Una cooperativa conformada por familiares del presidente ejecutivo del Sistema Nacional de Radio y Televisión (Sinart), Mario Alfaro, le solicitó un crédito de ¢500 millones a una institución pública y, en el trámite del préstamo, informó de que el Sinart había dado el visto bueno para contratar sus servicios.
El hecho consta en un correo electrónico incluido en el expediente del crédito, el cual fue solicitado al Fondo Nacional de Cooperativas de Autogestión, cuyo manejo financiero está en manos del Instituto de Fomento Cooperativo (Infocoop).
El correo lo firma Alejandro Alfaro, presidente de Coopeasesorías R. L. y primo hermano del jerarca del Sinart.
Él envió el mensaje el 10 de noviembre del 2016, cuatro meses después la inscripción de esta cooperativa ante el Ministerio de Trabajo y seis meses después de que Mario Alfaro asumiera la presidencia de la empresa estatal de televisión y radio.
En el correo, el presidente de Coopeasesorías incluye al Sinart dentro de una lista de 15 empresas que le "han dado el visto bueno" para contratar sus servicios de factoreo. En el mensaje, también se menciona a la Asamblea Legislativa, a la Universidad Nacional (UNA) y a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS).
Seis meses después, el 12 de mayo del 2017, el presidente del Sistema Nacional de Radio y Televisión solicitó una reunión en el Infocoop para discutir el tema del factoreo e invitó al gerente general de la Coopeasesorías para que expusiera su propuesta.
Mario Alfaro alega que él no pretendía contratar a la cooperativa de sus familiares, sino que solo quería que se imitara el modelo en la agencia de publicidad del Sinart.
En la Cooperativa Autogestionaria de Servicios Múltiples y de Asesoría R. L. (Coopeasesorías), además de Alejandro Alfaro, figuran otros primos hermanos, primos segundos y tíos del presidente de la empresa estatal.
El crédito todavía está pendiente de resolución en la Comisión Permanente de Cooperativas de Autogestión (CPCA), que es la encargada de aprobar o improbar los préstamos.
Por estos hechos, el Consejo de Gobierno del expresidente Luis Guillermo Solís acordó en su última sesión, el 3 de mayo anterior, abrir una investigación preliminar contra el jerarca del Sinart, por un presunto tráfico de influencias.
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Este proceso continúa en el gobierno de Carlos Alvarado, puesto que Mario Alfaro se negó a renunciar como se lo solicitó el gabinete de Solís.
El jerarca del Sinart reconoció que un familiar sí le expuso su proyecto empresarial y que él lo comentó con la dirección y la subdirección general de la institución. Dijo que, en su momento, la idea se consideró viable, pero al final no se avanzó en la negociación con Coopeasesorías por el vínculo sanguíneo.
"Un familiar directo me expuso un proyecto de asesoría y financiamiento desde el sector cooperativo para entidades públicas y privadas. Entre los servicios, mencionó un esquema de financiamiento conocido como factoreo (...)".
"Confirmé entonces a mi familiar el interés institucional que tendría el Sinart S. A. en contar con servicios de asesoría financiera por medio de instrumentos como el factoreo o descuento de facturas a nuestros proveedores. Por razones obvias, precisamente por el vínculo familiar, nunca avanzamos en una negociación directa con Coopeasesorías.
"El tema se retomó seis meses después, en mayo de 2017, cuando se nos planteó la posibilidad de obtener financiamiento por medio del Infocoop. Sobre el correo electrónico, no puedo señalar o afirmar absolutamente nada, en tanto es una comunicación generada por Coopeasesorías", expresó Mario Alfaro.
El fallido encuentro en el Infocoop
Al encuentro en el Infocoop, Mario Alfaro había invitado al gerente general de Coopeasesorías R. L., Christian Güila, alegando que quería replicar el modelo de negocio que esa cooperativa estaba realizando.
Además, se convocó al subdirector general del Sinart, Federico Amador. La participación de ellos dos fue plasmada en un correo electrónico que Mario Alfaro envió al exviceministro de Trabajo, Luis Emilio Cuenca –quien es miembro de la junta interventora del Infocoop–, en mayo del 2017.
Consultado por La Nación, el subdirector del Sinart dijo que fue Mario Alfaro quien le planteó la necesidad de contratar servicios de factoreo.
Este sistema consiste en que un tercero pague por anticipado al Sinart las facturas pendientes de los clientes de la agencia de publicidad.
Bajo esa dinámica, ese tercero se gana un porcentaje de la factura, el cual pierde el Sinart, y luego se encarga de recobrar el dinero cobrándole a los clientes.
"Existía una necesidad de recursos, entonces, como gobierno comenzamos a ver qué opciones habían, entonces surgió esa parte del factoreo. Eso fue una iniciativa que Mario trajo. Él propuso, nosotros buscamos las opciones y él consiguió una cita con gente del Infocoop para ir; al final, resultó que no era factible".
"Yo nada más fui a una reunión que me convocaron y que al final no se realizó", declaró Federico Amador.
Aunque en un principio dijo que nunca había tenido contacto con personeros de Coopeasesorías, posteriormente, en una segunda llamada telefónica, Amador aseguró haber recordado que, con anterioridad a esa fallida cita, él se había reunido con alguien de la cooperativa –cuyo nombre no supo precisar–, que le hizo una propuesta de negocio pero que la rechazaron porque resultaba muy caro.
Detalles del crédito
Coopeasesorías estaba solicitando un crédito de ¢500 millones del Fondo Nacional de Cooperativas de Autogestión, el cual administra la CPCA. La línea de crédito era a 10 años plazo, con seis meses de gracia en el pago del principal y con una tasa de interés del 9% anual.
Ofrecían dar en garantía, mediante una hipoteca de primer grado, una finca de 1.000 metros cuadrados en Liberia, Guanacaste.
Esa finca fue valorada en un peritaje en ¢700 millones y fue calificada como un bien de liquidez media, es decir, que sí hay compradores y sí existe mercado activo; sin embargo, no se puede decir con certeza, ya sea por precio o por mercado limitado, que se pueda vender en un corto plazo.
Esa propiedad, en el Registro Nacional, aparece con un valor fiscal de ¢10.000 y ahora tiene otros dueños.
En el momento del trámite en el Infocoop, la finca, que es un terreno de pastos, estaba a nombre de Marsancalu Sociedad de Responsabilidad Limitada, cuyo apoderado generalísimo era Luis Carlos Güila, uno de los socios de Coopeasesorías y papá del gerente general, Christian Güila.
En el expediente de la solicitud de crédito, se consigna que por tratarse de una cooperativa de reciente data, fue inscrita en julio del 2016, "aún no posee obligaciones financieras con el fin de medir su endeudamiento y liquidez".
En sus estados financieros, aparece que posee activos por ¢59,1 millones a setiembre del 2017; no obstante, el 80% de esa suma (¢47,5 millones) son activos no corrientes, es decir, "documentos por cobrar a asociados por la suscripción de capital realizada".