La diputada oficialista Epsy Campbell cuestionó la legalidad del trámite que permite al gobierno de Luis Guillermo Solís tener a punto de ratificación el Presupuesto del 2015, en sesión especial de hoy sábado.
La resolución del presidente de la Asamblea Legislativa, Henry Mora , fue el centro de las críticas de su compañera de la bancada en el Partido Acción Ciudadana (PAC), a las que se suma el legislador Ottón Solís, también oficialista.
“Esta resolución atenta contra el orden constitucional”, escribió Epsy Campbell en una carta dirigida a Mora, a quien le pide entonces revocar la decisión de dar por aprobado en primer debate la Ley de Presupuesto del 2015. El plan de gastos llega a ¢7,9 billones, tras el fracaso, en varias ocasiones, del propósito de bajar el monto.
La ley, sin embargo, requiere una segunda votación, la cual podría darse en medio de cuestionamientos por la aprobación del lunes, después de que se constatara que eran más los diputados que lo rechazaban.
“Yo no he visto la carta de Epsy y no sé de lo constitucional, pero la lógica me dice que cuando algo se rechaza no puede quedar aprobado”, respondió a este medio Ottón Solís, abanderado de los recortes al presupuesto del 2015, a pesar de ser oficialista.
Ottón Solís y Epsy Campbell fueron dos de los 26 legisladores que votaron en contra del Presupuesto, frente a 25 a favor. Después, Henry Mora echó mano a una interpretación legal según la cual los legisladores tienen potestad de modificar el plan de gastos, pero no de archivarlo.
Este argumento fue criticado también por otros diputados opositores, que pidieron a la Sala Constitucional pronunciarse.
Ottón Solís dijo que no apoyó esa consulta porque no confía tanto en los magistrados, porque se opone a consultar muchos temas a la Sala IV y porque la respuesta de esta no cambiará la opinión sobre lo que hizo Mora.
Epsy Campbell sí tiene la esperanza de que Mora cambie su argumentación, aunque hasta ayer él no le había contestado la carta enviada el jueves a las 2:05 p. m. en lenguaje apenas cordial.
“Le solicito de manera respetuosa, pero categórica, se sirva revisar en su fuero interno la decisión de emitir la resolución 005-2014, para que luego de ese examen de conciencia se tome la decisión de revocarla, por la grave violación que conlleva al sagrado principio democrático y, por ende, se constituye en sí misma en una ruptura del orden constitucional”, dice la carta.
Y continúa: “Lo que rompe cualquier entendimiento jurídico, constitucional y del sentido común es pretender que por medio de la resolución señalada se pretenda hacer como positivo lo que claramente fue negativo por la vía democrática del voto”.
Ayer se intentó conocer la opinión de Mora, pero no contestó su celular y tampoco atendió mediante su encargada de prensa.
Distancias. Estas posiciones de Campbell y Solís aumentan las divergencias con el Gobierno y diputados más afines, después de tres meses de intenso debate sobre el Presupuesto del 2015. Esto se suma a otros conflictos relativos a normas éticas del PAC.
Al margen de estos conflictos, el Presupuesto 2015 debe seguir su camino. Hoy, 30 de noviembre, es el último día habilitado por ley para aprobarlo en segunda votación en la Asamblea Legislativa.
La intención del oficialismo era dar ese segundo debate este jueves, pero fracasó.
Con una confirmación que no favorecía la votación y en medio de la negociación con opositores, la vicepresidenta del Congreso, Marcela Guerrero, levantó la sesión a las 6 p. m. En otro salón, Henry Mora negociaba los votos para el plan de gastos del Gobierno. Sin embargo, Mora dio la instrucción a Guerrero porque consideró que la exigencia de la oposición era excesiva.
Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana, el Libertario, Restauración Nacional y Alianza Demócrata Cristiana le dijeron al Gobierno que votarían a favor del plan en segundo debate, si se compromete a recortar ¢100.000 millones en gastos directos y a aplazar el pago de bonos de la deuda por la misma suma.
Mora aduce que eso afectaría planes sociales y de desarrollo económico. La pugna obliga, entonces, a que los diputados hagan lo inusual: trabajar un sábado para aprobar el Presupuesto.