Cuando se conoció que Costa Rica iría a una segunda ronda electoral y que esta sería precisamente el Domingo de Resurrección, las alarmas de lucha contra el abstencionismo se encendieron en las dos agrupaciones políticas que se disputaban la carrera por la silla presidencial, así como en el Tribunal Supremo de Elecciones.
El llamado era contundente: Disfruten de las vacaciones pero regresen a votar.
Los costarricenses respondieron con responsabilidad a esa condición.
Así se pudo apreciar este domingo en un recorrido hecho por La Nación.
Durante la mañana el flujo de vehículos sobre la ruta 27 (principal carretera utilizada por quienes vacacionan en el pacífico) se mantuvo constante pero sin presas.
El oficial de tránsito Henry Herrera, aseguró que lo fuerte del regreso se dio entre el viernes en la noche y el sábado. Lo mismo ocurrió en la Costanera sur, incluso por la tarde una vez finalizado el operativo de reversibilidad a las 3 p.m.
Ya en la playa de Jacó, en Garabito de Puntarenas, el panorama era atípico, según sus lugareños: muchos de los vacacionistas de Semana Santa ya habían regresado a sus casas para ejercer el derecho al sufragio y los pocos que disfrutaban del mar, formaban parte de quienes realizan paseos de un día, por lo que pasaron por las urnas muy temprano para luego disfrutar del mar con tranquilidad.
Ese fue el caso de la familia Obando García, de Alajuela, cuyos miembros madrugaron para enrumbarse hacia el pacífico, asegurándose eso sí de que todos los mayores de edad pasaran primero a sus respectivos centros de votación.
Los Mora Valverde también vinieron hoy a esta playa, pero antes de ello cumplieron con su deber ciudadano.
"Nos vinimos hoy para la playa pero pasamos a las 8 de la mañana a votar, la idea era venir y aprovechar que ya hay menos gente y no hay presas para estar tranquilos", dijo Evelyn Mora, quien es miembro de esa familia de 12.
Lo mismo hicieron Karen Cascante y sus vecinos de Santa Ana. Ella aseguró que es mejor así para luego no tener que devolverse con las preocupaciones de las presas.
Precisamente, Carlos Castillo, vecino de Sagrada Familia, estaba con esa angustia, pues le gustaría regresar temprano a San José para votar, aunque lo ve bastante difícil ya que la microbús contratada debió efectuar otro viaje. Mientras tanto, asegura que hará todo lo posible por disfrutar de su único día libre con sus amigos. Esa razón pesó para decidir entre irse a la playa o quedarse en la capital, aún con el riesgo de que no regresaría a tiempo.
Para evitar contratiempos Paola Badilla y Sneider Astúa, vecinos de Desamparados, contaron que llegaron a Jacó la noche del sábado y a mediodía de este domingo ya estaban alistándose para emprender el viaje de regreso y así poder llegar a votar.
Por su parte, Marisol Vásquez, quien vende granizados en la playa dijo que este domingo es distinto a otros pues usualmente los bañistas aprovechan hasta el último momento para sacarle el jugo a las vacaciones de Semana Santa. En cambio, esta vez, la mayoría de turistas comenzó a partir entre viernes y sábado.
Igual percepción tiene el salvavidas Marvin Pérez, quien contó que el día de mayor afluencia de visitantes fue el Viernes Santo, sin embargo dijo que en otros años todavía el domingo la playa luce a reventar, por lo que coincide con la vendedora en que las elecciones son las causantes de que los bañistas regresaran temprano.
Planes truncados
La familia Vargas Bolaños salió a las 9 a.m. de Huacas en Santa Cruz, Guanacaste.
Su plan era llegar a San Pablo de Heredia de donde son oriundos sus ocho miembros, para poder votar.
Sin embargo, cuando llevaban más de la mitad del camino recorrido un desperfecto mecánico en la microbús que los transportaba les truncó sus planes.
Ellos se quedaron varados a la altura de Río Grande de Atenas sobre la ruta 27, luego de que se rompiera una de las mangueras de ese vehículo.
La manguera del radiador se reventó”, dijo Ana Lucrecia Vargas, una de las integrantes de la familia. Ahí mismo quedaron los votos de los ocho familiares.
“Creo que veníamos con tiempo, lo que pasa es que ‘diay’, un imprevisto en cualquier momento se da, sí me generaba ilusión votar, más porque trabajé en elTribunal”, se lamentó la herediana.
Aunque el conductor intentó reparar el daño, no fue posible y tuvieron que llamar a una grúa. Poco antes de las 4 de la tarde aún seguían en carretera.
Escuelas locales con tibio ambiente
A pocos kilómetros de la playa, las escuelas mantenían un ambiente electoral muy distinto al clima que imperaba en el cantón de Garabito.
En la escuela Central de Jacó, los votantes llegaban de a poco y los representantes de los partidos aseguraron que se hacía lo posible por procurar bajar el abstencionismo.
Mientras, en la escuela Quebrada Amarilla, Oscar Ulloa daba una lección de civismo.
El adulto mayor contó que viajó en su motociclesta desde su hogar, que se ubica en una zona alejada que se llama Fila de Buenos Aires.
Ulloa de de 59 años cuenta que nunca ha faltado a unas elecciones a pesar de que siente que su comunidad ha quedado olvidada debido al difícil acceso.