"Fue un triunfo absoluto para Costa Rica". Así calificó el excanciller Enrique Castillo los fallos que emitió, el pasado 2 de febrero, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por los litigios contra Nicaragua.
Dice que, en los tres puntos esenciales, se ganó. El alto tribunal con sede en La Haya, Holanda, fijó los límites en el mar Caribe y en océano Pacífico según la tesis costarricense, lo cual genera seguridad jurídica.
A la vez, reconoció la soberanía costarricense sobre la playa ubicada en el extremo norte de la fronteriza isla Calero y ordenó al gobierno de Daniel Ortega retirar un campamento militar que se ubicó en esa zona.
Al mismo tiempo, estableció que Nicaragua tiene que pagarle $378.890 (¢216,7 millones) a Costa Rica como indemnización por el daño ambiental ocasionado en Calero, tras la invasión militar del 2010, un monto muy inferior al que se cobró (de más de $6 millones), pero el doble de lo que los nicaragüenses pretendían pagar.
Sobre este último punto, Castillo insiste en que la suma aprobada es la correcta, que no hubo negligencia por parte del gobierno costarricense, que el fallo es inobjetable y que la CIJ no trató de contentar a la vecina del norte con esa cifra.
Enrique Castillo era canciller en febrero del 2014 cuando Costa Rica denunció a Nicaragua ante la Corte de La Haya para definir los límites marítimos en ambas costas. También, lideró gran parte del litigio por la invasión a Calero hace ocho años.
Incluso, a inicios del 2011, destacó por su fuerte defensa del país en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde fungía como embajador, ante la invasión nicaragüense.
A continuación la entrevista que el diplomático de 72 años concedió a La Nación, él actualmente es embajador en el Reino Unido:
-¿Por qué se decidió acudir a Corte de La Haya para definir los límites marítimos? ¿Hubo intentos de negociación infructuosos?
En el 2006 hubo negociaciones, pero Nicaragua no mostró ninguna voluntad de llegar a un acuerdo. Siguió una táctica muy usual en ellos, que es complicar las discusiones y alargarlas indefinidamente.
"Después, a lo largo de los años que transcurrieron desde el 2010 que Nicaragua invadió la isla Portillos, paralelamente empezó a desplegar una conducta abusiva en materia de límites, sobre todo en términos fluviales, obstruyendo la circulación por el río San Juan y específicamente en temas de límites, desconociendo que las bahías de Salinas y San Juan son de soberanía compartida y comenzó a detener lanchas de pescados costarricenses, aduciendo violaciones del territorio nicaragüense, cuando en realidad, estábamos en una zona cuya soberanía es compartida por ambos países".
"También detuvieron a pescadores en el mar, dando una indicación de que ellos consideraban que su territorio marítimo era más amplio de lo que en realidad nosotros pensábamos que les correspondía, aprovechándose de la incertidumbre que generaba carecer de límites marítimos preestablecidos".
-¿Cuánto pesó el tema de los bloques petroleros que Nicaragua sacó a licitación?
Ese fue el último motivo que nos mostró y que nos convenció de proceder. A simple vista, se veía que ellos estaban anunciando zonas que considerábamos que pertenecían a nuestras aguas territoriales. Esa fue la gota que rebasó el vaso.
"Inmediatamente, le propusimos a Nicaragua entablar negociaciones. Nicaragua ni siquiera contestó nuestras notas de llamado y, entonces, preventivamente le advertimos a terceros países, cuyas empresas podrían estar interesas en la obtención de esas concesiones, que oficialmente Costa Rica estaría dispuesta tomar acciones legales contra cualquier empresa que pactara con Nicaragua en esa condiciones".
"Los gobiernos concernidos tomaron debida nota y manifestaron que harían conocer eso a sus empresas y que, por supuesto, no alentarían ninguna acción que pusiera en entre dicho la territorialidad o la soberanía de Costa Rica".
"Eso neutralizó las gestiones nicaragüenses, supimos que una o dos empresas habían hecho algún contrato de exploración y, luego, manifestaron abandonar el esfuerzo porque no habían encontrado nada que pudiera ser interesante para ellas".
-Sirvió la gestión, entonces.
Sí sirvió porque frenó la campaña publicitaria que estaba haciendo Nicaragua.
-¿A cuáles países se le envió la nota?
No recuerdo, podría haber sido a China, Estados Unidos y Holanda. No era una lista muy grande, podría decir que fue a una media docena de países.
-¿Y es en ese momento donde deciden acudir de una vez a La Haya?
En vista de la negativa de Nicaragua, quedaba allanado el camino para ir a la Corte, porque, de lo contrario, la Corte nos hubiese devuelto, instándonos a que iniciáramos gestiones bilaterales pacíficas, pero ya esta instancia quedó agotada y quedó abierta la vía de la Corte.
"Viendo el fallo a la distancia, yo me siento complacido porque la Corte dictó un fallo muy bien fundamentado, muy equitativo, un fallo justo. Ese pronunciamiento enaltece a la Corte en su labor judicial internacional".
"El resultado fue, por demás, favorable para Costa Rica. Ahora tenemos seguridad jurídica, que era lo que buscábamos, en materia de límites marítimos, hubiéramos aceptado cualquier otro contenido u orientación de la Corte porque, principalmente, lo que buscábamos era tener seguridad jurídica, que hubiera un límite bien definido para que, cuando Nicaragua pretenda sobrepasarlo, nosotros podamos señalar las coordenadas en que esos hechos pudieran ocurrir".
"No sentimos de ninguna manera que ni a Nicaragua, ni a Costa Rica la Corte los haya arrinconado a una posición inconveniente, creo que es un pronunciamiento muy bien balanceado. La Corte fue muy cuidadosa que resolver todos los puntos, de hecho algunas pretensiones costarricenses fueron desechadas, es decir, es un fallo encomiable".
-El embajador de Costa Rica en Holanda, Sergio Ugalde, calificó el fallo como un triunfo absoluto para Costa Rica, ¿usted coincide en eso?
Sí, a pesar de que hubo unos detallitos, considerando que globalmente fue un triunfo absoluto. Obtuvimos satisfacción en los puntos principales, ese de seguridad jurídica, que la Corte estableciera los límites; que reconociera nuestras aspiraciones de territorio marítimo y, además, que se pronunciara sobre el campamento y la usurpación que seguía haciendo Nicaragua en la isla Portillos. De los tres puntos que eran esenciales, los tres puntos básicos de la demanda obtuvimos total satisfacción.
-¿Cuáles son esos detallitos que no se obtuvieron?
Sobre todo en la parte de la indemnización que Costa Rica reclamó (por los daños ambientales en Calero), hubo bastantes rubros que fueron desechados porque la Corte encontró que no se habían acreditado suficientemente y los desechó. Y hay que reconocer que la Corte tenía razón, tampoco fue una negligencia de la parte costarricense porque Costa Rica lo que quería era sentar el principio de que Nicaragua tenía que pagar y la Corte recogió ese principio plenamente.
"Había que proceder de manera urgente, legalmente por supuesto, pero ya para esos detalles administrativos nadie estaba para estar desviando esfuerzos en eso. Más bien, se hizo un esfuerzo a posteriori de recopilar toda esa información e, incluso, de pagar estudios científicos para demostrar los daños ambientales. En realidad el monto es lo de menos".
-El monto de la indemnización es muy inferior al que Costa Rica cobró y es el doble de lo que Nicaragua pretendía pagar, alguna gente calificó el monto como una derrota para Costa Rica ¿usted tiene la misma apreciación?
De ninguna manera. En todo litigio, sea internacional o no, la parte reclamante reclama lo máximo porque ahí sí sería negligente por reclamar menos de lo que considera que se le debe pagar. Lo demás es ya una cuestión mecánica de si se aportó la prueba adecuada o no, ya eso son detalles. La parte demandante siempre pide lo máximo, sabiendo de antemano que es muy probable que el tribunal no vaya a reconocer todo y esa es la táctica usual y razonable en cualquier tipo de litigio.
-Se ha dicho que la Corte en su fallos trata de ser salomónica, de quedar bien con ambas partes, ¿usted cree que ese monto tan inferior responda a eso, a tratar de quedar bien con Nicaragua, pues en el otro fallo se acogió la tesis costarricense?
No. La Corte tiene una cierta fama de hacer eso para tratar de dejar contentas a las dos partes. Esa reputación, cuando nosotros iniciamos estos casos, llegó a nuestro conocimiento, pero al menos en los casos entre Nicaragua y Costa Rica, la Corte ha demostrado ser plenamente objetiva y juzgar conforme a derecho y conforme a las pruebas.
"En estas sumas, la Corte no estaba buscando contentar a Nicaragua o darle un cariñito. Eso era lo que datos resultaban, lo que los números arrojaban. Incluso, una actitud de ese tipo, benévola, no la podía esperar Nicaragua porque, precisamente, en sus antecedentes había demostrado ser irrespetuosa con la Corte en el litigio anterior por isla Portillos y eso había causado malestar en la Corte. Este fallo es inobjetable desde todo punto de vista. La Corte ha sido impecable en este pronunciamiento".
-¿Qué fue medular para obtener este fallo tan favorable?
Toda la forma en que Costa Rica llevó el litigio porque demostró, científicamente, cuáles eran las razones que apoyaban sus argumentos. Aportó la prueba necesaria. Costa Rica es un país rico en recursos humanos, tiene profesionales altamente calificados en muchas de las materias involucradas en este caso, tenemos geólogos, ambientalistas, tenemos ingenieros, etcétera, que contribuyeron con su conocimiento ilustrado a sostener las tesis de Costa Rica.
"Eso es una fortaleza. Luego, Costa Rica tuvo un excelente equipo jurídico contratado en parte, internacionalmente, pero también una contraparte costarricense que ha desarrollo una experiencia muy grande y que tiene un conocimiento muy sólido también del derecho internacional. Estos componentes son recursos que otros países no suelen tener".
-¿Qué rescata del fallo, la seguridad jurídica?
A futuro sí, porque nos da certeza los alcances territoriales de Costa Rica, sobre cuál es nuestro territorio, tenemos ya una certeza, ya sabemos con claridad hasta donde llegan nuestros mares, antes no sabíamos.
"A pesar de eso, siempre hay que mantener una actitud vigilante en relación con Nicaragua, porque despierta mucha suspicacia el hecho de que, en los últimos cinco años, haya estado incrementando su armamento con ayuda de Rusia, con equipo militar que no tiene ninguna razón de ser en una región pacífica como es hoy Centroamérica".
"No debemos bajar la guardia, siempre además de la vigilancia jurídica y política, deberíamos tener una Policía de Fronteras muy bien equipada y muy robusta, y también incrementar la vigilancia en los mares. No debemos perder la perspectiva de la defensa de nuestros recursos marítimos y esto incluye la pesca, por supuesto".
-Bajo esa lógica, ¿cómo deben ser las relaciones con Nicaragua? ¿Igual de distantes que ahora?
Si Nicaragua nos toma en serio y nos trata con respeto, yo pienso que el camino está allanado para que tengamos mejores relaciones, pero siempre que Nicaragua cumpla esos requisitos.
-¿El hecho de que cumplan con el pago de la indemnización podría ser una buena señal para dar ese paso?
Eso podría ser un buen gesto de Nicaragua, si Nicaragua nos toma con seriedad y con respeto, ese sería un gesto que debería salir naturalmente de parte de ellos.
-En cuestión de dos años y un mes, la Corte ha emitido cuatro fallos en favor de Costa Rica: la invasión a isla Calero, la trocha fronteriza, la delimitación marítima y la nueva invasión a la playa de Calero. ¿Será que quedó sanjada la etapa de acudir a la Corte o tendremos que volver por otros temas en el futuro?
Por eso digo que tenemos que ser vigilantes, yo deseo que no haya más problemas y que no haya más litigios, es un desgaste para los dos países, pero siempre tenemos que ser vigilantes, cuidar nuestra tierra. Y está este tema que crea suspicacia, ¿para qué se está armando Nicaragua? Porque el armamento que tiene no es para combatir el narcotráfico. Ese dato no podemos ignorarlo, tenemos que tenerlo presente.
-¿Hasta que punto se puede tener confianza en Nicaragua, viendo los antecedentes?
Eso se va viendo día a día, en la seriedad que ellos muestren en las relaciones. Tenemos un precedente positivo y es que la relación comercial con Nicaragua, a pesar de estos conflictos, nunca se deterioró, nunca decayó, siempre se mantuvo normal. Esa puede ser la tónica de otros tipos de relación.
-Viendo en retrospectiva el primer caso con Nicaragua por Calero en el 2010, ¿cree usted que se cometió algún yerro, alguna omisión, que Costa Rica pecara en algo?
Yo no veo ningún pecado. Lo que yo no compartí nunca fue que se quitara la bandera (de Costa Rica) que se había puesto ahí, no que la quitaran, sino que dejaran la zona sola.
"Salvo por eso, yo creo que no hay nada que Costa Rica haya hecho indebidamente para facilitar y propiciar lo que pasó. Eso obedece a las motivaciones del gobierno nicaragüense y están lógicamente fuera de nuestro control. Nadie podía estar imaginándose que Nicaragua podía estar haciendo eso. Todavía no entendemos realmente por qué lo hizo. Hay hipótesis que se han manejado durante estos años sobre cuáles pudieron ser las intenciones o motivaciones de Nicaragua".
-Ensanchar el cauce del río San Juan fue una de las que se mencionó.
Sí, y el canal (en el río San Juan), y lo de las campañas electorales que sí funcionó en la de 2011, pero en realidad es difícil saberlo. Pudo ser incluso, desde una decisión tomada alegremente, irresponsablemente, solo por mortificarnos, hasta otras motivaciones de más fondo o más oscuras que nosotros ni siquiera podemos imaginar en este momento, pero eso fue una acción completamente achacable al gobierno nicaragüense, que no era esperable porque era absolutamente y obviamente ilegal.
-A su antecesor, la oposición, en su momento, lo acusó de haber pecado de confiado con su par nicaragüense, ¿usted cree que eso fue cierto?
Al canciller anterior (René Castro) le reprochaban algunos que él fuera a hablar con el canciller nicaragüense (Samuel Santos) y que este le dio seguridad de que no, que solo iban a dragar el río y que nada iba a pasar. Le reprocharon que él haya tomado esa respuesta como buena y eso es lo que han criticado. Pero yo he dicho que, habiendo tomado Nicaragua la decisión, la iban a hacer de todas maneras porque era el momento oportuno que habían estado esperando posiblemente durante mucho tiempo, que eran los meses de transición de un gobierno a otro, donde podían tomar por sorpresa al gobierno nuevo, pero ellos lo planearon, por lo menos, durante varios meses.
-¿Cuáles son las lecciones aprendidas de estos litigios?
La necesidad de tener siempre un equipo jurídico permanente en la Cancillería especializado en litigio internacional y un acopio de información relativa a límites marítimos, tratados y todo eso.
"Esa es una. Hay otra, vigilar nuestro territorio, aunque parezca que no hay necesidad. Los países que tienen grandes ejércitos y aviaciones, patrullan sus fronteras cotidianamente, como rutina. Nosotros deberíamos tener un dispositivo de patrullaje o de vigilancia permanente en nuestras fronteras y en nuestros mares y, sobre todo, en la frontera norte deberíamos tener puestos de vigilancia permanentes. La ruta 1856 (la trocha fronteriza) debería terminarse bien hecha, no solo por razones de vigilancia, si no por razones económicas y sociales en esa zona".
"También nos enseñó que a veces hay grupos que se van en contra de los intereses del país y eso es algo que hay que tenerlo presente, de que hay costarricenses que le dan vuelta al saco y se ponen otro color, eso es una constatación, por dicha es una minoría pero que hay que tener presente eso a futuro".
-¿Estos fallos crearon jurisprudencia nueva de la Corte?
Sí, por ejemplo, la Corte nunca consideraba, a parte de dictar las medidas cautelares, que fuera papel suyo verificar y asegurarse que se cumplieran, y la Corte en el caso nuestro, cuando Nicaragua incumplió y nosotros nos quejamos, estableció un mecanismo de verificación de las medidas cautelares. En este caso, la Corte es la primera vez que resuelve un reclamo por daño ambiental y que fija una indemnización. La Corte no estaba buscando quedar bien con nadie, sino en hacer bien su papel.
-En un país como Costa Rica que no tiene ejercicio y su única defensa es la vía diplomática, ¿cuán importantes son los organismos multilaterales?
El ejército de Costa Rica es el servicio diplomático, ese servicio hay que dotarlo de recursos, no los que requiere un ejército militar, sino los recursos que requiere un ejército diplomático. Esto es embajadas bien financiadas, diplomáticos bien pagados que puedan representarnos dignamente en el exterior, que puedan pagar una casa digna en el exterior, todo lo que tiene que ver con el servicio exterior debería ser una prioridad y no se debería escatimar recursos nunca.
"Hay que prestar atención a los organismo multilaterales pero debe ser en paralelo con las relaciones bilaterales porque en los organismos multilaterales los que votan son países individuales, cada país es un voto, y ese voto hay que ganarlo en la capital de esos países, tenemos que estrechar lo más que se pueda los lazos de amistad con nuestros países amigos porque en cualquier momento tenemos necesidad de pedir su ayuda y si no hemos abonado bien esa relación, esa ayuda puede ser que no venga".
"Esas son cosas que nos pasaron en los litigios con Nicaragua y pueden pasar en cualquier momento. Nos afectan en las elecciones en organismos multilaterales. De manera que lo multilateral y lo bilateral son dos caras de una misma moneda".
-Usted fue embajador en la OEA, ¿puede Costa Rica subsistir sin formar parte de ese organismo?
Para cualquier país, salirse de la OEA es un error y es perjudicial (...). La OEA es una gran agencia de cooperación y brinda cooperación muy altamente calificada en distintas materias técnicas, ayuda que es esencial para nuestros países.
"Cualquier país que se salga de la OEA se aísla y se queda rezagado (en cooperación) en esas materias (ambiental, telecomunicaciones, portuaria, recursos humanos, género, salud, etcétera), eso es algo que cualquier gobernante tiene que sopesar mucho antes de tomar una decisión de sacar a su país de la OEA, por eso de hecho, es que la mayoría están ahí y se quedan, algunos distanciados, salvo el caso de Cuba que está suspendida, los demás se quejan pero siguen ahí, porque saben que aunque no estén totalmente satisfechos, pierden más si se salen que quedándose".