La diplomática Elayne Whyte renunció, el pasado 19 de diciembre, al cargo de embajadora de Costa Rica ante las oficinas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con sede en Ginebra, Suiza.
Ella dimitió luego de que, en noviembre del año pasado, un estudio de clima organizacional le achacó haber generado un ambiente hostil en la misión por exigir más de 50 horas de trabajo semanales al personal, entre otros asuntos, así como haber utilizado al chofer de la embajada para asuntos personales, según publicaron esta semana Diario Extra y crhoy.com.
En conversación telefónica con La Nación, este viernes, la embajadora Whyte aseguró que el estudio sobre clima organizacional dentro de la misión diplomática no fue la causa de que dejara la embajada en Ginebra.
En cuanto al señalamiento sobre sobre el uso del chofer de la embajada, la diplomática lo negó rotundamente y prefirió no ahondar más en los aspectos abordados por el estudio, sin antes hablar con su abogado.
Sobre la carga de trabajo, Whyte sí apuntó que no es lo mismo trabajar en una oficina de una institución pública en Costa Rica que hacerlo en una misión diplomática, “por ejemplo en las negociaciones sobre cambio climático (en la COP 25, en Madrid), donde las negociaciones se fueron a sábado y domingo, hasta la madrugada”.
“Nosotros tenemos un régimen jurídico aparte para la diplomacia. El sistema de inmunidades y privilegios no se acaba cuando el funcionario apaga la computadora, los sigue teniendo si camina por la calle o va en el bus”, dijo.
La dimisión la dio a conocer la Cancillería este viernes 10 de enero en un comunciado, en el cual también informó de que la embajadora Whyte se acogió al servicio de rotación y regresará al servicio interior de la Cancillería de la República a partir del 29 de febrero próximo.
“Yo no renuncio. Yo pido la rotación cuando me toca, que es cuatro o cinco años máximo. Cumplí los cinco años en octubre, pero había muchos temas importantes el año pasado, incluyendo la invitación para que Costa Rica fuera coauspiciante del Foro Mundial sobre Refugiados”, dijo la diplomática.
“El estudio no fue parte de ninguna consideración. Más bien, para mí, era una invitación a dar la cara, porque yo doy la cara, no me escondo”, dijo Whyte sobre el informe de su gestión al frente del personal diplomático en Ginebra.
En la breve conversación, apuntó que considera que hubo enfoques inapropiados en la gestión del informe, lo que le ha generado grandes dudas y cuestionamientos “no solo del estudio, sino del informe como tal”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, a su vez, informó de que denunció, ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la filtración del estudio, el cual se basó en una revisión hecha en el mes de setiembre del 2019.
Según Whyte, no es usual que la Cancillería ordene hacer un informe de ese tipo en “una materia tan especializada como el servicio exterior y, sobre todo, la diplomacia multilateral”.
Además, indicó que el estudio podría ser una herramienta para mejorar el desempeño del equipo humano, la planificación, la comunicación entre el equipo, el reparto de cargas, lo que pudo haber generado un “plan para abordar el tema con una perspectiva constructiva y no punitiva”.
Según el informe sobre clima organizacional en la misión permanente de Costa Rica ante la ONU en Ginebra al que hace referencia Extra, el ambiente en esa embajada era “desfavorable, hostil y hasta violento”.
Además, crhoy.com refirió que, según el documento, la embajadora habría utilizado el chofer y el vehículo de la embajada para asuntos personales.
Entre las quejas de los empleados de la embajada, estaba que la mayor parte de los colaboradores trabajan más de 50 horas a la semana, sin el debido pago por jornada extraordinaria.
En una cita de ese diario sobre el informe MCJ-ICO-GRHS-01-2019, se dice que "se logró identificar abuso de poder por parte de la jefatura de misión en cuanto a temas tales como trato al personal, funciones, aprobación de vacaciones y contratos de trabajo"
El estudio estaría firmado por Lindsay Guerrero Sosa y Diego Vásquez Arias, como parte de un convenio interinstitucional entre la Cancillería y el Ministerio de Cultura.
Entre las acciones que la Cancillería destacó sobre la gestión de Whyte en Ginebra, estuvo la presidencia de la Conferencia de las Naciones Unidas que adoptó el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, además de la resolución tomada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que acogió la resolución sobre Carga Mundial de Mordeduras de Serpientes.
La nota de prensa también destaca el impulso que se le dio, durante la gestión de Whyte, a la resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Nicaragua.
La funcionaria diplomática estaba asignada en Ginebra desde el primer año de la administración de Luis Guillermo Solís, en el 2014. “De acuerdo al proceso de rotación del servicio exterior, después de cuatro años se debe retornar a la sede central, o sea, a San José”, informó la Cancillería.
La renuncia de Whyte quedó aprobada por el Consejo de Gobierno un día después de que ella la presentara, el 20 de diciembre.