El tema de la inseguridad y la permeabilidad de las fronteras costarricenses le apaga la sonrisa al embajador de Estados Unidos en Costa Rica, Stafford Fitzgerald Haney.
Durante 50 minutos, el miércoles 10 de febrero, el diplomático conversó con La Nación sobre el incremento de flujos migratorios que se mueven por Centroamérica hacia los Estados Unidos, el cual reventó con la crisis de los migrantes cubanos.
El diplomático detalló gestiones que hizo su país, para cooperar en este caso, y expresó preocupación por los tráficos de personas, vida silvestre y drogas en Costa Rica.
A continuación lea un extracto de la entrevista:
¿Cómo percibe usted la solución al problema con los migrantes cubanos, que ahora consiguieron un flujo hacia el norte?
Creo que, primeramente, hay que felicitar al Gobierno y al pueblo de Costa Rica por el trato que le han dado a los cubanos. Es un trato digno, humanitario, y no ha sido fácil. El trabajo de la Cancillería y de la Casa Presidencial, con los demás países de la región, dio resultados. Hay un pacto o convenio entre México, Guatemala, El Salvador y Costa Rica para que puedan seguir en su camino. Estados Unidos consideró que el problema era regional y se tenía que resolver de una manera regional.
¿Cuál fue el papel de Estados Unidos en estas conversaciones? Es de suponer que, al menos, se le consultó a Estados Unidos lo que se iba a hacer (en vista de que es el destino final de los migrantes).
No tanto. Creo que siempre habíamos dicho que hay dos aspectos: el migratorio y el humanitario. Y nosotros aquí, en la Embajada, siempre nos enfocamos en el lado humanitario para ver si podíamos ayudar a Costa Rica a liderar con los otros países, porque nos preocupaba que no pudiera lidiar con 8.000 personas que no esperaba.
”En cuando al flujo migratorio, siempre estamos en conversaciones porque lo consideramos importante para la región. Pero, en cuanto al convenio en sí, eso fue algo entre los países. Participamos en una junta en diciembre, en México, e intentamos que se pusieran un poco más de requisitos en la visa de ingreso a los cubanos”.
¿A qué nivel se hizo ese trámite?
En Washington y también por iniciativa de las embajadas. Nosotros hablamos mucho obviamente aquí en Costa Rica con el Gobierno. No es un secreto que la semana pasada también hubo conversaciones entre La Habana y Washington. Este es un tópico bien importante para los Estados Unidos.
¿Qué evaluación hace de la decisión del presidente Luis Guillermo Solís de sacar a Costa Rica de la mesa política del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), a raíz de la tardanza de la región en responder la petición de ayuda para atender la crisis migratoria?
Costa Rica tiene un papel muy importante que puede jugar, pero obviamente tiene que estar dentro para jugar. Tengo entendido que la decisión de salir de la mesa política es para evaluar qué se puede hacer mejor. La cooperación entre los países es muy importante. Es igualmente importante que el país siga trabajando en los otros órganos del SICA, como el comercial y el migratorio. Nosotros vemos a Centroamérica como una región, aunque cada país con sus diferencias. Pero (la integración) es importante para atraer Inversión Extranjera Directa (IED). Hay que pensar un poco más regionalmente.
¿Se equivocó Costa Rica al dejar la mesa política del SICA, a los ojos de la Embajada de Estados Unidos?
El Gobierno tiene su objetivo. Sería bueno tener concretizado lo que quieren cambiar (del SICA) y cómo quieren cambiarlo. Eso sí, es una cosa buena que quieran mejorar al SICA. Sería muy bueno para todos en la región saber cómo exactamente pretenden hacerlo, qué van a traer a la mesa y qué quieren cambiar.
Al estar fuera de la mesa política del SICA ¿ve usted a una Costa Rica debilitada?
No, yo creo que el liderazgo de Costa Rica anda muy bien en varias áreas (…). En temas de medio ambiente y energía, hasta cierto punto, están trabajando bien, igual en materia comercial y de derechos humanos. Siempre se puede hacer más. Nos pareció muy bien el liderazgo que Costa Rica tuvo en París en la pasada XXI Conferencia sobre Cambio Climático.
Una vez que se empieza a mover el flujo de cubanos y se conoce la anuencia de Guatemala, El Salvador y México a prestar su territorio para ese flujo, salen a la luz declaraciones del Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, de que se iba a tener una política migratoria más humanitaria para los migrantes del norte de Centroamérica…
Un tema no tiene nada que ver con el otro, pero esto del “triángulo norte” es una cuestión que nosotros llevamos tiempo trabajándolo.
Pero las manifestaciones de John Kerry suavizan un poco la reticencia inicial que había, principalmente del Gobierno de Guatemala. Es palpable que su pronunciamiento suavizó el ambiente…
Yo no creo que haya relación. También entró México a jugar un papel productivo y constructivo. México tiene mucha experiencia en flujos migratorios. Pero lo que se anunció y lo que ocurrió fue completamente separado.
¿Cómo definiría el papel de la Embajada de Estados Unidos durante las semanas que tardó en resolverse la salida de los migrantes? ¿Habló usted mucho o poco con las autoridades costarricenses?
Hablamos mucho, el primer fin de semana, especialmente. Hemos tenido un contacto constante durante toda la crisis. Hemos estado en contacto desde el inicio.
¿El Gobierno de Costa Rica se ha acercado a la Embajada de Estados Unidos para solicitarle ayuda económica para atender la crisis humanitaria mientras se concreta la salida de todos los cubanos?
El Gobierno de Costa Rica hizo una solicitud internacional a través de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). Nosotros como país participamos en este pedido a través de este organismo. A través del área de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado, donamos a la OIM, que ya está coordinando con el Gobierno de Costa Rica. A través de OIM también deseamos ayudar para ver cómo fortalecemos el sistema migratorio costarricense.
¿De cuánto es el aporte monetario que está haciendo el Gobierno de Estados Unidos para la atención de los cubanos que aún no han salido de Costa Rica?
Yo diría que es significativo.
Mientras Ecuador no fortalezca su política migratoria frente a Cuba, la ruta de la migración cubana va a seguir abierta ¿Qué propone Estados Unidos frente a esta situación?
No son solo los cubanos. Obviamente ese paso migratorio lo está usando mucha gente. Y hemos visto en Costa Rica también gente de otras nacionalidades. Por eso es que también estamos trabajando por el lado de seguridad, porque siempre hemos dicho que la migración segura y legal está bien. Pero, de lo contrario, es muy peligroso poner a los migrantes en esa situación. La migración de cubanos es el síntoma de algo mayor y por eso es que tenemos que enfocarnos en qué podemos hacer como país de la región para mejorar la situación.
Queda en evidencia que hay un paso migratorio importante. ¿De qué manera se puede apoyar la vigilancia a través del patrullaje conjunto entre Costa Rica y Estados Unidos? ¿Se puede ampliar el convenio existente entre ambos países?
El patrullaje conjunto es muy amplio ya. Yo diría que es algo que siempre estamos trabajando para frenar el tráfico de drogas, de personas y de vida silvestre. Estamos experimentando en todo el mundo un flujo migratorio que no se veía desde hace mucho tiempo.
¿Entonces ese patrullaje conjunto implica seguridad en el tráfico de personas?
El convenio está enfocado más que nada en narcotráfico, pero tenemos otros muchos convenios con Costa Rica que estamos trabajando con el Ministerio de Seguridad, con la Policía de Control de Drogas, con Guardacostas y Migración. Es por este fenómeno migratorio que el Gobierno del presidente Barack Obama gestionó, ante el Congreso, el año pasado, una donación de $750 millones para Centroamérica, para empezar a enfocarnos en el porqué de tanta migración hacia los Estados Unidos. No es un tema solo de seguridad, también tiene que ver con la prevención, cómo mejorar el desarrollo económico y dar oportunidades a la gente en sus países.
¿Qué implica para la región centroamericana y para Costa Rica el cambio de mando en el Comando Sur de los Estados Unidos?
La nueva persona a cambio se llama Kurt W. Tidd. Yo le hablé sobre la sociedad única y especial que tenemos con Costa Rica, que es muy importante y dijo que le emociona mucho trabajar con Costa Rica y fortalecer todavía más la relación que hemos tenido. Creo que si el cambio implica algo, sería una continuación positiva del trabajo conjunto que hemos hecho.
¿Qué impacto podría tener en las políticas contra el narcotráfico el giro hacia la legalización de la marihuana que están dando varios estados de Estados Unidos?
Desde el punto de vista federal no ha cambiado nada. Entonces, las leyes federales aún prohíben el uso de marihuana y todos los programas que tenemos a nivel mundial son federales, no estatales. El sistema federal no ha cambiado. La lucha contra el narcotráfico no ha cambiado en nada en Estados Unidos.
¿El hecho de que los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán hayan estado en Costa Rica es muestra de que hay que fortalecer la cooperación con Estados Unidos para mejorar la seguridad fronteriza?
Ya estamos trabajando juntos en toda el área de seguridad, desde la inteligencia, el combate del narcotráfico, hasta la prevención. Ambos gobiernos están dispuestos a estrechar más los vínculos que ya tenemos. La seguridad fronteriza es un área de oportunidad en la que estamos trabajando. Ya estamos trabajando con Migración sobre un plan global para mejorar los sistemas de control.
¿Cuál es la opinión de la Embajada sobre el escenario de desmejora que pinta el Ministerio de Seguridad por falta de presupuesto?
En una situación donde todo el mundo ya reconoce que el año pasado fue difícil en cuanto a crimen, homicidios, fronteras porosas. Hay que invertir en seguridad y en el problema que Costa Rica está enfrentando ahorita con la crisis fiscal se hace todavía más difícil. No puede ocurrir un recorte de presupuesto justamente cuando está empeorando la situación de seguridad.
¿Está el país perdiendo terreno en materia de seguridad?
Si hablamos de Migración, el año pasado fue excelente para Costa Rica con un aumento de un 9 o 10% de turistas. Habría que preguntar si el personal de Migración subió de igual manera o no. Sé que no fue así.
¿Usted se siente viviendo en un país seguro?
Todo es relativo. Con respecto a otros países donde yo he vivido, este es muy seguro. En cualquier ciudad del mundo hay que tener cuidado. La pregunta es más cómo el país se siente y qué es lo que está pasando (…). El país tiene que encontrar una manera de invertir tanto en la gente como en la seguridad.
¿Usted ha tenido contacto directo con Mariano Figueres, jefe de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS)?
Se puede decir que sí, porque hemos tenido contacto con todo el Gobierno.
¿Cómo ve la operación de Uber en Costa Rica?
A mí me encanta Uber en los Estados Unidos. Lo uso siempre.
¿Y aquí lo ha usado?
No lo he usado en Costa Rica.