La mayoría de los diputados se inclinan por tomar una decisión salomónica sobre la cantidad de armas que cada costarricense puede tener.
Así lo confirman varias fuentes legislativas que han protagonizado la discusión de la reforma a la Ley de Armas y Explosivos y cuyo debate inicia su recta final este lunes.
Inicialmente, el proyecto de ley 20.509 proponía reducir la cantidad de armas de tres a una. Sin embargo, decisiones que se tomaron en la Comisión de Narcotráfico y Seguridad revirtieron esa propuesta y mantuvieron las tres armas por persona.
Voceros de los partidos Liberación Nacional (PLN), Unidad Social Cristiana (PUSC), Acción Ciudadana (PAC) e Integración Nacional (PIN) confirmaron, ante consulta de La Nación, que ha tomado fuerza el apoyo a una moción del socialcristiano Pablo Abarca, que dejaría el permiso de tenencia de armas en dos.
Esa moción de Abarca reitera una propuesta que se había desechado en el foro sobre Seguridad.
“Tengo la impresión de que hay una cantidad apreciable de diputados, de varias fracciones, que estamos inclinados a la opción de las dos armas. Eso he podido recoger de las impresiones que se han dado”, dijo Carlos Ricardo Benavides, jefe del PLN.
El vocero verdiblanco agregó que, aunque hay otras mociones, cuando se vea la de las dos armas, los congresistas la votarían en mayoría.
No obstante, hay otras mociones de reiteración que intentan posicionar otras opciones, y que calentarían la discusión entre legisladores, en el plenario.
Por ejemplo, el mismo Abarca presentó mociones para que los ciudadanos puedan tener dos armas y, si tienen una finca o terreno en zona rural, dedicado a actividades agropecuarias, poder inscribir una tercera arma.
“Hay un punto medio, de dos armas. Igual, yo voy a insistir en la moción de dos, más una para fundos agrícolas. Esperaría convencer a los diputados de que es es el punto medio perfecto”, comentó el socialcristiano.
Reconoció, sin embargo, que la de solo dos pistolas tiene un respaldo importante y que es la que menos daño le haría a la iniciativa. Pese a informaciones extraoficiales de una supuesta intención suya de retirar esa moción, Abarca confirmó que, si bien alguien se lo propuso, no lo haría.
De igual forma, el liberacionista que preside la Comisión de Seguridad, Gustavo Viales, tiene una moción con ese planteamiento.
Por otra parte, Enrique Sánchez, del PAC, insistirá en la moción de fondo que devuelve la redacción del proyecto a su versión original, que data de tiempos de la entonces presidenta Laura Chinchilla (2010-2014) y que tenía el apoyo de ella. Se trata de una moción para limitar a una las pistolas o revólveres que cada persona puede poseer.
La propuesta de Sánchez cuenta con el respaldo de la presidenta legislativa, Carolina Hidalgo. No obstante, los rojiamarillos darían sus votos a la moción de Abarca, si la que ellos impulsan no prospera.
“Yo les digo a los diputados que, si terminan convenciéndose de que lo mejor es permitir que haya dos armas, que apruebe la moción (de fondo) 37, que es la de Pablo Abarca, porque mantiene los controles y no habría retroceso en eso”, manifestó Sánchez.
“Nuestra redacción sobre los controles es más clara, habla de la renovación del permiso, es más específica sobre las empresas de seguridad y sobre las razones para reducir la cantidad de armas”, agregó el congresista del PAC.
Zoila Volio: ‘Mi posición es tres armas’
Aunque reconoce que ha tomado fuerza el argumento salomónico, Zoila Volio, del PIN, afirmó que ella votará contra esas mociones. De hecho, Carlos Ricardo Benavides apuntó que en el propio PLN habría votos a favor de las dos posiciones extemas: por las tres armas y por una sola.
Volio añadió que su posición es por las tres armas porque alega que “no hay un solo argumento de fondo” que le haya demostrado a ella que, científicamente o estadísticamente, se deban reducir las pistolas que una persona tiene permiso de poseer.
Ella enfatizó que su defensa no es para que una persona ande las tres armas siempre, sino para que pueda tener esa cantidad en total, pero solo portar una.
“La mayoría de la gente solo tiene una, porque son muy caras. Pero, como cualquier cosa, como un carro, se dañan y se tienen que cambiar”, comentó.
Aseguró que es difícil acceder fácilmente a un arma de forma legal, pues se debe hacer el curso teórico de portación, luego uno práctica, después un examen psicológico, además de ir a registrar las huellas dactilares, ir a la armería, entrar en el sistema y, una vez autorizado, pagar el arma y esperar dos meses para recibirla.
Volio explicó que el costo promedio de una pistola puede ir de los $800 (¢489.000 aproximadamente) a los $1.200 (unos ¢735.000).