la administración de la Asamblea Legislativa. Acuña hizo la compra de combustible el 30 de noviembre y salió del país el 11 de diciembre.
Cada mes, los legisladores reciben, en una tarjeta de débito personalizada, un monto de dinero equivalente a 500 litros de combustible. La Procuraduría General de la República (PGR) ha advertido que este dinero es una “ayuda técnica” para la labor legislativa.
El dinero es acumulativo. Es decir, si en un mes un diputado no gasta la totalidad del recurso, el remanente le queda en la tarjeta. Al final de los cuatro años, los fondos no utilizados deben reintegrarse a los fondos públicos.
En el caso de Ivonne Acuña, ella acumuló remanentes mes a mes. En mayo del 2021, por ejemplo, la Asamblea le depositó ¢353.000, pero solo gastó ¢189.000; en junio, recibió ¢367.000 y gastó solamente ¢101.000.
El comportamiento fuera de lo normal se produjo el 30 de noviembre, cuando consumió ¢3.251.633. Se trata de un monto que, regularmente, un diputado no consume en un mes.
En ese momento, la gasolina súper costaba ¢714, la plus estaba a ¢697 y el diésel a ¢611. Si Ivonne Acuña hubiese comprado gasolina súper con esos ¢3,2 millones, habría llenado los tanques de 101 carros, o bien, 103 carros con plus. De haber adquirido diésel, la cifra de tanques que pudo llenar habría subido a 118.
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Luego, desde el 11 de diciembre, Acuña no se ha presentado a sus labores como legisladora, pero ha cobrado parte de las dietas por asistir a comisiones y plenario, entre diciembre y febrero, sin presentar un comprobante de alguna condición médica que le impida laborar.
Este medio trató de contactar a la legisladora para que explique la compra hecha del 30 de noviembre, pero no fue posible localizarla. Más tarde, a través de su periodista, Acuña envió una explicación a otros medios, pero no a La Nación.
En ese comentario, al que accedió finalmente este medio, la independiente adujo que con los ¢3,2 millones lo que hizo fue cancelar una nota de crédito por consumo de gasolina y alegó que por eso en los registros se refleja ese monto. No obstante, no explicó nada más sobre ese consumo millonario.
Además, insistió en que no va a trabajar por estar en crisis de una enfermedad crónica y asegura que la padece desde hace varios años; atribuye a eso su ausencia de comisiones y plenario.
El salario de un congresista se compone de ¢2.956.598 en pago por dietas y ¢1.044.116 en gastos de representación para un salario bruto de ¢4.000.714, más la ayuda técnica de los 500 litros de combustible.
Pese a solo haber estado en el país 10 días en diciembre, en ese mes Ivonne Acuña le cobró al Congreso ¢3.484.493, mientras que en enero de este 2022 recibió un salario de ¢3.826.797, pese a no asistir un solo día a labores, y solamente con entregar una carta a la presidenta legislativa, Silvia Hernández, y a las presidencias de las comisiones que ella integra, donde dice que está fuera “por motivos de salud”.
La página web de la Asamblea aún no reporta los datos de los salarios devengados por los legisladores durante febrero, pero la presidenta del Directorio había afirmado que, en ese mes, ella no aprobó los permisos de Acuña porque ya estaban aprobados los 10 permisos que por reglamento se le permite a ella autorizar.
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