El candidato de Restauración Nacional, Fabricio Alvarado, cerró este sábado su campaña presidencial con críticas al gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC), presidido por Luis Guillermo Solís.
En un acto público en Desamparados, junto a cientos de adeptos, familiares y amigos, Alvarado aprovechó para señalar yerros que, según él, cometió esta administración a lo largo de cuatro años de mandato.
Habló de la cifra récord de homicidios, del caso del cemento chino, de que se había olvidado de la familia y de las cifras de desempleo y de desigualdad social.
"El 1.° de abril será un resultado contundente a favor de esto que le voy a decir: hay un pueblo que quiere un gobierno diferente, un gobierno que ponga su mirada, su atención y sus fuerzas por sacar a los pobres de la pobreza, que se concentre y haga todo lo que tenga que hacer para mejor la calidad de vida de todos los costarricenses".
"Para devolverle la paz y la tranquilidad a las familias que, hoy por hoy, se sienten inseguras a causa de un gobierno que no ha sabido trabajar en la materia de seguridad y nos entrega el récord de homicidios, el récord de femicidios, el récord de robo de vehículos. No se vale, no se vale que después de cuatro años de haberles dado el voto, muchos costarricenses, con la esperanza de un cambio, no recibieran ese cambio y se llevarán más de lo mismo", dijo Alvarado desde la tarima, con micrófono en mano.
Ese fue el primer dardo que le lanzó al gobierno del PAC, el mismo partido que enfrentará en la segunda ronda del próximo domingo, con Carlos Alvarado a la cabeza.
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De seguido, aseguró que esta administración incumplió su promesa de generar 217.000 nuevos puestos de trabajo y que más bien, elevó la cifra de desempleados.
"Este gobierno nos prometió 217.000 empleos y ¿sabe qué nos dejó? 217.000 desempleados", expresó el candidato de Restauración.
En el cuarto trimestre del 2017 había 204.000 personas desempleadas, 14.000 menos que en el mismo periodo de un año atrás, es decir, 218.000, según la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Posteriormente, sacó a relucir el caso del cemento chino, por el cual siete personas, seis de ellas altos funcionarios del Banco de Costa Rica (BCR), figuran como imputados por el aparente delito de peculado.
En específico, por presuntamente facilitar la sustracción de fondos públicos con el otorgamiento de dos líneas de crédito por hasta $30 millones al empresario Juan Carlos Bolaños, para que su empresa Sinocem Costa Rica, importara cemento desde China. Él descuenta prisión preventiva y quedó debiendo $25 millones del dinero girado.
"Este gobierno nos prometió ética y nos dejó el cementazo, el caso más grande de corrupción de los últimos años y de la historia del país", enfatizó Fabricio Alvarado.
También, dijo que este gobierno se olvidó de "la familia como base de la sociedad" y que en un eventual gobierno suyo eso no ocurrirá.
"Y este gobierno también se olvidó que la familia es la base de la sociedad y no coma cuento, cuando hablo de familia también estoy hablando de usted madre soltera, también estoy hablando de usted abuela, abuelo, tío, tía, sobrino, sobrina, primo, prima, también estoy hablando de usted".
"También no coma cuento, porque en un gobierno de Restauración Nacional nadie será discriminado, todos tendrán una mejor calidad de vida, buscaremos soluciones, pero nadie, absolutamente nadie será discriminado, no coma cuento", declaró.
Antes de él, otras de las personas que lo acompañaron en la tarima también atacaron al gobierno, como Sergio Mena y Mario Redondo, excandidatos presidenciales de Nueva Generación y Alianza Demócrata Cristiana, respectivamente.
"Hace cuatro años fue una estafa electoral para los costarricenses. No más PAC", dijo Mena.
Niega realizar ataques
Tras los ataques a la actual administración, Fabricio Alvarado dijo hacer sido víctima de una campaña en su contra por la religión y negó haber utilizado los ataques para obtener votos.
"Hemos sido atacados en este tiempo electoral, no solo yo, aquí esta mi esposa, mi familia, amigos que han sido atacados por solo decir en redes sociales 'voy con Fabricio Alvarado', pero nosotros hemos devuelto eso con campaña limpia, con altura, con propuestas, y hemos hecho campaña limpia, ¿sabe por qué no hicimos campaña sucia?, porque alguien que tiene las manos limpias no puede hacer campaña sucia.
"Nos han atacado por la religión, como si tener una religión fuera algo malo, han dicho que hemos usado la religión para ganar votos y no hemos usado la religión porque hemos propuesto, porque le hemos dicho a los costarricenses los que queremos hacer en materia de infraestructura, de seguridad, por los pobres, por las mujeres, por los niños, por los ancianos, hemos dedicado este tiempo electoral a proponer y a trabajar por Costa Rica.
"Nos han tachado por la religión por la simple razón de que no pueden atacarnos por la corrupción", agregó Fabricio Alvarado.
Su esposa, Laura Moscoa, también dijo que ellos dos han sido víctimas de "una campaña sucia".
"Gracias a todas las personas que han puesto todo su esfuerzo, su entrega, su valentía por tantas cosas que este partido y principalmente Fabricio y yo hemos tenido que enfrentar, gracias por defendernos, gracias por estar al frente de toda esta campaña sucia", manifestó eufórica Moscoa.
El acto de cierre de campaña de Fabricio Alvarado se realizó en el tercer piso del centro comercial Zona Centro, en San Rafael Abajo de Desamparados.
Algunos de los asistentes se negaron a hablar con un equipo de La Nación, al tiempo que el exdiputado Juan José Vargas aprovechó para atacar a este medio en su discurso.
Además, estuvo Otto Roberto Vargas, diputado electo por el Republicano Social Cristiano y Marcel De Mezerville, dirigente de esa agrupación.