San José
La destitución de Sebastián Urbina como viceministro de Transporte Terrestre y Seguridad Vial, anunciada este jueves, es una señal de "debilidad" que emite el Gobierno ante los diferentes gremios del país.
Así lo consideran los diputados Otto Guevara, del Movimiento Libertario; Maureen Clarke, del Partido Liberación Nacional (PLN) y Gerardo Vargas, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
En cambio, en la bancada oficialista, Franklin Corella se declaró sorprendido por la salida del viceministro y espera que esta decisión "no tire por la borda" el trabajo que se venía realizando en el sector.
Guevara, jefe de la fracción libertaria, considera que Urbina debió renunciar el lunes anterior cuando el presidente lo separó del diálogo con los autobuseros en los proyectos de sectorización de transporte público y cobro electrónico de buses.
"El viceministro debió haber renunciado en el momento en que el Presidente lo separa de las conversaciones con los autobuseros y máxime que él mismo consideró que esa separación era un error. Así lo hizo saber en sus redes sociales", explicó Guevara.
"Lo serio de esta destitución es el trasfondo. Debemos olvidarnos en esta administración del pasaje electrónico de buses, nos quedamos a medio palo con la sectorización. No va a haber renovación de flotas, ni nuevas concesiones. Ningún proyecto se va a concretar", concluyó el legislador libertario.
Gerardo Vargas, jefe de la bancada socialcristiana, dijo que el Gobierno dio un mensaje de "debilidad" con la salida de Urbina.
"Preocupa a la fracción del PUSC que estén privando intereses gremiales por encima de intereses nacionales. El viceministro (Sebastián Urbina) venía haciendo su trabajo y de pronto fue separado sin motivos. Después es destituido. Por supuesto que el Presidente (Luis Guillermo Solís) puede despedir a sus ministros, pero nos parece que está dando una mala señal al país", indicó Vargas.
El líder del PUSC cree que los proyectos de sectorización de transporte público y cobro electrónico de buses no cuentan con el suficiente respaldo del Gobierno.
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"El presidente y el Gobierno ponen en riesgo estos proyectos y dan una señal de debilidad, ya que están dispuestos a complacer sectores", apuntó Vargas.
Maureen Clarke, jefa de la fracción liberacionista, aseguró que la salida de Urbina a medio Gobierno es una "muy mala señal", mucho más cuando la Administración debe enfocarse en buscar soluciones para las presas y el transporte público.
"Por el tema y por lo que está ocurriendo en el país en este momento con las presas, un movimiento de este tipo en el gabinete a medio periodo de ejercicio es grave. Eso lanza muchas señales negativas en cuanto a la ejecución de lo que están haciendo en el Ejecutivo", aseveró Clarke.
"Hay un conflicto de intereses serio y no se pueden emitir políticas públicas dirigidas a grupos específicos. Esos grupos no pueden decidir a quién se pone o a quién se quita", señaló la legisladora verdiblanca.
Sorpresa en el PAC. Incluso para la fracción del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), la salida de Urbina fue una "sorpresa", máxime que el presidente Luis Guillermo Solís aseguró en una conferencia de prensa este miércoles que no destituiría al viceministro Urbina.
Franklin Corella, diputado del PAC encargado de temas de transportes, aseguró que la salida del exviceministro Sebastián Urbina "le tomó por sorpresa", y espera que la decisión del presidente Solís no se vea como una muestra de debilidad del Gobierno ante los autobuseros.
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"Lamentablemente se dio en circunstancias (la destitución) que fueron agravando el tema. Parecía que se iba a sostener, pero al final terminó por salir", señaló Corella.
"Esperemos que esto no venga a echar a la borda el trabajo que se había adelantado en materia de transportes y que no se vea como debilidad del Gobierno ante presiones de otros sectores", concluyó el legislador de la bancada oficialista.
Antecedentes. El presidente Luis Guillermo Solís sostuvo una reunión con los autobuseros el pasado 7 de junio. En esa cita, representantes de la Cámara Nacional de Transportistas (Canatrans) pidieron al mandatario un nuevo enlace para negociar los proyectos de transporte público.
Alex Álvarez, de Canatrans, dijo que estaban disconformes con la forma en que Sebastián Urbina había manejado la vocería de estos asuntos.
13 días después, el 20 de junio, el mandatario Solís separó a Urbina de las negociaciones con los autobuseros y trasladó la función de enlace con estos gremios a Carlos Villalta, ministro de Obras Públicas y Transportes.
Urbina había fungido como negociador del Gobierno en los proyectos de sectorización del transporte público y cobro electrónico de autobuses.