"Y no se burlen y no hagan mofa, de un hombre humilde, porque ninguno de ustedes tiene la autoridad moral para hacerlo, porque cada uno de aquí tiene un pasado; no puede entonces animal de cola larga dormir en la calle porque se la majan, salvo raras excepciones, de personas a las cuales estimo mucho y les pido disculpas por lo que he dicho, pero animal de cola larga no duerme en la calle porque se la majan".
Con esta frase, pronunciada al borde de la histeria ayer en el plenario, el diputado de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Jorge Rodríguez Araya amenazó a sus compañeros del plenario legislativo con usar el pasado de cada uno (salvo raras excepciones) en caso de que no se le respete.
El enojo del legislador rompió luego de que el jefe del Partido Liberación Nacional (PLN), Juan Luis Jiménez Succar, le advirtiera que le quedaban 30 segundos para hablar, recordó el verdiblanco Antonio Álvarez.
El legislador es el mismo que se quejó de acoso ante preguntas sobre la idea de quitar los controles de GPS a los vehículos administrativos de la Asamblea.
Rodríguez Araya hablaba sobre el mantenimiento del patrimonio del país, en momentos en que el Congreso debate la construcción de un nuevo edificio con la oposición de la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura. Su disertación la hacía desde la curul de Jiménez, que en un momento le advirtió sobre el tiempo que le quedaba. Rodríguez, se interrumpió y encaró a Jiménez.
"¿Cómo es?, ¿cómo es?", dijo.
Algunas risas se escuchan de fondo en el video de la Asamblea Legislativa. Lo que exasperó aún más al diputado del PUSC.
"Yo les voy a decir una cosa, voy a retirar la palabra por una cuestión, meramente de patriotismo y porque creo que soy un diputado iguales a ustedes, aún y cuando me vean humilde, aún y cuando no tenga la posición económica de ustedes, aún y cuando no haya tenido la suerte de todos ustedes, pero... ¡si quieren respeto, ganénselos!, ¡gánesen el respeto!. Respétenme, porque yo los he respetado, y el que no me respeta en este campo, lo puedo esperar en cualquier lugar".
Así, a gritos y con atropellos lingüisticos de todo tipo, el diputado exigió respeto de sus compañeros de plenario.
Pero eso no bastó. De forma gratuita, según Álvarez, el legislador del PUSC insistió en retar "a cualquiera" a cualquier debate y en cualquier campo, aunque esto incluso conlleve que le dejen la cara golpeada.
Luego pasó del ring a la cancha de fútbol:
"Ya es hora de que yo ponga aquí y marque la cancha a aquellos que creen que pueden jugar conmigo. Jueguen conmigo!, traigan la bola y marcamos la cancha a ver cuántos goles... pero ni siquiera poniendo a Oscar (López, diputado no vidente) de portero van a meter uno (risas y se oye a Oscar López decir: 'gracias')", agregó.
Sin embargo, la amenaza más fuerte fue el de votar en contra de quienes se burlen de él, y llegó al borde del insulto con una frase que el legislador sabrá explicar mejor, según confesó el propio Álvarez.
"Aquí cada uno de ustedes representa no sé a cuántos señores, no sé a cuántas señoras, pero lo que les puedo decir esta tarde: por mi madre, por mis hijos, por mi pasado y por mi presente y futuro que espero, es que ustedes juegan con aquellos que creen que son menos que ustedes, y la verdad que, ¡donde yo me siento, algunos ponen la cara!", finalizó, enigmático, el congresista elegido en las urnas el 6 de febrero por los ciudadanos y distinguido como segundo secretario del Directorio legislativo el 1.° de mayo para dirigir la administración financiera del Congreso por sus compañeros diputados.