El Ejército de Nicaragua se pronunció en contra de un informe emitido por la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, el cual señala que militares nicaragüenses y policías costarricenses están involucrados en el tráfico de personas en la frontera común.
En un comunicado de prensa, el Ejército nicaragüense declaró que estas informaciones originan “rumores y falsa información” con la intención de poder afectar la “imagen y credibilidad” de la fuerza armada.
El informe Las Caras del Exilio Nicaragüense: Expulsados y Vulnerabilizados señala que funcionarios de ambos países colaboran en el tráfico de migrantes de Nicaragua hacia Costa Rica.
“Se han detectado situaciones de corrupción tanto de cuerpos policiales costarricenses como de las fuerzas armadas de Nicaragua, que están involucrados con estas organizaciones (de tráfico de migrantes). Coadyuvan dando información para facilitar el paso, avisando de retenes u operativos a cambio de dinero”, dice el informe.
El estudio de la Fundación Arias utilizó una técnica de investigación mixta (cualitativa-cuantitativa), en la cual se entrevistó a 284 personas solicitantes de refugio, 14 vecinos de las zonas fronterizas y migrantes irregulares, así como 14 funcionarios de entidades como la Fuerza Pública, la Dirección General de Migración y las municipalidades de los cantones de La Cruz, Upala y Los Chiles.
Al respecto, el Ejército de Nicaragua comunicó: “Se pretende de forma burda y mal intencionada hacer señalamientos en contra de miembros del Ejército de Nicaragua en complicidad con integrantes de la Fuerza Pública de Costa Rica, sin presentar prueba y evidencias”.
“Lamentamos que la Fundación Arias se preste para este tipo de manipulaciones de empleo de falsa información y no asuma criterios éticos y de responsabilidad, que cualquier entidad sería tiene, consultando fuentes oficiales”, agrega.
Por su parte, la Fundación Arias afirmó estar acostumbrada a este tipo de reacciones de parte del régimen del presidente Daniel Ortega.
“Tras haber sido puesta en evidencia la corrupción de miembros del Ejército nicaragüense en la frontera con Costa Rica, la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano ha sido objeto de un ataque verbal de parte del Ejército Ortega Murillo, durante el fin de semana”, aseveró la institución.
“No nos sorprende ni nos amedrenta el comunicado de odio emitido por los militares nicaragüenses el fin de semana. Ese ejército la emprende contra un estudio de nuestra Fundación que ratifica de forma técnica, la realidad que acontece en la frontera sur de Nicaragua y lo que ocurre en ese país”, señalaron.
Según dijo Ana Yancy Espinoza, directora académica de la Fundación, en el programa Malas Compañías de Teletica Radio, la reacción es “excesiva”, pues lo que se dice en el informe es que son algunos militares los involucrados.
“Me parece interesante que se tomen la molestia de desacreditar que alguien del Ejército pueda participar en este tipo de cosas, porque están asumiendo que un ataque directo hasta la institución”, explicó.
El comunicado nicaragüense agrega tener un “impecable récord de colaboración regional” en temas de crimen organizado.
Fundación Arias acostumbrada a los ataques
El pasado mes de setiembre, la Fundación realizó un Tribunal de Conciencia, donde se determinó que en Nicaragua se había utilizado la violencia sexual como crimen de lesa humanidad en contra de los adversarios del régimen Ortega-Murillo.
Dentro de las agresiones que se cometieron estaban violaciones sexuales con escopetas, quemaduras de genitales con cañones calientes y ácidos, violaciones masivas y aborto forzado entre otras.
Debido a esta actividad, Lina Barrantes, directora de la fundación, denunció que estaban recibiendo una gran cantidad de amenazas cibernéticas.
Para ese momento, Barrantes explicó que estos ataques ya eran conocidos, pues se han hecho cada vez más frecuentes durante el último año, caracterizados por amenazas y publicaciones “descabelladas”.
“Para nosotros, esto ya es una situación conocida, sabemos cómo proceden, sabemos que tiene millones de troles para insultarnos e insultándose a ellos mismos (...). Esas cosas empezaron a suceder hace más de un año, tuvimos que poner cámaras perimetrales por motivos de seguridad”, afirmó.
Actualmente, esta Fundación asegura que han redoblado el trabajo con organizaciones nicaragüenses objeto de persecución del gobierno de Ortega.
Señalan que están dando soporte a defensores de Derechos Humanos y organizaciones de la sociedad civil para que continúen su misión en el exilio.
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