Álvaro Jenkins, presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), rechazó el diálogo convocado por el Gobierno para buscar soluciones a la crisis fiscal y, en su lugar, firmó un pacto con el grupo dirigido por los exdiputados Célimo Guido y Óscar Campos, el cual bloquea carreteras, hiere policías, viola las libertades de civiles y destruye bienes públicos.
Se trata de un grupo acuerpado por los sindicatos públicos, como la Anep de Albino Vargas y Asdeice. Además, ha recibido apoyo de gremios del Ministerio de Educación para entorpecer el tránsito de carreteras, como ocurrió esta semana en el aeropuerto Juan Santamaría.
¿Con quién negoció realmente la Uccaep? Si hilamos fino en torno al debate sobre la crisis económica del Gobierno, que es el fondo de nuestra crisis, surgen contradicciones.
La repartición de las sillas
La Uccaep rechazó asistir al diálogo nacional alegando un desequilibrio en la cantidad de sillas que le asignaron. Argumentó que el sector privado genera el 85% del empleo en el país, lo cual es cierto.
En el esquema del diálogo, la Uccaep tenía la misma cantidad de sillas que los sindicatos del sector público, que representan a la menor parte de los trabajadores del país. No obstante, el Estado de la Nación insistió en que el mecanismo ofrecía cinco garantías de que a ningún sector le pasarían la aplanadora.
En otras palabras, la Uccaep reclamaba una mayor cantidad de votos y su presidente ni siquiera escuchó las explicaciones del Estado de la Nación. A última hora, canceló una reunión alegando, públicamente, que tenía una “emergencia en la finca”, cuando en realidad se fue a San Carlos a reunirse con Célimo Guido.
Entonces, con el acercamiento a Rescate Nacional, ¿cree la Uccaep que Célimo Guido y los sindicatos de empleados públicos que lo acuerpan, como el del Albino Vargas, estarán dispuestos a decirle ‘yo les cedo mis sillas porque el sector privado tiene el 85% de los empleos’?
Es evidente que no cederán ni un pedacito de silla.
Venta de activos
Una de las banderas de Célimo Guido es la oposición a la venta de instituciones públicas como Fanal, el ICE y los bancos públicos. Este viernes, el exdiputado dijo a la prensa: “A como va esto, si venden el ICE, si venden Fanal, si venden la banca, se van a llevar todo”.
Esto es realmente extraño, porque en este punto el presidente Carlos Alvarado pareciera estar más cerca de Célimo Guido que el presidente de la Uccaep.
El 30 de setiembre, Alvarado declaró en Puntarenas: “Yo tampoco quiero vender al patrimonio institucional de Costa Rica, por eso no hemos puesto sobre la mesa ni al ICE, ni a los bancos, yo no voy a vender ese patrimonio”.
En cambio, Jenkins había dicho que trabajaba en una contrapropuesta fiscal que podría incluir venta de activos, baja en el peso de la deuda y disminución en el gasto público.
Incluso, opinó que los únicos activos que el Gobierno propuso vender o concesionar, Bicsa y Fanal, “producirán un ingreso muy pequeño y posiblemente deberían estar pensando en ventas de otros activos que den mucho más”.
Continuidad de bloqueos
Jenkins afirmó el viernes que, en cinco horas, él logró que Célimo Guido depusiera los bloqueos. No obstante, el mismo día, el exdiputado dijo que eso era abiertamente “falso”, pues él y sus más cercanos colaboradores habían dado la directriz de levantar los cierres de carreteras desde el sábado.
En la tarde del mismo día, el exdiputado Óscar Campos afirmó que no los van a encontrar desarmados cuando se vuelvan a enfrentar a la policía en más de 150 puntos.
Impuestos y gasto público
Célimo Guido dice haber encontrado puntos de coincidencia con la Uccaep en temas como el combate a la evasión y la elusión fiscal. Este debe ser el punto en el que más coinciden todos los sectores del país y debe atenderse.
Sin embargo, según exponen economistas, la magnitud del gasto público y del déficit fiscal hoy hacen imposible atacar el problema por un solo lado. Jenkins lo sabe y aquí surge otra contradicción.
En una reciente entrevista en Malas Compañías, en Teletica Radio, el presidente de la Uccaep hizo ver la necesidad de contener los excesos en el gasto público, al señalar, por ejemplo, que Costa Rica gasta el 50% de sus ingresos corrientes en los salarios del sector público, aunque la media es del 25% en la OCDE.
A mediados de setiembre, también dijo que el sector privado había sobrellevado la mayor carga de la crisis y que, ahora, era necesario balancear la ecuación, incluso con “algo que tenga que ver con gasto público en planillas”.
No obstante, en el fondo, acuerpado por los sindicatos públicos, el grupo de Célimo Guido se constituye en una herramienta contra las medidas de austeridad; al menos, tendría que corresponder a la lealtad de Albino Vargas.
El grupo de Guido utiliza la fachada de rechazar nuevos impuestos, los cuales a la Uccaep tampoco le agradan, al igual que al grueso de los contribuyentes, pero mezcla ese eslogan con consignas como no a la venta de activos estatales, mientras que los sindicatos se encargan de agregar la oposición la contención del gasto.
¿Renunciarán Rescate Nacional y los sindicatos que lo acompañan a cerrar vías cuando sea necesario contener el gasto en salarios? ¿Y qué posición tendrá la Uccaep?
De nuevo en este punto, a la luz de lo visto en esta semana, ¿qué opinan de esto?:
Mientras los sindicatos de educadores interrumpían el tránsito en las inmediaciones del aeropuerto Juan Santamaría, el Gobierno y los gremios del MEP terminaron de cocinar una nueva convención colectiva que, el viernes, exhibieron en Casa Presidencial.
La convención les otorgó a todos los funcionarios del Ministerio de Educación la Semana Santa libre sin que se les descuenten los días de vacaciones, así como tres días libres por la muerte de abuelos y licencia de paternidad. A su vez, acordaron crear 4.000 nuevas plazas públicas, aunque ni siquiera está el dinero aprobado para ello.
En las reglas de la democracia, los diputados tienen todo el derecho a oponerse a financiar esas plazas, en el Presupuesto Nacional, si concluyen que el gasto es irracional.
¿Cuál es la posición de la Uccaep? ¿Se opone? ¿Se opone Rescate Nacional también o, en este caso, sí está de acuerdo? ¿Hará bloqueos Rescate Nacional si se demuestra que los acuerdos son desmedidos?
El gasto excesivo presiona los impuestos y el Gobierno cometió el error de querer enmendar la crisis fiscal principalmente mediante más tributos. Despertó malestar, pero la Uccaep legitimó a un grupo que, en el fondo, defiende el status quo.
Otra cosa que llama la atención es que la Uccaep se negó a llevar dos diálogos en paralelo, uno con el Gobierno y otro en la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular, como si uno fuese excluyente del otro. Ahí, lo que pareciera haber es otro tipo de problema.
Cooperativas, diputados
Rescate Nacional también recibió el apoyo de cinco diputados: Shirley Díaz, del PUSC; los independientes Dragos Dolanescu y Erick Rodríguez Steller, así como los dos integrantes del PIN: Wálter Muñoz y Patricia Villegas.
Un diputado como Rodríguez, que critica los excesos en el gasto público, ¿apoyará las medidas de austeridad? ¿Lo ve compatible con su apoyo a Rescate Nacional?
Y el anfitrión del encuentro fue el movimiento cooperativo, el cual disfruta actualmente de la exención del impuesto de renta y de créditos blandos financiados con recursos públicos.
Como dijo Albino Vargas, los grupos que bloquean carreteras ya tienen el apoyo de la Uccaep, de cinco diputados y del movimiento cooperativo.
No es violando derechos
En la democracia, existe el derecho a criticar y a oponerse a las medidas de los gobernantes, pero bajo las mismas reglas de la institucionalidad democrática. La propuesta de impuestos de Carlos Alvarado fue rechazada por amplios sectores, incluidos los diputados de oposición, y ni siquiera llegó a materializarse en un proyecto de ley. El presidente desistió de ella y llamó a dialogar para construir una nueva.
No es violando los derechos de los demás como se logran las cosas.
La Uccaep legitimó a un grupo que quiere poner a las autoridades a negociar con la amenaza de que, si no se hace lo que ellos dicen, recurrirán a la fuerza.