“Deberían irse a África”. Así se lee en una de las cartas dirigidas a la diputada de Liberación Nacional (PLN) Maureen Clarke y a su colega de Acción Ciudadana (PAC), Epsy Campbell, la semana pasada, como parte de los ataques racistas que denunciaron ayer en la Defensoría de los Habitantes, en San José.
Ambas diputadas recibieron, en las dos últimas semanas, una serie de ataques por redes sociales y correos por su posición frente al racismo en el país.
Las amenazas e insultos llegaron al punto de que el Ministerio de Seguridad le ofreció protección especial a Campbell; sin embargo, la visita de dos investigadores de la Fuerza Pública a su casa fue revelada por un medio de comunicación nacional, lo que frustró la acción y le generó mayores inconvenientes a la congresista.
El problema de racismo en contra de la comunidad afrocostarricense, tanto en el Congreso como en ámbitos deportivos y educativos, empezó a desbordarse en las dos últimas semanas.
“En Costa Rica hay racismo, y esto ha surgido particularmente en las últimas semanas; no es solo contra las diputadas; esto es inaceptable y la sociedad tiene que tomar conciencia”, afirmó la defensora de los Habitantes, Montserrat Solano.
La chispa que encendió la serie de ofensas se dio luego de que la Comisión de Derechos Humanos solicitara al Ministerio de Cultura quitar el financiamiento para una puesta en escena de un musical sobre el libro Cocorí.
Además, las congresistas pidieron que se retire esta obra del difunto Joaquín Gutiérrez de la lista de textos del Ministerio de Educación Pública, por contener elementos que reproducen estereotipos que afectan a la población negra.
Las legisladoras asistieron ayer a una reunión convocada por la defensora Solano, en vista de las manifestaciones racistas en contra de los ciudadanos afrodescendientes tanto en redes sociales como en las graderías de estadios de fútbol.
Clarke señaló que desde que se inició el debate en redes sociales, se desató una campaña cargada de mensajes racistas que no se justifican bajo ninguna razón.
“En el caso mío, yo me acostumbré tanto que lo único que queremos es que Costa Rica se quite la careta y acepte lo que somos: un país que no acepta la diversidad”, dijo Clarke.
Se intentó hablar con Campbell, pero dijo sentirse afectada por la situación.
Defensoría interviene. En la cita de ayer con la defensora participaron la vicepresidenta de la República, Ana Helena Chacón; el Comisionado de Asuntos de la Comunidad Afrocostarricense de la Presidencia, Quince Duncan; el director del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), Josep Thompson, y otros funcionarios, con el fin de echar a andar un plan que incida en este tipo de conducta social.