La fracción legislativa del Partido Nueva República (PNR), liderada por Fabricio Alvarado, consiguió el martes su objetivo de frenar el avance del proyecto de ley para prohibir las terapias de conversión sexual, pese a que otras fracciones que pedían su avance.
Se trata del expediente 20.970, que añade varios artículos a la Ley General de Salud, para establecer la prohibición expresa de las terapias para que una persona deje de ser homosexual, muchas veces recurriendo a métodos agresivos.
El jueves pasado, los jefes de fracción discutieron sobre el proyecto, pues el Frente Amplio reclamó el cumplimiento de un acuerdo para que el proyecto avance.
Aunque los partidos Liberación Nacional (PLN) y Liberal Progresista (PLP) se unieron al llamado y estuvieron de acuerdo en que el expediente avanzara el martes, último día de sesiones ordinarias en que los diputados controlan la agenda, Fabricio Alvarado los convenció de lo contrario.
La subjefa de Nueva República, Olga Morera, amenazó con no votar la moción con la agenda de proyectos de discusión del martes, si esta incluía el proyecto 20.970.
Óscar Izquierdo, jefe de fracción del PLN, confirmó que la petición para frenar el proyecto fue de Fabricio Alvarado. Agregó que, si bien a la diputada Montserrat Ruiz, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, no le parecía atrasarlo, “estuvo de acuerdo finalmente en que no se viera hoy”.
La semana pasada, el propio jefe liberacionista había advertido que, si el martes 31 de octubre no se permitía el avance del proyecto, pasaría otros tres meses durmiendo el sueño de los justos, en vista de que Pilar Cisneros, vocera del oficialismo, dijo que no podía comprometerse en que el Poder Ejecutivo lo convoque en los tres meses de sesiones extraordinarias que van de noviembre a enero.
En noviembre del 2022, Rodrigo Chaves mantuvo el proyecto fuera de la agenda, así como en el siguiente periodo de extraordinarias de mayo a julio de este año.
En declaraciones a La Nación, Fabricio Alvarado aseguró que ellos consideran innecesaria la prohibición.
“En su versión original, este proyecto tiene intenciones muy claras de poner una mordaza a cualquier sector, llámese iglesia, llámese consejería, que esté en contra de la agenda LGBTIQ”, alegó.
Añadió que han refutado la iniciativa, desde el principio, pero adujo que han tenido una actitud constructiva de trabajarlo y escuchar a sectores que “podrían verse afectados”.
Dijo que han conversado con muchos pocos sectores y han tenido reuniones y mesas de trabajo con organizaciones que “no fueron consultados en el proceso” y que tienen muchas inquietudes.
“Tratar de avanzar atropelladamente sería un error. De parte de Nueva República, hubo una solicitud expresa a todas las fracciones para no incluirlo en la agenda de hoy. Es un proyecto que no está listo para primer debate, hay muchos cambios que hacerle”, indicó.
Alvarado insistió en la posición de su fracción de que los promotores del proyecto del FA y del PLN “no han hecho una sola demostración de que existan torturas y coacciones en lo que ellos llaman terapias de conversión”.
La expresión “terapia de conversión” o “terapia de conversión sexual” se refiere a cualquier esfuerzo sostenido por modificar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de una persona.
De acuerdo con la organización ILGA World, la mayoría de estas prácticas se gestaron a mediados del siglo XX, como respuesta “a lo que en gran medida se consideraba una patología”.
Por su parte, el subjefe del FA, Antonio Ortega, fustigó la posición de las fracciones que colaboraron con el freno aplicado al proyecto y sostuvo que existe, desde hace meses, una versión del texto que incluso tiene la firma de Nueva República, porque estuvieron en la negociación.
“Lo que no entiendo, y le hablo a usted, señor presidente (Rodrigo Arias), es que se hagan acuerdos en la reunión de los jueves y luego se saquen de la agenda proyectos de forma antojadiza. No creo que usted tenga el perfil de una persona que negocie con los derechos humanos”, alegó Ortega.
También, dijo que llamaba la atención que fracciones como el PLN y el PLP cedan a la petición de Fabricio Alvarado y no quieran dar la discusión del proyecto.
“Le pregunto a los compañeros de la nueva Unidad si también incluyen el discurso del odio, porque entonces es más moderna la antigua Unidad, que hablaba del socialcristianismo y el amor al prójimo. También les pregunto a los compañeros del PLN si secundan a su compañera Ruiz, que lideró una negociación titánica en este proyecto”, enfatizó.
Asimismo, Ortega cuestionó a Pilar Cisneros si ella, que fue nombrada dos veces mariscal del desfile del orgullo de la comunidad LGBTIQ, está de acuerdo en que ese proyecto nuevamente sea frenado y no se discuta.