Durante los cuatro años que estuvieron en el Congreso, los actuales diputados gastaron poco más de ¢707 millones en combustible. Cada legislador consumió alrededor de ¢13,5 millones durante su gestión, para un promedio de ¢291.000 mensuales.
Ese dinero equivale a llenar con gasolina súper el tanque de 17.296 vehículos, en el entendido de que la capacidad sea de 45 litros y que el costo de cada litro sea de ¢909 (el precio vigente). Ese número sube a 18.605 carros si se llenan con gasolina regular.
En otras palabras, los legisladores pudieron llenar el tanque de hasta siete vehículos cada mes entre el 1.° de mayo del 2018 y el 15 de marzo de 2022. A esa conclusión llegó un equipo de La Nación luego de analizar una base de datos de gastos en gasolina, por diputado, mes y año, suministrada por el Departamento Financiero de la Asamblea Legislativa, a solicitud de este diario.
45 diputados usaron más de ¢10 millones en gasolina, 12 gastaron menos de ese monto y solo dos no usaron ni un solo colón. En el análisis se incluyó a los 57 congresistas que asumieron una curul el 1.° de mayo del 2018 y a José María Guevara y a Édgar Jovel Álvarez, quienes reemplazaron a los socialcristianos Rodolfo Peña (q. e. p. d.) y María Inés Solís.
Entre quienes más gastaron en combustible, seis superaron los ¢15 millones a lo largo del cuatrienio, 19 gastaron más de ¢14 millones, pero menos de ¢15 millones, y 11 más de ¢13 millones, pero menos de ¢14 millones.
Los seis diputados que consumieron más de ¢15 millones son Roberto Thompson y Daniel Ulate, del Partido Liberación Nacional (PLN); Carmen Chan, Harllan Hoepelman e Ignacio Alpízar, del bloque independiente Nueva República, y Xiomara Rodríguez, de Restauración Nacional (PRN).
Mientras tanto, Carolina Hidalgo, del Partido Acción Ciudadana (PAC), y Wagner Jiménez, del PLN, son quienes no usaron del todo estos fondos.
Consultado sobre su gasto millonario en combustible, Thompson respondió que es el consumo normal que utilizan los legisladores para hacer giras y no solamente para viajar, como él, entre San José y el cantón central de Alajuela, donde reside.
“He hecho giras en distintas ocasiones. No la utilizo (la gasolina) para fines que no sean la actividad de los diputados. A veces incluso me traslado a Alajuela dos veces al día”, dijo.
En su caso, incluso, los datos muestran una operación por ¢600.000 en mayo del 2019 y otra idéntica un mes después. Ante ello, Thompson adujo que se trata de compras prepago, en la que se paga un monto y se va liquidando durante el mes.
Carmen Chan, por su parte, afirmó que en los cuatro años ha hecho recorridos por Puntarenas, y enfatizó que solo visitar el territorio indígena de Alto Comte, en Golfito, implica un recorrido ida y vuelta desde San José de 724 kilómetros.
Añadió que muchas de sus giras han llegado hasta territorios fronterizos con Panamá, por lo que dijo que “no se puede comparar un diputado de San José, que por lo general circula por la Gran Área Metropolitana (GAM), con uno de Puntarenas”.
“En una gira vía terrestre a Paquera o Cóbano, en la península de Nicoya, he recorrido más de 530 kilómetros ida y vuelta (...). Le he dado un uso responsable al combustible que se me asigna y justamente contar con ese recurso me ha permitido un mayor contacto con las comunidades”, declaró.
En el caso de Harllan Hoepelman, él vive en Alajuelita y es diputado por San José, pero ocupa el puesto tres del consumo de gasolina. El fabricista aseguró que no considera que “tenga que dar una explicación” porque “el recurso está ahí para utilizarlo”.
El congresista solo dijo que ha hecho giras y también ha usado la gasolina en los carros de sus asesores, para ir a las comunidades, aunque los cantones qué más visita son el suyo y aledaños.
“Yo creo que, como diputados, trabajamos mucho por el país. A veces estamos 24/7. Si se regula la gasolina, les toca a los nuevos. A nosotros ya se nos pasó el tiempito”, respondió.
Los legisladores reciben una remuneración bruta de ¢4 millones al mes, compuesta de ¢3 millones en dietas por asistencia al plenario, comisiones, reuniones de fracción y de jefaturas, y ¢1 millón por gastos de representación.
Además, cada uno recibe una tarjeta bancaria para uso de gasolina, en cuya cuenta la Asamblea Legislativa deposita lo suficiente para el consumo de 500 litros de combustible por mes, en marzo pasado fueron ¢382.500, por ejemplo.
Este dinero es acumulativo a partir de una decisión tomada por la administración en junio del 2021, es decir, si un legislador no usa el dinero de enero, en febrero puede utilizar el dinero de ese mes más los saldos a su favor que quedaron pendientes de meses anteriores.
Vea a continuación la lista completa de dinero gastado en combustible por cada diputado desde el 1.° de mayo del 2018 al 15 de marzo del 2022:
En una corta respuesta remitida por el periodista de Daniel Ulate, el diputado del PLN respondió que durante sus cuatro años en la curul se ha trasladado todos los días a su casa en San Ramón, además de las giras que realiza por toda la provincia. También dijo que en algunas ocasiones ha ido a otros lugares del país por cuestiones de su cargo.
El también fabricista Ignacio Alpízar respondió que, en su caso, tiene un vehículo con un motor grande, Toyota Prado, y enfatizó que también viaja ida y vuelta desde San Ramón todos los días, además de que hace giras por todo Alajuela. Eventualmente, le ha echado gasolina también a sus asesores para giras del despacho.
Entre los diputados josefinos que tienen consumos mayores a los ¢14 millones están la independiente Shirley Díaz, la restauracionista Floria Segreda y el republicano Otto Roberto Vargas.
Díaz respondió que ella no es una “diputada provincial, sino nacional” y aseguró que por eso su trabajo no se dedicó solo a la provincia de San José. “ (Atendí) solicitudes de las siete provincias y las visité reiteradamente”, expresó.
Argumentó que entre sus gestiones buscó recursos para personas, recolectó donaciones y útiles escolares para familias en condición de pobreza y regalos de Navidad también. Adujo que casi no usó vehículos de la Asamblea, sino sus recursos personales.
Vargas por su parte, hizo hincapié en que él no es un diputado de un partido grande, con muchos congresistas que se reparten la representación, por lo que tuvo que cubrir mucho territorio y le tocó atender a allegados del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC) por todo el territorio.
El caso del puntarenense Melvin Núñez, del PRN, también implicó —según dijo él— traslado diario a Jacó, donde reside, y giras por todo lo largo de la provincia. “No vivo en San José. Incluso he tenido que pedir combustible prestado para viajar, a gente cercana, que aprecio mucho y que saben mis luchas”, contestó.
También dijo que tres fines de semana al mes los dedicó a giras y el primero de cada mes, a su familia. Las giras también lo han llevado a otras provincias, agregó, como Guanacaste.
Por años y partido
Si se analizan los datos del uso de gasolina parlamentaria por año, se nota un bajón en el 2020, cuando comenzó la pandemia, aunque tampoco es una reducción tan significativa, a pesar de las fuertes restricciones vehiculares que impuso el Ministerio de Salud, principalmente, entre marzo y junio.
Por ejemplo, de mayo a diciembre del 2018 el gasto fue de ¢106,8 millones; en el 2019, fue de ¢178,6 millones, y en el 2020, de ¢167,6 millones.
Mientras, en el 2021, el gasto fue de ¢207 millones; y del 1.° de enero al 15 de marzo del 2022 se han consumido ¢47,3 millones en combustible, para un gran total de ¢707,47 millones.
En total, los 57 de los 59 legisladores que usaron su tarjeta de combustible, generaron un total de 21.563 facturas emitidas por más de 1.000 estaciones de servicio.
El comercio que más facturó a los diputados fue Unopetrol Lahman, que emitió 592 facturas. Le sigue la Estación La Favorita de Los Yoses (390 facturas) y después JSM Bomba Costa Rica (341 recibos).
Si vemos los datos por partido, el Republicano Social Cristiano y Nueva República son las agrupaciones que registran el promedio más alto por diputado: el primero con ¢14,6 millones y el segundo con ¢14,4 millones. A la inversa, los siete diputados independientes, en conjunto, fueron quienes promediaron un menor gasto: ¢10,2 millones.
Polémicas por usos particulares y datos elocuentes
El tema de la gasolina parlamentaria generó controversias en marzo anterior, luego de que este diario revelara que la diputada independiente Ivonne Acuña gastó ¢3,2 millones en gasolina en un solo día con dinero de Asamblea”.
La Nación también dio a conocer que Acuña, quien salió de Costa Rica en diciembre del 2021, solamente asistió dos días al Congreso pero recibió ¢14,4 millones en tres meses; alguien usó su tarjeta de gasolina 14 veces mientras ella se encontraba en otro país; devolvió sus placas de diputada, pero sin renunciar al cargo y, finalmente, que tendrá que devolver ¢6,1 millones a la Asamblea por salarios y gasolina recibidos en su ausencia.
Paralelo al caso de la diputada Acuña, se conoció la situación de la legisladora María José Corrales, jefa de fracción del PLN, quien pagó más de ¢2,1 millones en combustible entre dos días en diciembre del 2021 y dos días de enero del 2022.
Ella alegó ante consultas de La Nación, el 15 de marzo pasado, que cada diputado maneja “a su antojo” el dinero para el combustible.
“Cada persona puede manejarlo a su antojo (...). Hay muchos otros que también lo hacen, no soy la única que tiene esta forma de realizar la gestión. Lo que hice fue pagar las cuentas, no hay nada más que decir”, dijo la congresista.
De hecho, en los datos oficiales del Congreso aparecen otros pagos millonarios de congresistas, diferentes a los de Acuña y Corrales. Por ejemplo, Gustavo Viales pagó ¢1,6 millones en noviembre del 2020 en la estación E y R de San José. En junio de 2019, había cancelado ¢1,1 millones en otra gasolinera, en Puntarenas.
Paola Valladares, del PLN, registra cuatro pagos significativos: ¢1,5 millones en octubre del 2019, ¢815.000 en junio del 2021, ¢541.000 en agosto del 2021 y ¢528.000 en marzo del 2020.
La turrialbeña contestó que sus pagos no son diarios, o sea, que ha sido un acumulado de consumo por mes que, luego, ella va y paga. Añadió que con mucha frecuencia va de San José a Turrialba, y siempre anda de gira los fines de semana.
Además, afirmó que su cantón es más grande que el resto de cantones cartagineses juntos y que eso le implica mucho gasto en combustible.
“Lo que hago es tener crédito abierto y luego voy y lo pago. No tiene ninguna otra explicación, no ha sido para otra cosa, solo gasolina para movilización. La gente no dimensiona eso, no es como moverse de aquí (Asamblea) a Santa Ana”, dijo Valladares.
Incluso Paola Vega, ahora independiente, tiene también tres pagos considerables en varias estaciones. En enero del 2020, reporta un gasto de ¢800.000 en un servicentro de Guápiles y otro de ¢650.000 en la bomba JSM de San José; en esta misma gasolinera, gastó ¢700.000 en abril del 2020.
El oficialista Enrique Sánchez pagó, en octubre del 2019, ¢680.000 en la bomba JSM. Él explicó que al no tener carro, abre una cuenta en una gasolinera y ahí pasa con los vehículos que utiliza, ya sean de sus asesores o autos alquilados cuando los ha requerido para giras, pero no precisó por qué ese gasto elevado en ese mes específico.
Dinero solo para gasolina
Si bien el dinero que les da la Asamblea a los diputados debe ser exclusivamente para gasolina, en el pasado otros legisladores han comprado llantas, han hecho cambios de aceite y otros arreglos mecánicos a sus vehículos con esos fondos.
Por ejemplo, el 15 de marzo de este año, la restauracionista Floria Segreda reconoció a la prensa que con ese dinero se atendió “un problema en el carro, que tuvo de camino” y detalló que se trató de “una fuga de aceite”.
“Hubo varios inconvenientes, y me imagino que ese gasto (el de febrero de este año, por más de ¢700.000) pudo ser ese”, afirmó.
El 7 de febrero, Segreda pagó ¢347.000 en una sola gestión. La diputada respondió que esa vez se debía al pago de un crédito abierto en una estación de gasolina, del mes anterior.
“Siempre lo he hecho, es una bomba que siempre se ha... Bueno, no siempre, solo fue ese mes. Yo tengo un carro de doble tracción, que es un Ford que se llena el tanque casi con ¢100.00, es el que uso, porque es fuerte y consume mucho, es un Dodge grande. Para mí, ¢70.000, ¢80.000, que me dure una semana, es nada”, respondió.
Un día después, Segreda pagó ¢184.000 en la misma gasolinera y dijo que era para otro carro.
Criterio legal
En julio del 2021, a raíz de la consulta de un diputado, la Asesoría Legal de la Asamblea Legislativa dio luz verde a los diputados para usar los saldos millonarios de gasolina disponibles en sus tarjetas del Banco de Costa Rica (BCR). Esta indicación abrió un portillo que explicaría los comportamientos en gastos millonarios de algunos legisladores.
Para contrarrestar esta tendencia, un proyecto de ley avanza actualmente en el Congreso con miras a frenar abusos con la gasolina de diputados. Lo que se busca es asignar una cantidad mensual no acumulativa de hasta 500 litros de combustible por mes. Si un diputado no llega a ocupar los 500 litros por mes (suficiente para llenar el tanque de más de 11 vehículos), el dinero de ese mes regresa al Ministerio de Hacienda.
No obstante, los plazos del trámite legislativo no permitirían que se apruebe la iniciativa para regular el uso de la ayuda técnica de combustible, pues el periodo legislativo termina en una semana, y al proyecto aún le quedan etapas por quemar en el plenario y en la comisión donde se discutió inicialmente.
La única manera de que ese proyecto quede aprobado es que haya un acuerdo político de las fracciones y eso permita su votación en el plenario tal como salió de la Comisión de Gobierno y Administración.