La fiscala general, Emilia Navas Aparicio, les solicitó a los magistrados de la Corte Plena estudiar los mensajes de Whatsapp que aportó como prueba al acusar al diputado Otto Roberto Vargas, del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), por el presunto delito de concusión.
Se trata de textos en los que un exasesor legislativo, de nombre Andrés Monge Marranghelo, le reclama a Vargas por tener que entregarle parte de su salario a otro asesor del legislador, de nombre Marco Montenegro, que trabajaba ad honorem.
El 30 marzo pasado, la Corte Plena desestimó la acusación al considerar que no existen suficientes pruebas para sustentar que Otto Roberto Vargas indujo u obligó a Andrés Monge a entregar parte de su salario a Montenegro.
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14 de los 22 magistrados concluyeron que, de los mensajes aportados como prueba, no se concluye que el diputado hubiese ejercido una coerción sobre su asesor y que, de las entrevistas a los testigos, se desprende que había un “acuerdo de voluntades” entre dos integrantes de la oficina para compartir el salario que uno recibía.
En el recurso de revocatoria presentado el pasado 19 de agosto contra la resolución TCP 1-2020, Emilia Navas argumenta que la Corte Plena, convertida en tribunal, ignoró prueba documental fundamental y, al contrario, usó testimonios sin valor jurídico.
La fiscala alega que se les dio más valor a los testimonios de varias personas, que son asesores del congresista, que a la acusación del denunciante y a los mensajes de texto que este aportó.
Se refiere a los testimonios de Mariana Fernández Sing, Álvaro Sagot Lopez, Osvaldo Artavia Carballo, Rosa Palma Barboza, Juan Félix León Gómez y José Manuel Echandi.
Sagot, Artavia, Palma, León y Echandi son asesores del despacho del legislador, mientras que Fernández Sing fue tesorera del Partido Republicano, excandidata a diputada por el segundo lugar de San José y pareja de Montenegro, el beneficiario de la mitad del salario que, según Monge Marranghelo, el diputado le obligaba a entregar.
Navas argumenta que la Corte les dio valor probatorio a sus versiones de forma ilegítima, porque esos elementos solo tienen valor si fueron debidamente incorporados a un procedimiento judicial, según lo establecido en el Código Procesal Penal.
“La fundamentación para establecer la falta de pruebas se basa en entrevistas de testigos que ni siquiera fueron ofrecidos. (...) Esto roza con el derecho procesal, pues para que esos testimonios tengan validez deben ser evacuados en juicio, bajo los principios de inmediación, inmediatez, continuidad, contradictorio y oralidad”, reclamó Navas.
Navas que, si la Corte iba a hacer una valoración de fondo, como finalmente hizo, debía incorporar la denuncia de la víctima y la prueba documental ofrecida, de manera total e íntegra, “situación que no se observa presente en la resolución”.
La Fiscalía asegura que, en la resolución de una mayoría de magistrados, se concluye, de forma absolutamente genérica, que había estrecha relación entre Monge y Vargas, pero que no había elementos para concluir que Vargas lo había inducido a entregar parte de su salario a Montenegro.
Esa conclusión es simplista, a criterio de Emilia Navas, quien aseguró que una descripción y análisis integral de los mensajes entre Monge y Vargas permite llegar a la “conclusión de la existencia del grado de probabilidad de la existencia del delito denunciado” y no únicamente que el denunciante le tenía gran cariño al diputado.
¿Y la sana crítica?
Según la fiscala Navas, a los magistrados les faltó analizar con sana crítica, los mensajes entre Vargas y Monge, de donde ella considera que, aparte del cariño que le profesaba el denunciante al denunciado, se deja ver una clara posición de subyugación del asesor hacia el diputado y se extrae que este último daba muestras de conocer claramente lo que sucedía.
En las conversaciones, que la Fiscalía adjuntó a la solicitud de revocatoria, Monge solía llamar “padre” al diputado Vargas y, además, le menciona en varias ocasiones el asunto del traslado de la mitad de su salario a Montenegro.
Incluso, en varios de los mensajes, el exasesor le reprocha a Vargas que lo maltrate, cuando simplemente podía despedirlo.
“¿Crees que Gabriel (un periodista de la campaña electoral) aceptaría darle cada quincena la mitad de su salario a un muchacho que viene a sentarse en su computadora y no hacer nada más que oír música en youtube y ver futbol? (...) No sabes, paralelo a redes, todo lo que implica mi trabajo y el cariño y profesionalismo con que lo he hecho”, le dice Monge a Vargas, en un mensaje del 4 de agosto del 2018.
En una conversación del 16 de ese mes, el asesor le expone al legislador que la situación económica en su casa no está bien y que, mientras tanto, él tenía que darle dinero a Montenegro, “100 mil colones que a ustedes sí les sobran porque no me digan que no, usted mismo me vive enseñando corbatas y perfumes que cuestan más de lo que yo gano”.
El denunciante, incluso, escribió que Otto Roberto Vargas ya le había dicho, anteriormente, que agosto era el último mes que tenía que darle la mitad de su salario a Montenegro.
“Le voy a dar esta quincena a Marcos como te lo prometí porque confío en ti y no te haría un problema, pero ya no hay próxima y así se lo voy a dejar claro a Marco”, le escribió Monge al diputado, el 16 de agosto del 2018, a las 9:14 a. m. Otto Roberto Vargas le respondió: “Tranquilo hijo”.
Cuando Monge le dice que estar en esa situación le duele mucho, Vargas le respondió: “Pero ya habíamos hablado, no sé qué pasó ahora”.
“Es que ahorita me dijiste que le vas a decir a Marcos ‘que solo este mes más, porque, si no, Andrés se me va a ir’ y la quincena pasada justo me dijiste que esta que le voy a dar ahora es el último y yo pensé que en eso habíamos quedado, por eso me entristeció oír eso”, se lee en el mensaje enviado por Monge.
A eso, Otto Roberto Vargas solo le respondió: “Tranquilo”.
A finales de ese agosto, en otra conversación aportada como prueba, Monge le dice a Vargas que se le venció el teléfono, que no tiene dinero, y que está consciente de lo que el diputado le ha dicho “Andrés, usted estuvo conmigo en las malas y las horribles, aguántese un poco más que ya casi vienen las buenas”.
En cuanto a las conversaciones entre Monge y el beneficiario del traslado del salario, la Fiscalía establece que, en ningún momento, se puede considerar, como alegan los magistrados, que había un acuerdo de voluntades entre Monge y Montenegro para ese traslado de dinero.
Incluso, refiere que, en un audio, Montenegro le explica a Monge que él no estaba de acuerdo desde un inicio con eso y que se sentía incómodo, y que hablaría con Otto Roberto Vargas.
Navas, entonces, asegura que si los magistrados hubieran hecho sana crítica sobre las pruebas, se habrían preguntado por qué una persona con problemas económicos decide unilateral y voluntariamente darle la mitad de su salario a una persona que no es cercana a él.
“¿Por qué, si el acuerdo fue libre y voluntario, no dejó de dar la mitad de su salario después de varios reclamos? ¿Por qué, si fue un acuerdo libre y voluntario, se le reclama al imputado Otto Roberto Vargas Víquez y se pide su intercesión para terminar dicho acuerdo?”, reclama la fiscala.
Además, cuestiona por qué, si el diputado republicano no tuvo que ver con ese acuerdo, Andrés Monge le remite mensajes de forma continua y reiterada sobre ese asunto.
“¿Por qué, si Otto Roberto Vargas Víquez no tenía nada que ver en el asunto, le contesta a Andrés que se quede tranquilo, que eso ya lo habían hablado y que todo va a estar bien? ¿Por qué, si fue un acuerdo unilateral y voluntariamente de entregar la mitad de su salario, le reitera a Marco su compromiso de cumplir con lo indicado por el acusado Otto Roberto Vargas Víquez?”, alega la petición de la Fiscalía.