Nadie en la Asamblea Nacional de Liberación Nacional (PLN) le reprochó ayer a José María Figueres su renuncia a la presidencia del Comité Ejecutivo, cargo en el que estuvo 13 meses.
Todo lo contrario. La mayoría de los delegados al máximo órgano verdiblanco y los miembros del comité presentes en Pedregal, Heredia, le aplaudieron de pie a quien fuera presidente de la República en el periodo 1994-1998, cuando anunció que renunciaba a la conducción del Partido para ser precandidato, con la mira puesta en la reelección en el 2018.
Por mandato de los estatutos, la condición de presidente del Comité Ejecutivo le impedía a Figueres aspirar a la Presidencia de la República.
Al despojarse de ese lastre, ahora puede optar por la candidatura, proceso que terminará en junio del 2017 con la realización de la convención y, en la cual, podría toparse con el expresidente Óscar Arias, quien “medita” si aspiraría por tercera vez a la Presidencia.
Pese a la expectativa, pocas figuras del arismo de cepa se presentaron a la Asamblea Nacional de este 2 de abril, con excepción de Alfredo Ortuño, quien representa al expresidente Arias en el Partido.
Así, la noticia que dio Figueres este sábado apenas despeja una de las incógnitas del PLN rumbo al 2018, pero la ecuación completa aún no se resuelve.
Sobre ese futuro aún incierto, Figueres dijo que una eventual precandidatura de Arias fortalecería al Partido y no lo dividiría.
“A don Óscar no lo puedo ver como contrincante, sino, como compañero de Partido (...).En todas las campañas, al final, siempre encontramos la ruta liberacionista; esto no se trata de una confrontación”, consideró.
Sobre si pretende ser elegido por aclamación como candidato de los liberacionistas, José María Figueres expresó estar “más que dispuesto” a medirse contra otros precandidatos en una convención abierta.
Y pese a que hace unas semanas alegó que consideraba que el 2018 estaba “lejísimo”, en referencia a cualquier anuncio relacionado con su futuro político, ayer el renunciante presidente del PLN cambió de criterio y afirmó que decidió anunciar que será precandidato porque “nunca es temprano cuando uno quiere ser absolutamente transparente”.
En busca de votos. Si bien Figueres cosechó aplausos al anunciar su precandidatura, estos los sembró en su ‘nuevo PLN’, el mismo que él forjó desde la presidencia del Partido y, que, ahora, se convertiría en su principal músculo para cazar los votos que le permitan obtener la candidatura.
Figueres pretende complementar ese apoyo con recorridos por el país, para promover su “Plan 2021”, un conjunto de políticas para cambiar el rumbo de Costa Rica hacia uno más ecológico, con menos desempleo y con un índice de pobreza del 15% (tasa que hoy es del 21,7 %).
Su interés es que esa propuesta la empiece a aplicar el presidente Luis Guillermo Solís de inmediato, según dijo, con el ánimo de que su gobierno “salga por la puerta grande”.
Caso ICE-Alcatel. Pero Figueres también usará las giras para medir en persona cuánto marca su figura en el termómetro político del electorado.
En la encuesta de noviembre del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEPP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), Figueres no aparece entre los políticos mejor evaluados.
Esa tendencia de opiniones en su contra se mantiene desde que fue involucrado en el escándalo ICE-Alcatel, en el 2004, por haber recibido $900.000 de la empresa francesa, dinero que justificó como su pago por una asesoría.
La Fiscalía desestimó la causa en su contra en el 2007.
Figueres cree que las malas opiniones de la gente nacen de la desinformación sobre este tema.
“(Esas opiniones) son producto de lo que han escuchado. La gran mayoría no han tenido oportunidad de que nos sentemos a conversar (...). No pretendo que se olvide (el caso ICE-Alcatel), pretendo que se comprenda”, afirmó el exgobernante.
Figueres agregó que el inicio de sus giras no implica el arranque de su precampaña, aunque sí reconoció que con sus viajes buscará capitalizar lo que calificó como un triunfo del PLN en las pasadas elecciones municipales, en las que la fuerza política perdió 11 alcaldías con respecto a los comicios del 2010.