Los diputados encendieron las luces de alerta sobre los planes fiscales del Gobierno, luego de que el ministro de Hacienda, Nogui Acosta Jaén, alegó haber cometido el “error personal” de proponer un aumento del tributo a los salarios, en el proyecto de reforma al impuesto de renta.
Las bancadas de los partidos Liberación Nacional (PLN), Liberal Progresista (PLP), Unidad Social Cristiana (PUSC) y Nueva República (PNR) pidieron al jerarca revisar todas las propuestas fiscales del Gobierno.
Entre ellos, pidieron revisar el plan para gravar con una tasa del 30% de impuesto sobre la renta a pequeñas y medianas empresas (pymes), y cobrar un 2% del impuesto al valor agregado a los equipos médicos. Sin embargo, Acosta respondió que, en el caso de las pymes, que no hubo error: sí propuso un 30% para todas las pequeñas y medianas empresas.
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Óscar Izquierdo, jefe de bancada del Partido Liberación Nacional (PLN), señaló otros yerros que, a su juicio, Acosta debería revisar, “como son los nuevos impuestos que se les están tratando de imponer especialmente a la clase media”.
“Ojalá haga una revisión integral de los proyectos de ley que presentó”, dijo Izquierdo.
El diputado indicó que, en general, la reforma al impuesto de renta aumenta los tributos, dado que pone a pagar una tasa plana las pequeñas y medianas empresas, en vez del esquema escalonado que hoy va del 5% al 20% según las ganancias anuales.
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Paulina Ramírez, diputada del PLN y presidenta de la comisión de Hacendarios, dijo que tratándose de un proyecto complejo y delicado que supone un cambio estructural al sistema tributario costarricense, se debe “revisar con lujo de detalle el contenido de lo que se presenta a la Asamblea Legislativa”.
Ramírez añadió que no es de recibo que la propuesta tenga este tipo de errores que no solo dejan ver la falta de comunicación a lo interno de Hacienda, sino que se envía una pésima señal sobre la reforma.
“El Ministerio de Hacienda y todo su equipo profesional han tenido mucho tiempo disponible no solo para elaborar la propuesta, sino que también para analizar, revisar y validar el verdadero impacto que este proyecto de ley eventualmente tendrá en la población, especialmente en las personas asalariadas y pequeñas empresas”, declaró.
Eli Feinzaig, vocero del PLP, no cree que lo admitido por Acosta sea una pifia. “Fue un tanteo del Gobierno y cuando se dieron cuenta de una reacción masiva en contra, ahora van a cambiar. Así como no fue un error cuando el presidente Rodrigo Chaves, siendo ministro del gobierno PAC (Partido Acción Ciudadana), dijo que había que gravar los salarios de ¢500.000 en adelante”, sostuvo el diputado liberal.
Feinzaig pidió a Acosta que, así como admitió un error con el impuesto al salario, reconozca que es un error gravar a las pequeñas y medianas empresas con un 30%, “porque es un batacazo tributario tremendo que se le estaría dando al 94% del parque empresarial que son pymes”.
El “error personal” que admite Acosta es haber planteado en el proyecto del impuesto sobre la renta un gravamen a los salarios a partir de los ¢842.000 mensuales, cuando hoy el piso es de ¢941.000. Con esa reducción Hacienda buscaba equiparar la base exenta entre asalariados y trabajadores independientes.
Nogui Acosta indicó que el Gobierno presentará un cambio a la iniciativa, vía moción, para que la base exenta se eleve hasta los ¢941.000 mensuales, es decir, ¢11,2 millones anuales.
Para Alejandro Pacheco, jefe de bancada del PUSC, el único objetivo del Gobierno con el proyecto es aumentar la recaudación de una forma “voraz”.
“Elimina el sistema cedular (en el que cada ingreso de la persona tributa individualmente) y unifica todos los ingresos. Esto permite aplicar tasas más altas para el cobro del impuesto a un mismo contribuyente. Además, desaparece el pago diferenciado para las pymes, entre otros”, criticó el socialcristiano.
Fabricio Alvarado, vocero de Nueva República, dijo que su bancada someterá a un “severo escrutinio” los planes fiscales que envíe el Poder Ejecutivo a la Asamblea.
“Nueva República se opone a más impuestos que golpeen los bolsillos de los costarricenses o la capacidad de las empresas para producir y generar empleo. Los impuestos al salario tienden a ser muy regresivos porque la mayoría de las personas son asalariadas, por lo que errores de este tamaño no son de recibo para nosotros, aunque celebramos y reconocemos que el ministro dé marcha atrás en este tema”, indicó.