Hasta ahora solo hombres habían comandado el Ministerio de Relaciones Exteriores. Hasta ahora, porque Epsy Campbell, la primera vicepresidenta de la República, tendrá como recargo la Cancillería durante el gobierno del presidente Carlos Alvarado.
Así, Campbell, a sus 54 años, romperá otro de los moldes utilizados en la gestión del Estado costarricense. No solo será la primera mujer negra que ocupará una vicepresidencia en la América continental, sino, la primera mujer negra que ocupará la Cancillería.
La protagonista de estos hitos nació el 4 de julio de 1963 en San José. Su vida de servicio público empezó en la década pasada, cuando fue parte de varias organizaciones no gubernamentales que velaban por el bienestar de mujeres afrodescendientes. Antes estudió y se graduó como economista en la Universidad Latina de Costa Rica.
Al PAC ingresó desde su fundación como representante de la sociedad civil.
Aunque en un reportaje de la Revista Dominical de La Nación afirmó que nunca soñó con ingresar a la política pese a su activismo social, llegó a la presidencia del Comité Ejecutivo del partido rojiamarillo por cuatro años, entre 2005 y 2009, después de ocupar una curul por primera vez en su vida, en el periodo 2002-2006, cuando el PAC irrumpió en la política nacional al lograr colocar por primera vez en su historia 14 diputados en el Congreso.
Después de abandonar la Presidencia del PAC se lanzó a la aventura de luchar por la candidatura presidencial de ese partido. Su primera precandidatura fue en el 2010 cuando se enfrentó en una reñida contienda de palabras con el fundador del partido, Ottón Solís, quien se encaminaba a ganar su tercera candidatura presidencial.
Cambpell abogó por abrir el partido para incrementar la militancia rojiamarilla y apareció en escena con una propuesta novedosa para lograrlo. Otro eje de su precampaña fue atacar directamente al Partido Liberación Nacional.
Otra vez fue precandidata presidencial en el 2014, cuando perdió la nominación contra Luis Guillermo Solís, a la postre presidente de la República en esa campaña.
Sin embargo, este la designó como una de las candidatas a diputadas más relevantes del PAC para el actual periodo constitucional, durante el cual tuvo un discreto papel en el Congreso, a diferencia de su primera diputación, cuando fue protagonista en el impulso de un paquete fiscal que ayudara al Gobierno Central a superar el déficit.
Epsy Campbell siempre ha sido cercana a Carlos Alvarado, de hecho, el futuro presidente confesó durante la campaña pasada que fue gracias a ella que ingresó a laborar como periodista en la fracción del PAC.
Cuando Alvarado anunció a Campbell como parte de su papeleta presidencial lo hizo manifestando que su postulación era una apuesta por la mejor administración de las finanzas públicas, la ética y la reducción de brechas sociales.
Era la segunda ocasión en que Campbell era candidata a la vicepresidencia de la República; la primera vez fue cuando Ottón Solís la postuló en el 2006.
El año pasado, cuando Alvarado la presentó para la vicepresidencia, la economista dijo que se encargaría de los temas económicos y macroeconómicos en el gabinete de Carlos Alvarado. Sin embargo, el presidente electo designó como coordinadora de su equipo económico a la excandidata a la vicepresidencia por el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Edna Camacho.
Después del gane de Alvarado en la segunda ronda por la Presidencia, Campbell encabezó la comisión negociadora para integrar un Gobierno nacional, estructurado por un gabinete multipartidista en el que, al principio, la idea era que estuvieran los partidos con representación legislativa en el próximo periodo constitucional.
Después de finalizar las conversaciones con los partidos políticos, la vicepresidenta electa manifestó que independientemente del resultado final de ese proceso, este ya era histórico, pues era la primera ocasión durante la Segunda República en que un gobernante aspiraba a comandar el país de la mano con la oposición para facilitar la gobernabilidad, especialmente en la Asamblea Legislativa.
Ahora Campbell deberá alternar esas funciones como cabeza del diálogo político con las de representar al país en el escenario mundial.