Pilar Cisneros y los demás diputados de gobierno adoptaron el filibusterismo como estrategia legislativa, a pesar de que la administración de Rodrigo Chaves fustigó a los partidos de oposición que utilizaron esta práctica en los primeros dos años del periodo actual.
Solo en el proyecto para reducir el impuesto a los vuelos a Centroamérica, la bancada de Progreso Social Democrático (PPSD) presentó suficientes mociones (63) para alargar la discusión durante 15 meses. Finalmente, el pasado 9 de setiembre, los oficialistas las retiraron al negociar con el Partido Liberal Progresista (PLP) la presentación de un texto sustitutivo y el envío de consultas a sectores turísticos.
Dicha práctica de presentar decenas de mociones de fondo, en el trámite de un proyecto de ley, conocida como filibusterismo legislativo, fue fuertemente cuestionada por Pilar Cisneros durante los primeros dos años del gobierno, sobre todo cuando la usó el Frente Amplio (FA) para frenar el plan de jornadas laborales 4/3.
No obstante, ahora Cisneros justifica dicha práctica obstruccionista; lo hizo en el caso de los vuelos baratos y con otro proyecto, también del PLP, para la creación del parque natural Lorne Ross en Santa Ana.
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En el caso del plan de vuelos baratos, los legisladores de gobierno presentaron mociones que habrían alejado la iniciativa de su objetivo original o la habrían hecho inaplicable.
Antes del acuerdo, la fracción de gobierno había logrado frenar el avance de la iniciativa en plenario, aunque los jefes del Congreso habían acordado extender las sesiones del plenario por una hora más, una vez por semana, para discutir este proyecto.
En la sesión del 2 de setiembre, por ejemplo, utilizaron la palabra cinco diputados oficialistas: Manuel Morales, Pilar Cisneros, Paola Nájera, Jorge Rojas y Ada Acuña, con lo que impidieron que se votara siquiera una moción en 45 minutos.
A ese ritmo de discusión, si no había un acuerdo político, solamente se habría tramitado una moción por semana, es decir, cuatro mociones por mes. Para concluir con la votación de las 60 mociones pendientes, se habría requerido de 15 meses, en caso de que no se presentaran mociones adicionales, lo cual era poco probable, según lo reconoció Cisneros.
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En el caso del parque Lorne Ross, el PPSD presentó 45 mociones, de las cuales se han tramitado 41 en la Comisión de Ambiente, pero los legisladores también tienen la carta de presentar más en el plenario.
Tensión entre oficialismo y PLP
El mecanismo utilizado por el oficialismo generó que los diputados del PLP también agotaran 45 minutos discutiendo una sola moción de fondo sobre el proyecto del gobierno para cambiar el financiamiento del fondo de avales, a fin de utilizarlo en infraestructura vial.
Aunque el PLP solo presentó seis de las 11 mociones en debate, el oficialista Daniel Vargas se molestó al ver que una sola moción tomó casi una hora de discusión, y echó en cara a Luis Diego Vargas, jefe del PLP, y a Kattia Cambronero, que estuvieran obstruyendo ese proyecto como una revancha contra lo hecho por Cisneros y los demás oficialistas sobre el plan de vuelos baratos.
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“Entonces, como no me aprueban vuelos baratos, vengo y atravieso el caballo en el proyecto de fondo de avales; eso es así y ustedes lo tienen perfectamente claro, perfectamente claro”, reclamó Daniel Vargas.
Ante los reclamos y ataques del oficialista, tanto Luis Diego Vargas como Kattia Cambronero reaccionaron molestos y reclamaron el filibusterismo del partido de gobierno.
“Bueno, sin enojarnos, tranquilos. Yo creo que cada ladrón juzga por su opinión. Yo creo que, si ustedes dicen claramente que estamos actuando mal con mociones serias y formales, y ustedes tienen 63 mociones en vuelos baratos que dan vergüenza, o sea, que cambiaron una coma, que quitaron un ‘que’ o pusieron dos ‘que’, enojarse por eso es quedar al descubierto de que yo tengo una postura interesantísima y van a quedar reflejados de cuerpo entero”, respondió en aquella ocasión el jefe del PLP.
Cambronero también le reclamó al oficialista que ellos bloquearan sin reparo el plan de vuelos baratos.
Frente Amplio y fabricismo también usaron el filibusterismo
En el periodo actual, otros cuatro proyectos de ley se han ahogado bajo el peso del filibusterismo parlamentario.
El proyecto 21.182 sobre jornadas laborales 4/3 afrontó el trámite de 1.710 mociones, de las cuales 855 eran de fondo y las otras 855 eran sus correspondientes mociones de revisión. Varias de esas modificaciones eran herencia de los anteriores legisladores y la gran mayoría de la actual fracción del Frente Amplio (FA).
Pese a las fuertes críticas que lanzó Cisneros contra la práctica de obstruir en ese momento, ahora la oficialista justificó el uso de mociones para cambiar puntuación o palabras.
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“Porque no tuvimos tiempo, había que hacerlo sí o sí, para que el proyecto se parara. Con tiempo, hubiéramos podido reformar -y de hecho ya lo hicimos en vuelos baratos- cosas sustanciales”, argumentó la congresista.
Cuestionada por el abuso a conveniencia de las mociones, ahora que son ellos los opuestos a un proyecto, insistió en que sobre la propuesta para abaratar tiquetes de avión no pudieron escuchar criterios de nadie.
“¿Qué costaba enviarlo a una comisión y tomar criterios de gente que sabe y luego tomar la mejor decisión? No quisieron. En el caso del parque, igual, era a golpe de tambor sin escuchar a la gente involucrada. Así no se hace legislación, a mi juicio”, comentó Cisneros en entrevista con La Nación.
La oficialista justificó que se vieron forzados a usar el obstruccionismo porque la mayoría de los diputados aprobaron que se dispensara de trámites el proyecto de Eliécer Feinzaig, del PLP, para tramitarlo de forma acelerada en el plenario.
El filibusterismo no es una estratagema exclusiva del FA ni del oficialismo, pues también los fabricistas del Partido Nueva República (PNR) han sofocado de mociones dos proyectos de ley: el 20.970 del exdiputado José María Villalta, para prohibir las terapias de conversión y, más recientemente, el 23.579, del oficialista Manuel Morales, Ley para declarar a Costa Rica como país libre de exploración y explotación de petróleo y gas.
En febrero, Fabricio Alvarado amenazó con presentar otro centenar de mociones, ya en el plenario, si los jefes hacían avanzar el proyecto de terapias antes de que él consultara a organizaciones religiosas que se oponen al proyecto.
En cuanto al plan antipetróleo, actualmente nada en aguas turbulentas, ahogado por 129 mociones del fabricismo, de las cuales solo 18 se han votado.
Carolina Delgado, del Partido Liberación Nacional (PLN), hizo lo propio para bloquear el proyecto de reforma a la Ley contra la delincuencia organizada (expediente 23.090), a inicios del 2023.
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Primero, frenó dicho proyecto con 500 mociones dentro de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico del Congreso, pero luego hizo lo mismo en el plenario, con 519 mociones que buscaron frenar el plan, que debía aprobarse antes del 6 de junio del 2023.
El plenario tuvo que trabajar a doble sesión, mañana y tarde, durante 14 sesiones, con tal de sacar con la mayor celeridad el trámite de esas mociones.