Los tres representantes que el Banco Nacional (BN) tiene en la junta directiva del Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) renunciaron este lunes a seguir en esos puestos.
Se trata de los directores Luis Pal, Jorge Méndez y Ana Isabel Solano, quienes presentaron sus cartas de dimisión esta mañana en la sesión de junta del BN.
Ellos renunciaron luego de que Bicsa, entidad financiera propiedad del Banco Nacional y del Banco de Costa Rica (BCR), se viera envuelta en polémica por su vulnerabilidad al lavado de dinero, según un informe de Estados Unidos, y por sus costos de operación internos.
Una de las dos cartas de renuncia la firman Méndez y Solano, mientras que la otra es de Pal.
Méndez y Solano manifiestan, en primer lugar, molestia porque el acuerdo que ordenaba una investigación sobre la "fuga de información legalmente protegida" se modificó, para limitarlo solamente a Bicsa, y aseguran que eso le resta transparencia al acuerdo.
"Las explicaciones que nos fueron brindadas a algunos directores de Bicsa sobre la extensión de los compromisos de investigación adquiridos o las instrucciones giradas por la Federal Reserve Bank (FED) de Estados Unidos fueron contradictorias y no tuvieron la claridad que los representantes de los bancos nos merecemos", dice la nota.
Este caso se refiere a la supuesta solicitud de la FED de investigar cómo llegó, a manos de La Nación, un informe confidencial sobre la vulnerabilidad de Bicsa.
En el documento, la Reserva Federal advertía sobre el alto riesgo de que el Banco Internacional sea utilizado en "elevadas actividades de lavado de dinero".
En su evaluación, la FED le asignó a Bicsa la peor calificaciónes de riesgo, por falta de controles para combatir el ingreso de dinero ilícito. El banco costarricense, con sucursal en Miami, Florida, obtuvo un 3 en la calificación SOSA, la cual define el nivel de supervisión de las organizaciones bancarias extranjeras que operan en Estados Unidos.
Parte del reclamo de los directores se relaciona, además, con la negación del BCR de convocar a una asamblea general de accionistas de Bicsa, para ratificar los nombramientos de los nuevos representantes designados por el socio minoritario, que es el Nacional.
"Muy particular"
A juicio de Méndez y Solano, quien es la presidenta de la directiva del BN, es muy "particular que desde hace ya más de tres semanas se revelaran en la prensa, por parte del socio mayoritario, una serie de reformas que se implementarán en Bicsa".
Para los directores, es desconsiderado que a los tres representantes del Nacional ante la directiva del Banco Internacional no se les haya compartido esas reformas ni se les haya permitido participar en su discusión.
"Consideramos altamente conveniente remozar la representación del BNCR ante la subsidiaria Bicsa, de modo que apreciados directores asuman nuevas responsabilidades de naturaleza constructiva en la organización", añade la carta presentada este lunes.
Víctor Ramírez, quien también es miembro de la junta directiva del Nacional, aseguró que los tomó por sorpresa la decisión de los otros tres directores.
El Nacional tiene tres de los siete puestos de la directiva de Bicsa, de acuerdo con su participación del 49% de las acciones de la entidad. El BCR acapara los otros cuatro puestos, pues es el socio mayoritario, con el 51% de las acciones.
"Por ahora, el tema de Bicsa está muy álgido, hay mucho debate interno. Es una decisión que me habría imaginado a corto plazo, pero igual nos tomó por sorpresa", contó Ramírez.
Aseguró que las dos cartas de renuncia de los tres directores (una de Solano y Méndez, otra de Pal) se conocerán a fondo en una sesión de la directiva del Nacional, este martes.
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Pal era director de Bicsa desde diciembre del 2015, cuando asumió el puesto que dejó libre Jennifer Morsink. Él se limitó a decir que las razones de su renuncia están en dos actas de junta directiva de Bicsa y una del BN.
Francisco Molina, presidente del Banco Internacional, dijo que conoció de la renuncia por una llamada pero desconoce los motivos.
En noviembre del año pasado, el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) advirtió de la alta vulnerabilidad del Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) a ser utilizado para “las elevadas actividades de lavado de dinero”, a causa de su falta de controles.
El BCR también enfrentó al BN a causa de unas de las representantes que este último banco tenía en Bicsa: la exdirectora Jennifer Morsink.
Por dudas sobre el origen de su dinero, el Banco de Costa Rica le cerró las cuentas a una empresa representada por Morsink y, luego de eso, le exigió al Nacional destituirla. Finalmente, el BN accedió a haberlo pero por razones de salud.
Bicsa, a la vez, ha enfrenado problemas de liquidez, al grado de que ambos bancos propietarios debieron inyectarle $112 millones de emergencia por los resultados de mayo pasado.
En el Banco Internacional, los costos de las sesiones de junta directiva triplican las del BCR, por ejemplo. Mientras las primeras cuestan $27.359 (¢15 millones), las segundas $7.344 (¢4 millones).