La idea planteada por el ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, de cobrarle un impuesto solidario a los salarios, para subsidiar a los afectados económicamente por la emergencia del coronavirus, cayó como un golpe al hígado para los diputados de la mayoría de las fracciones legislativas.
Apenas conocieron la propuesta, los congresistas reaccionaron con dureza contra la propuesta, en especial con la intención de cobrar el tributo a sueldos a partir de ¢500.000, lo que luego fue desautorizado por el presidente Carlos Alvarado.
El jerarca de la Asamblea Legislativa, el liberacionista Carlos Ricardo Benavides, afirmó que le parecía una ocurrencia.
“No me gusta, parece una idea mal acabada, da la impresión de que es una idea no trabajada. Una base de ¢500.000 afectaría excesivamente a personas que quizás solo tengan ese salario, una familia donde probablemente haya desempleados”, dijo Benavides.
Añadió que es una propuesta inoportuna y que no es momento para discutir un proyecto de esa naturaleza. Sin embargo, apuntó que se puede elaborar una propuesta de diferente naturaleza, tal vez una contribución de personas que ganan mucho más que eso, pero no solo incluyendo personas físicas, sino jurídicas.
“Impuestos no es una buena ruta en este momento. Ni siquiera hemos terminado de discutir ni aprobar impuestos, el Gobierno ni siquiera ha aprobado el primer presupuesto extraordinario por el dinero que aprobamos hace muy pocos días”, apuntó el presidente del Congreso.
Además, la propuesta tampoco fue consultada de previo con los legisladores y tomó por sorpresa a prácticamente todas las bancadas.
El sentimiento en Liberación Nacional no solo fue de sorpresa, sino también de enojo. “Estoy bastante preocupada, no podemos seguir cargándole más impuestos a la gente. No podemos tomar decisiones arbitrarias”, dijo María José Corrales.
Paola Valladares aseguró que es “poco asertivo” no hablarlo antes con la Asamblea y añadió que gravar salarios por encima del medio millón implica prácticamente todos los salarios del país. “El Gobierno está tratando de presionar a la Asamblea para que le apruebe, a tubo suelto, la cantidad de dinero que quiere y no sabemos aún en qué se va a utilizar”, dijo.
Añadió que el Congreso ya ha sido muy condescendiente por la situación crítica de salud y económica, pero que con propuestas como la de Chaves “se están extralimitando”.
Mientras, el verdiblanco David Gourzong aseguró que el Ejecutivo, en lugar de construir confianza, la drena con sus acciones.
Su compañero Roberto Thompson apuntó que la propuesta de Chaves no tiene nada de solidaria, pues plantea cobrarle a la gente asalariada de ingresos medios.
“Una iniciativa desafortunada, discriminatoria e inoportuna en momentos de enorme incertidumbre y aumento del desempleo que no soluciona, sino que atenta contra la reactivación económica”, dijo el alajuelense.
La independiente Ivonne Acuña, del bloque Nueva República, apuntó que la iniciativa de Chaves es para buscar y echar mano de dinero de donde se pueda, pero adujo que quienes reciben salario íntegro ya lo tienen comprometido, incluyendo pagos de alquileres, alimentación, educación, créditos bancarios.
“Pensar en ponerles un impuesto porque reciban un salario íntegro, significa bajarles ingresos y esos hogares de dónde van a echar mano de las leyes que hemos estado aprobando", comentó la fabricista, porque la premisa es la afectación por el nuevo coronavirus, lo que no sucedería con la gente gravada por ese tributo.
El vocero de Restauración Nacional, Eduardo Cruickshank, cuestionó la propuesta de fijar un impuesto a los salarios, y principalmente las contradicciones en que cayeron el ministro de Hacienda y el presidente de la República.
“Me asombra la inconsistencia y la contradicción entre lo que nos llegó a anunciar a los diputados el ministro de Hacienda y lo que escribió el presidente de la República en sus redes sociales; más en tiempo de crisis, donde se requiere que toda la información sea veraz”, dijo el diputado.
Aunque Chaves les planteó la propuesta a los legisladores, diciendo que se trataría de un impuesto del 5% a los salarios a partir de los ¢500.000, por ahora no ha llegado ninguna propuesta formal a la Secretaría del Directorio, donde se presentan los expedientes legislativos.
María Inés Solís, jefa de la Unidad Social Cristiana, aseguró que no es posible que las autoridades del gobierno se contradigan en cuestión de horas, “en un tema tan importante y delicado como es el bienestar de los y las costarricenses”.
Pablo Abarca, de la misma fracción, dijo que la Asamblea Legislativa tiene que ponerle un piloto automático a la vorágine de discusiones que hay a causa de la emergencia por el coronavirus y alegó que “hay muchos que le siguen el juego a este desorden”.
“Hay que poner sensatez, porque si no, se nos va a salir de control esto”, apuntó.
El diputado Erwen Masís adujo que, a como Rodrigo Chaves presentó el proyecto, “se ve necesario” y dijo que se requiere solidaridad para quienes no conservan el salario.
“El proyecto tendrá que llevar análisis, ver pros y contras, pero de entrada me complace. Yo no estoy a favor de más impuestos, pero en situaciones normales. Esta es una situación atípica, se requerirá de esfuerzos de parte de todos”, dijo el socialcristiano.
Para el frenteamplista José María Villalta, la idea de Chaves es muy poco solidaria, porque se enfocaría en los trabajadores.
“Él dijo que, para él, la solidaridad se reduce a que los trabajadores que todavía tienen empleo, aunque ese empleo esté en peligro, financien a las personas que se quedaron sin empleo, esa es la solidaridad para él”, dijo el legislador.