Los diputados aprobaron por mayoría de 20 contra 18 una moción para llamar a cuentas al canciller Manuel González, luego de que la comitiva costarricense le hiciera un desplante al mandatario de Brasil, Michel Temer, en la sala de sesiones de las Naciones Unidas en Nueva York.
Esta mañana, el presidente Luis Guillermo Solís se retiró de la sala de sesiones junto con su comitiva, justo cuando se aprestaba a dar su discurso ante el pleno el mandatario brasileño.
La acción de Solís se dio en simultáneo por las representaciones de Ecuador, Bolivia, Venezuela, Cuba y Nicaragua, que se han manifestado en contra de la llegada a la presidencia de Temer, luego de un cuestionado juicio político en contra de la ahora exmandataria Dilma Rousseff.
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La acción de Solís provocó una fuerte reacción política, que desembocó en el llamado a cuentas del canciller González de parte de los diputados, para que explique las razones por las cuales la delegación costarricense evitó escuchar a Temer.
El jefe de fracción de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Gerardo Vargas, criticó el manejo del presidente y su delegación en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York.
"Costa Rica no puede poner a depender su política exterior de los ánimos del Presidente; desgraciadamente durante esta Administración lo que ha sido capaz de construir con profesionalismo el Ministerio de Relaciones Exteriores resulta luego, en un arrebato del Presidente de la República, destruido con el consiguiente daño para la imagen del país", expresó el diputado Vargas.
Maureen Clarke, jefa de fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), atacó esta tarde la acción del presidente y señaló que se aparta del manejo diplomático del Estado costarricense.
"Los actos del Presidente Solís no representan las normas que han caracterizado la política exterior de Costa Rica. Brasil siguió un proceso establecido en su Constitución Política y respetuosos de su ordenamiento interno debemos abstenernos de manifestaciones fuera de lugar y que contradicen nuestra costumbre diplomática", aseveró Clarke.
La verdiblanca enfatizó en que el proceso que llevó a Temer a la presidencia de Brasil se fundamentó en el Derecho Constitucional brasileño, específicamente en el artículo 85 de su Carta Magna.
"Nos preguntamos si el Presidente Solís mide con los mismos parámetros las situaciones políticas internas de Nicaragua, Cuba y Venezuela, cuyas democracias presentan características de deterioro y ruptura de sus marcos constitucionales", agregó Clarke.
Por su parte, la diputada del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), Epsy Campbell, justificó el accionar de Solís y su comitiva, ante las críticas en redes sociales y medios de comunicación.
"No es una decisión ni antojadiza ni tampoco con falta de justificación, el país ha dado seguimiento a las situaciones que se viven en el propio Brasil, ha manifestado preocupación a lo que sucede a lo interno, y consideró que no era pertinente que el presidente lo escuchara y además, es una actitud coherente con la de muchos mandatarios que no se quedan en la sala de sesiones a la hora de la intervención de otros jefes de Estado", dijo Campbell.
Sobre el incidente, el canciller Manuel González publicó en su perfil de la red social Facebook una serie de justificaciones por el accionar de Solís, entre los cuales señaló:
"No es inusual que un Presidente se retire del recinto mientras hay una intervención en curso de otro Jefe de Estado o delegación. La Asamblea es muy dinámica y tiene múltiples actividades paralelas y se tienen muchas reuniones bilaterales que obligan a estar en movimiento constantemente.
"El Presidente decidió retirarse, pues no comparte algunos acontecimientos acaecidos en ese país. No hemos ofendido en nada a Brasil.
Además, la Cancillería emitió un pronunciamiento oficial en el cual justifica la negativa de la delegación de Costa Rica a escuchar el discurso de Temer, basado en las "dudas" sobre situaciones de violencia que se han dado en la nación brasileña luego de la caída definitiva de Rousseff el pasado 31 de agosto, en medio de un juicio político.
Estas, y otras explicaciones deberán ser dadas por González ante los diputados, pues es una potestad legislativa llamar a cuentas a cualquier ministro que consideren pertinente los legisladores.