El Gobierno de Estados Unidos está preocupado por la estrategia de Costa Rica y Panamá de facilitar el traslado migrantes en autobuses hacia el norte, según publicó el diario estadounidense The New York Times (NYT) citando fuentes del gobierno de Joe Biden.
Con el título “Traslados en autobuses: Así responde Centroamérica al flujo migratorio”, el diario estadounidense se refiere a la decisión acordada por los gobiernos de ambos países, el 11 de octubre, de utilizar al menos 200 buses para movilizar a los migrantes desde la selva del Darién hasta el puesto fronterizo de Paso Canoas, entre Costa Rica y Panamá, para luego llevarlos a Peñas Blancas, en la frontera con Nicaragua. El plan procura evitar aglomeraciones en puestos limítrofes.
“Funcionarios del gobierno de Joe Biden, que no están autorizados para hacer declaraciones públicas, dicen que han planteado sus preocupaciones a puerta cerrada con los gobiernos tanto de Costa Rica como de Panamá”, publicó el diario, al tiempo que resaltó que Washington ha elogiado públicamente a ambos países por “colaborar con otros acuerdos de seguridad e inmigración”.
Los funcionarios del gobierno estadounidense dijeron al diario que los autobuses solo incentivan a más migrantes a salir de sus países y hacer “el peligroso viaje a la frontera con Estados Unidos”.
En cambio, los países centroamericanos sostienen que el sistema de autobuses hace que el viaje sea menos peligroso y los migrantes puedan obviar los grupos del crimen organizado que trafican con migrantes.
The New York Times resaltó que Biden recibió en agosto pasado al presidente Rodrigo Chaves, antes de enviar $12 millones para reforzar políticas de inmigración.
Según la publicación, más de 400.000 personas han cruzado a Costa Rica desde Panamá en lo que va de 2023, el doble del 2022. Esto provocó que se instauraran campamentos de migrantes a lo largo de la frontera entre Costa Rica y Panamá.
“No existe capacidad para poder limitar ese flujo migratorio, sino que hay que administrarlo”, dijo al diario José Pablo Vindas, coordinador de la policía de migración de Costa Rica.
El traslado de migrantes en autobuses empezó después de que el gobierno de Chaves declarara una emergencia nacional por el aumento del flujo migratorio.
The New York Times detalla que, según las “autoridades costarricenses afirman, el programa de transporte en autobús ha eliminado los campamentos, disminuido la tensión sobre las comunidades fronterizas y proporcionado a la gente una alternativa más segura que pagar a los traficantes de personas”.
“No es para desmotivarlos, pero el Gobierno lo que trata de dar es un viaje seguro y ordenado”, dijo Vindas al diario estadounidense.
Cada migrante debe pagar, para llegar en autobús hasta la frontera entre Panamá y Costa Rica, $60, así como otros $30 más para ser trasladado hasta la frontera con Nicaragua. El diario destaca que estas son dos tarifas más que se agregan a muchas más que los migrantes deben pagar en su camino a Estados Unidos.
El periódico agregó que el traslado en autobús no necesariamente hace el viaje más seguro y menciona varios accidentes en carreteras de Panamá y México donde murieron migrantes.
El mecanismo para el traslado de los migrantes también ha generado críticas.
Todos los que quieran seguir su camino rumbo a la frontera con Nicaragua deben hacerlo obligatoriamente en un autobús; no puede salir nadie de otra forma, dijo Vindas.