Los diputados de todos los partidos representados en la Asamblea Legislativa criticaron fuertemente la farsa electoral que se efectúa en Nicaragua con el objetivo de entronizar en la dictadura a Daniel Ortega y Rosario Murillo. Además, manifestaron preocupación por los efectos que esto puede tener para la región centroamericana.
Voceros de las siete fracciones políticas y de un bloque independiente repudiaron un proceso donde el gobierno persiguió a los voceros de la oposición e, incluso, los encarceló para finalmente celebrar votaciones sin competencia.
La jefa del Partido Liberación Nacional (PLN), María José Corrales, indicó que Nicaragua no vive una fiesta electoral, sino un capítulo más de la crónica de una dictadura que “busca sembrarse en el poder indefinidamente”.
“Las democracias del mundo deben tomar acciones ante este atropello, envuelto en detenciones de políticos opositores, restricciones a la libertad de prensa, concentración del poder, persecuciones y asesinatos de civiles”, dijo la verdiblanca, quien agregó que la comunidad internacional “está llamada a actuar con celeridad para evitar lo que hoy se consumará”.
La presidenta del Congreso, la liberacionista Silvia Hernández, agregó que la verdad sobre Nicaragua es dolorosa, pues “el país ha caído nuevamente en las garras de la dictadura, del autoritarismo, la supresión de libertades y la violencia”.
“Como mínimo, debemos alzar la voz por aquellos que han sido silenciados, puestos injustamente en una prisión por un gobierno déspota y por todas aquellas otras personas que han debido buscar refugio fuera de su tierra”, dijo la jerarca.
Laura Guido, jefa del Partido Acción Ciudadana (PAC), aseguró que causa “profunda indignación las supuestas elecciones” sin espacio real para la participación de voces disidentes que generen la posibilidad de oportunidades de participación con justicia en un proceso democrático.
LEA MÁS: Nicaragüenses en Costa Rica piden al mundo desconocer la reelección de Daniel Ortega
“Ha habido persecución, se han cooptado los poderes del Estado, ha habido encarcelamientos, una clara generación de condiciones que impidieran la participación real de cualquier alternativa al poder de los Ortega. Se consagra una dictadura que ya era eso, una dictadura, y hoy demuestra que tomaron el poder electoral impidiendo la realización de genuinas elecciones”, planteó la oficialista.
Para el jefe del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Pablo Abarca, lo que sucede en Nicaragua es un “circo producto del extremismo ideológico”. “Para los que creemos en la democracia, es un ejercicio inaceptable y realmente lamentable. No es un guion nuevo y ojalá que este país nunca entre en esa espiral de muerte democrática”, apuntó.
Eduardo Cruickshank, vocero del Partido Restauración Nacional (PRN), recordó que Ortega se convirtió en lo que decía combatir durante la Revolución contra la dictadura de Anastasio Somoza, en los años 70.
“Eso quiere decir que él no estaba contra la dictadura, sino contra quien era el dictador y, como en este caso, el dictador es él, sí está de acuerdo con la dictadura. Lamentamos que el régimen democrático iniciado después de la caída del régimen de Somoza no haya podido continuar con el éxito que deseamos todos los que somos, ideológicamente y por formación de principios, demócratas”, indicó el restauracionista.
También, lamentó que las elecciones estén tan amañadas como para no permitir la participación de observadores y de la prensa, sin la libre participación de candidaturas. “Es lamentable y censurable lo que está aconteciendo el día de hoy en la hermana república”, apuntó.
Otto Roberto Vargas, del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), comentó que ahora sí se puede considerar con propiedad que Nicaragua sufre una dictadura “igual a la que sufre el pueblo venezolano”. También, acusó a Ortega de violentar los derechos humanos, al encarcelar a los líderes de la oposición.
“Esto lamentablemente va a traer efectos negativos a nuestro país, primero porque hacemos frontera en lo político y en lo comercial, porque Nicaragua es uno de los principales socios comerciales de nuestro país, porque exportamos cerca de $600 millones anuales. El nicaragüense ha perdido el poder adquisitivo y tiene la tasa de desempleo más grande de América Latina”, indicó Vargas.
“En Nueva República, condenamos la manera como se están llevando a cabo estas elecciones que no reflejan un proceso abierto y democrático, por las acciones tomadas desde hace mucho tiempo por el régimen de Ortega, en contra de la oposición y de su mismo pueblo, que son un golpe para la democracia y la libre determinación de los pueblos”, apuntó Jonathan Prendas, del bloque fabricista.
Por su parte, José María Villalta, del Frente Amplio, opinó que “unas elecciones donde el gobierno de turno persigue y encarcela a todos sus opositores políticos, de distintas ideologías, que ha practicado la represión y tiene presos a sus opositores, que violenta la libertad de expresión y persigue las ONG, a estudiantes y campesinos, no puede ser un gobierno legítimo ni pueden reconocerse esas elecciones como válidas”.
El jefe del Partido Integración Nacional (PIN), Wálter Muñoz, agregó que las elecciones no solo son un engaño para el pueblo, sino también la manera de oficializar la dictadura y cree que no solo hay que censurarlas, sino también hacer un llamado a la Organización de Estados Americanos (OEA) para que manifieste la importancia de elecciones democráticas, con participación real de la oposición.