Diputados de varias agrupaciones calificaron de “insuficientes”, “tibios” o una “pérdida de tiempo” los resultados de la mesa de diálogo entre el Gobierno y sectores sociales pues, según aseveran, carecen de profundidad en temas fiscales, reformas estructurales y de reactivación económica.
Así reaccionaron los liberacionistas Carlos Ricardo Benavides, Gustavo Viales y Ana Lucía Delgado; así como el socialcristiano Pablo Heriberto Abarca; y el fabricista Jonathan Prendas.
Los congresistas valoran como positivo el acercamiento propiciado durante casi un mes de discusiones, pero consideran insuficientes las medidas fiscales consensuadas en ese foro.
Sostienen que se desaprovechó tiempo valioso para alcanzar mayores acuerdos para atenuar la crisis que este año podría generar un déficit fiscal del 9,3% del producto interno bruto (PIB) y una deuda de alrededor del 70% de la producción.
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Por su parte, Enrique Sánchez, jefe de la bancada oficialista, se enfocó en destacar como positivo el hecho de que la mesa acordara proponer medidas para reducir el déficit fiscal en una cifra equivalente al 2,2% del PIB, aunque la meta era un 2,5%.
Exige plantear propuesta
El expresidente legislativo, Carlos Ricardo Benavides, sentó su posición sobre los alcances de la mesa de diálogo en una publicación que hizo desde tempranas horas del domingo en sus cuentas de redes sociales.
“El tiempo es un recurso de lujo que no tenemos. La crisis avanza y el default se acerca. El gobierno debe asumir con seriedad y plantear, en los próximos 8 días, su propuesta para negociar con el FMI.
“El trabajo de la mesa de diálogo finalizó. Debe destacarse el esfuerzo y aportes de distintos sectores por buscar soluciones al problema fiscal. Sin embargo, no podemos esperar al 2023 en procura de resultados de muchas de las medidas sugeridas”, señaló Benavides.
La mesa de discusión cerró este sábado con mucha celebración en el Centro de Convenciones Costa Rica, ubicado en Heredia, pero las medidas concretas permanentes para reducir el déficit fiscal solo alcanzaron el equivalente a un 2,2% del PIB.
La cifra es inferior al 2,5% que se propuso como meta ese foro en medidas permanentes de aumento de ingresos y recorte al gasto público.
De hecho, parte de lo acordado son iniciativas de ley que ya están en curso, están a punto de aprobarse en la Asamblea Legislativa o son expectativas para concretarse en los próximos años.
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Al respecto, Benavides pidió claridad en cuanto a la definición de una agenda entre el Ejecutivo y el Congreso la cual, según sostuvo, debe empezar a implementarse a partir del mes de diciembre.
En ese mes inicia, precisamente, el periodo de sesiones extraordinarias en que Zapote coordina la agenda parlamentaria que, por primera vez será de ocho meses.
“Deben concentrarse esfuerzos en las leyes urgentes en materia fiscal y de reconstrucción económica, sin distracciones”, agregó al tiempo que señaló como prioridad aprobar una reforma al empleo público que implemente un salario global para actuales y futuros servidores.
Un segundo proyecto sería el de fondo de avales para otorgar créditos inmediato a empresas que sufren de liquidez y otro texto sobre jornadas flexibles, según Benavides.
Los dos primeros, a juicio del liberacionista, deben quedar aprobados en definitiva previo al receso de fin de año de los diputados, mientras que el de jornadas flexibles debería, al menos, quedar dictaminado y entrar en la agenda del plenario.
“En el primer semestre del 2021 el Ejecutivo debe impulsar la agenda de cumplimiento con el FMI y los proyectos para reanimar el empleo, la inversión y las exportaciones. Tiene que existir estrategia y presencia del Ministerio de la Presidencia en la Asamblea Legislativa”, pidió.
Por su parte, el diputado socialcristiano Pablo Abarca manifestó que el diálogo ha sido una “pérdida de tiempo muy valioso” y que el Poder Ejecutivo sigue sin hacer lo que le corresponde.
“Lo correcto era que él definiera una ruta, un planteamiento, un borrador, lo conversara con las fracciones, con los 47 diputados de oposición, se definiera una ruta y después de eso, sí, socializarla con los sectores para afinarla, para acomodarla.
“Pero realmente esto lo que está generando son temas que ya se sabían que estaban ahí, no es nada concreto, al final todo pasa por la Asamblea Legislativa como todos sabemos.
“De manera que está bien que se dialogue, pero me parece que la orientación ha sido errada y que lo que ocasiona es una pérdida de tiempo y de desgaste”, aseveró Abarca.
El socialcristiano calcula que aún aprobando en el Congreso toda la agenda acordada en el diálogo, “igual no resuelve el problema fiscal”. “Esa agenda no es suficiente y no tiene viabilidad política. Pretender imponerla es un error”, señaló.
En ese sentido, Gustavo Viales, también legislador del PLN e integrante de la comisión de Asuntos Hacendarios, sostuvo que el tiempo “no fue bien aprovechado.
“Quedaron iniciativas que no fueron abordadas como temas de reformas estructurales, propuestas concretas para reordenar el Estado. Mejorar, incluso, la carga tributaria y hacer más atractivo al país de cara a mercados internacionales y futuras inversiones”, señaló.
Así como Abarca, Viales cree que se discutieron temas con amplio avance en la Asamblea como una reforma al sistema de compras públicas en el Estado o la reducción de la deuda política, así como medidas administrativas que le corresponden al Ministerio de Hacienda en temas de evasión y elusión fiscal.
“No se tomaron decisiones importantes como el acuerdo con el FMI”, señaló el verdiblanco.
Resultados insuficientes
La legisladora Ana Lucía Delgado, también integrante de la comisión legislativa de Asuntos Hacendarios, aseguró que a pesar de la relevancia nacional del diálogo, “sus resultados son claramente insuficientes, frente a una crisis fiscal tan grave”.
Esa crisis, subrayó, llevaría al país a alcanzar “altos niveles de endeudamiento, más allá de lo que hemos experimentado en la historia reciente”.
“Es fundamental que el Gobierno comprenda que ya no hay tiempo y que las soluciones deben proponerse de manera clara, oportuna y comprensible. Deben ser medidas que otorguen sostenibilidad en el tiempo y no solo con miras al corto plazo.
“Deben ser estructurales, además de los inevitables recortes de gasto público. Su integralidad debe ir revirtiendo la situación fiscal, evitar que trascienda al resto de la economía y la vida social ya de por sí golpeada por la pandemia”, dijo la liberacionista.
Según Delgado, el problema es tan grave que el próximo año los costarricenses, en conjunto, alcanzarían una deuda de ¢9,4 millones por cada minuto que pase.
Por su parte, el fabricista Jonathan Prendas aplaudió el esfuerzo de sentar en una misma mesa a diversos sectores, pero califica de “tibias” las medidas fiscales consensuadas.
Insistió en la propuesta planteada por su bloque de renegociar deuda interna para bajar tasas de interés y disminuir el gasto corriente del Gobierno.
También sugiere renegociar alquileres de edificio para bajar los costos, reducir las transferencias a las instituciones y aprobar una ley de empleo público.
“El FMI no es el ogro de este cuento. Si obteniendo recursos del FMI a bajo costo se amortiza deuda y se implementan reformas necesarias de la estructura del gasto, mejoraríamos las condiciones de los costarricense”, finalizó el fabricista.
Mientras tanto, Enrique Sánchez, jefe de fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC), destacó los alcances de la mesa: “Deja un balance positivo en el contenido y en lo simbólico.
“En el contenido porque se lograron 58 propuestas relacionadas con las urgencias que tiene el país en materia fiscal, de crecimiento económico y generación de empleos.
“En lo simbólico porque estableció un espacio de confianza entre diferentes actores y sectores de la vida nacional para construir en colectivos propuestas”, aseveró.