En medio de un intenso calor nicoyano, que superaba los 31.º Celsius la mañana de este domingo, los diputados se reunieron en una sesión especial del plenario de la Asamblea Legislativa en el marco de la celebración de los 198 años de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica.
Con numerosos discursos, algunos más encendidos que otros, entre el movimiento de abanicos y decenas de trajes blancos, vestidos o guayaberas, el clamor que más se levantó hizo referencia al derecho humano de acceso al agua.
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La voz de alerta la lanzó el liberacionista Luis Fernando Mendoza, quien enfatizó que dos alcaldesas de Guanacaste revelaron que, en una reunión con los gobiernos locales el viernes, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, lanzó dudas sobre la continuidad del Proyecto de Abastecimiento de Agua para la Cuenca Media del río Tempisque y Comunidades Costeras (Paacume).
Las declaraciones de Chaves habrían sido durante una cita el viernes, en el edificio de la antigua gobernación de Liberia. El verdiblanco lanzó, entonces, la solicitud pública de que dicha iniciativa se mantenga y se desarrolle, 12 años después de su anuncio inicial.
La también liberacionista Alejandra Larios exigió también operacionalizar los proyectos de agua para Guanacaste y “garantizar el derecho constitucional de acceso al agua para consumo humano, hacer compromisos reales y cumplir con las funciones de las instituciones”.
En sentido similar se manifestó la socialcristiana Melina Ajoy, también guanacasteca, quien levantó la voz y repitió varias veces la consigna que ha promovido el pueblo guanacasteco: “¡Agua para Guanacaste!”.
Ajoy clamó para que se apoye la obra que aseguraría, en principio, acceso al agua suficiente por más de 50 años.
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Resumen del proyecto
Antes de dejar la Presidencia de la República, Carlos Alvarado dejó firmado un contrato de préstamo por $425 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para financiar el Paacume.
Ese proyecto pertenece al Programa Integral de Abastecimiento de Agua para Guanacaste (Piaag) creado en el 2015 y busca impactar el acceso al líquido en los cantones guanacastecos de Carrillo, Santa Cruz y Nicoya. Más de 500.000 personas de esas comunidades tendrían acceso a agua potable.
Su idea es inyectar 20.000 litros por segundo en agua superficial para distintos usos, para asegurar agua incluso en periodo de sequía, para el riego de 18.639 hectáreas, beneficiar a 746 productores agropecuarios, tal como anunció el Gobierno Alvarado Quesada a inicios de mayo pasado.
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También Fabricio Alvarado, del Partido Nueva República, y Luis Diego Vargas, del PartidoLiberal Progresista (PLP), hablaron a favor de ese proyecto.
“Apoyamos el proyecto de agua para Guanacaste. También la provincia grita y clama por trabajo, nuevas zonas francas, apoyo a pequeñas y medianas empresas, los agricultores, el sector ganadero y el turismo, tan golpeado por la pandemia”, dijo Alvarado.
El liberal Vargas apuntó que Paacume hace falta para “resolver un pedacito”, pero también que hacen falta “muchos Paacume”, cuando los acueductos tienen freno de mano y una “serie de nudos desde el AyA (Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados) que se deben empezar a resolver, porque Paacume no resuelve todo”.
El jefe del PLP, Eliécer Feinzaig, también manifestó que espera que Paacume se convierta en realidad: “Basta de mezquindad”.
En los años de existencia del proyecto se han encontrado frenos por oposición de fracciones legislativas y de finqueros de la región, estos últimos por una acción en Sala Constitucional contra la ley que los expropia, como medida de compensación ambiental por el embalse que buscar llevar agua a esa provincia.
Esa acción fue rechazada por los magistrados constitucionales, en varias ocasiones, la última en noviembre del 2020, cuando la había interpuesto la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (Fecon).