En las elecciones municipales de febrero del 2024, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) probará el uso de un sistema de identificación biométrico y máquinas para emitir el voto.
Así lo anunció Héctor Fernández, director general del Registro Electoral y Financiamiento de Partidos Políticos del TSE, en una entrevista con La Nación.
Estos cambios tienen como objetivo agilizar el trabajo de las mesas de votación y el anuncio de los resultados preliminares en la noche del día de las elecciones. Se espera que la nueva tecnología se implemente como parte de un plan piloto en aproximadamente 500 Juntas Receptoras de Votos, equivalentes al 10% del total.
Se eliminaría revisión manual de la cédula
Una de las mejoras consiste en eliminar la revisión manual de las cédulas de identidad. En este sentido, el TSE ha estado en conversaciones con el Consejo Electoral de Honduras para establecer un convenio de cooperación que permita a Costa Rica utilizar alrededor de 500 dispositivos de identificación biométrica prestados por el país vecino.
Esta medida simplificaría el proceso actual, en el que los electores entregan su cédula a un miembro de mesa, quien debe verificar la información con el padrón electoral.
Los dispositivos, que ya han sido utilizados por Honduras en procesos electorales, funcionan mediante las huellas dactilares: el votante coloca su dedo en el dispositivo y este verifica si está registrado para votar en esa mesa.
A partir de las 6 p. m., con el cierre de las urnas, el dispositivo biométrico indicará el número de personas que votaron y la cifra de quienes no se presentaron. Actualmente, este proceso se realiza manualmente y puede llevar hasta una hora para los miembros de mesa, según Fernández.
TSE busca máquinas
Además, el TSE ha realizado estudios de mercado para determinar la viabilidad de utilizar máquinas que faciliten el proceso de emisión del voto mediante boletas con asistencia electrónica.
El elector debe insertar una boleta en blanco en la máquina, que muestra las diferentes alternativas en la pantalla. La máquina imprime la elección en la boleta, la expulsa y el votante la dobla para introducirla en la urna. Hasta este punto, los votos no se registran ni se almacena información en la máquina.
Luego, a las 6 p. m., con el cierre de las mesas, los miembros de mesa acercan las boletas a la máquina, que realiza el conteo correspondiente de los votos.
En la máquina, los miembros de mesa completan la información del acta de cierre, pueden imprimir las actas e incluso generar un código QR para que los delegados de los partidos envíen la información a sus agrupaciones.
Según Fernández, en Costa Rica todo el proceso de cierre puede durar hasta tres horas, mientras que en Paraguay, donde se utiliza la boleta electrónica, dura alrededor de 40 o 45 minutos.
Los análisis de costo realizados para implementar esta tecnología en febrero indican que se necesitarían entre $1,5 millones y $2 millones para imprimir 10 millones de boletas. Además, la ventaja es que las boletas no insertadas a las máquinas se podrían aprovechar en otras elecciones, a diferencia de las impresiones en papel.
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Disminución de miembros de mesa
El funcionario fundamentó la decisión de cambios debido a la disminución significativa y sostenida de representantes de los partidos políticos en la integración e instalación de las Juntas Receptoras de Votos.
En las elecciones de 2010, todas las Juntas contaban con al menos un representante partidario, pero desde entonces la participación ha disminuido. En las elecciones más recientes, las de 2022, el 37,8% de las Juntas (2.558) careció de representantes designados por los partidos políticos, siendo cubiertas por auxiliares electorales nombrados por el TSE.
Esta situación ha impactado la eficiencia del TSE en la transmisión de los datos electorales. Según el informe “Evaluación del proceso electoral 2022″, en las últimas elecciones presidenciales solo se pudo incluir en el resultado provisional, que se dio a conocer la misma noche de las elecciones, el 88,20% de los datos, mientras que en el proceso de 2018 ese porcentaje fue del 94,04%.
Esto significa que no se pudo procesar el resultado correspondiente a 766 Juntas, donde se recibieron un total de 270,129 votos, debido a errores en la suma y el llenado de actas.
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El informe detalla que, en muchos casos, las Juntas estuvieron integradas únicamente por auxiliares que, al no tener suplentes, tuvieron que desempeñar sus funciones durante 14 horas o más.
Además, se debe consignar más información debido al aumento en la cantidad de partidos políticos participantes en la contienda, pasando de 13 en 2018 a 25 en 2022 para las elecciones presidenciales.
Ambas situaciones influyeron en el aumento del tiempo necesario para finalizar el proceso de cierre de la votación y en el porcentaje de actas con errores, principalmente en la suma, lo que afectó la eficiencia en la transmisión de datos, ya que este tipo de errores impiden procesar el resultado correspondiente a la respectiva Junta.
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