“Prosperados, bendecidos y en victoria”. No, no es el eslogan de un predicador. Es la frase impresa en uno de los numerosos rótulos propagandísticos con los que el gobierno de Daniel Ortega inunda la ciudad de Managua y las principales carreteras de su país.
Dominadas por el color fucsia, las imágenes sobresalen entre los espacios publicitarios de las rotondas y vías capitalinas, donde circulan desde autos de lujo hasta carretas jaladas por caballos.
La presencia del Gobierno se siente en la calle con sus mensajes: “Buen gobierno 2013. Cristiana, socialista y solidaria. Por todos y por el bien de todos”.
Los postes del tendido eléctrico están pintados de rojo y negro, colores originales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FLSN), partido de gobierno que ahora también usa tonos más vivaces como fucsia y amarillo.
Managua es una ciudad de símbolos.
Junto a la silueta de Augusto Sandino y demás líderes revolucionarios, abundan imágenes del presidente Ortega y ahora también del expresidente venezolano, Hugo Chávez, a quien el Gobierno construyó un monumento en la avenida Simón Bolívar.
“Es en gratitud a todos los beneficios que dio el comandante, aun muerto porque él dejó a (Nicolás) Maduro y él sigue apoyando a Nicaragua con el ALBA”, dice Karla Vanessa Leitón Martínez, una capacitadora del Ayuntamiento de Managua, cuya casa está diagonal al monumento.
Leitón relató que, cuando Chávez visitó Nicaragua en el 2010, ella y su esposo se acercaron a la caravana a pedir una casa. “Chávez le dijo a Daniel ‘démosles la casa’”, recordó ella. La vivienda, adornada con símbolos del FSLN, les permitió ahorrar unos 1.800 córdobas en alquiler (¢36.000).
Ser sandinista parece ser algo muy popular en Managua. ¿A cuánto las banderas del Frente? “A 30 pesos (¢600)”, responde un vendedor en una intersección. ¿Y de otro partido? “No, estas son las que se venden, se la dejo en 25”, agrega. En otra ocasión. “En 20 pesos”, insiste el vendedor.
Miles de personas visten a diario camisetas blancas con eslóganes del Gobierno. Y muchos usan banderas del FSLN en sus autos.
Pero, no solo ahí sobresale el FSLN. En las instituciones oficiales, ondean juntas las banderas de Nicaragua y del Frente.
En las puertas de las oficinas de la Cancillería hay afiches con el eslogan “34/19 razones para celebrar en victoria”, en alusión al aniversario número 34 de la revolución sandinista del 19 de julio de 1979.
El afiche tiene una imagen de la pareja presidencial: Ortega y su esposa Rosario Murillo. Ella aparece con diez collares, diez pulseras y anillos en ocho de sus dedos (solo no tiene argollas en los pulgares). Él, con el reloj al revés, con la carátula en la parte interna de la muñeca.
En el muelle Salvador Allende, otro ícono del gobierno de Ortega, hasta los basureros tienen logos del sandinismo, como ‘Viva la Patria Libre’ o “Seguimos cambiando”. Este muelle es un paradero turístico ubicado frente al lago de Managua cuya segunda etapa fue terminada por el gobierno sandinista en el 2012. Allí, además, hay una plaza del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América).