Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central (BCCR), anunció que el Fondo Monetario Internacional (FMI) flexibilizó las condiciones para que el país cumpla el acuerdo de ajuste fiscal necesario para acceder a un crédito de $1.778 millones en condiciones blandas.
Al término de noviembre, los diputados no aprobaron en definitiva ninguno de los proyectos fiscales. En el plan original, explicó Cubero en entrevista con La Nación, el FMI se habría esperado hasta junio del 2022, pasada la incertidumbre de las elecciones, para decidir si giraba el segundo desembolso de $290 millones del préstamo.
Ello habría implicado una larga espera que podría afectar las tasas de interés, el tipo de cambio y la reactivación económica; en suma, “el bolsillo de los costarricenses”, dijo el jerarca del BCCR.
No obstante, continuó Cubero, el FMI accedió abrir un espacio adicional, que se extendería hasta febrero del próximo año, para evaluar si el Congreso avanza con los proyectos fiscales. Además, gracias a la mejoría de las cifras económicas y fiscales, la meta de ajuste se redujo y ahora podría ser de un 1% del producto interno bruto (PIB) o menos.
El presidente del Central sostiene que, para avanzar, es “absolutamente imprescindible” aprobar los proyectos de renta global dual, exoneraciones (que ya fue rechazado en el Congreso), casas de lujo y, por lo menos, dividendos de las empresas del Estado.
-Entendemos que, en un principio, el 20 de diciembre era la fecha máxima para que el país cumpliera con la agenda fiscal acordada con el FMI y todo parece indicar que no va a ser así, por lo que vemos en la Asamblea Legislativa. ¿Qué pasa ahora?
-El compromiso que se tenía con el Fondo Monetario Internacional era que los proyectos de naturaleza fiscal, que están en la Asamblea Legislativa, la Ley Marco Empleo Público y los proyectos tributarios, se aprobaran para finales de noviembre a más tardar, para poder ir al Directorio del FMI el 20 de diciembre.
“Entonces, el corte había que hacerlo hacia finales de noviembre, de manera que se pudiera terminar el proceso de revisión interna por parte del Fondo Monetario y enviar los documentos al Directorio (del FMI) para su aprobación el 20 de diciembre.
Básicamente, no se cumplió con esa expectativa porque, al final de noviembre, el país no había aprobado en forma definitiva ninguno de los proyectos. El más avanzado es la Ley Marco de Empleo Público que fue aprobada en primer debate y ahora está, por segunda vez, en consulta en la Sala Constitucional, pero no se ha aprobado en definitiva ninguno de los proyectos.
Entonces, el escenario de ir al Directorio en este mes de diciembre ya no es viable”.
-Si no se cumplía en noviembre, ¿qué pasaba con la revisión de cumplimiento, originalmente?
-El equipo técnico del Fondo Monetario nos había planteado que, si no se completaba la revisión en el mes de diciembre, el escenario más probable es que ellos esperaran hasta que el siguiente gobierno estuviera ya en el poder, posiblemente hasta junio, para completar la revisión, por el ambiente de incertidumbre que se vivía en el país alrededor de las elecciones.
“Ese es el escenario que se había discutido con el Fondo Monetario, es decir, o se aprueba el desembolso correspondiente a la primera revisión, sería el segundo desembolso del programa, en el mes de diciembre, o nos tendríamos que esperar hasta junio.
En conversaciones recientes, conseguimos que el Fondo Monetario acordara un nivel mayor de flexibilidad y están dispuestos a permitir que el país siga avanzando en la aprobación de esos proyectos, que siguen siendo necesarios, en los meses de enero y febrero, con la idea de que podamos ir al Directorio apenas se aprueben esos proyectos para la conclusión de la revisión y la materialización del segundo desembolso.
Entonces, el Fondo Monetario nos está dando un grado mayor de flexibilidad, que nos permite seguir impulsando esa agenda que es necesaria para poder concluir. Esto es una condición fundamental para mantener ese sello de confianza que representa mantener un programa de apoyo por parte del Fondo Monetario, de mantenerlo vigente.
Ese sello de confianza permitiría al país seguir obteniendo tasas de financiamiento más bajas en mercados domésticos e internacionales, no solo el Gobierno, sino también al resto de los costarricenses. Es también una condición fundamental para mantener la reactivación económica y la estabilidad macroeconómica y financiera.
-¿Qué significaba en términos de credibilidad fiscal y estabilidad financiera que el país se hubiese ido hasta junio para esa revisión?
-Eran seis largos meses que había que transitar básicamente con un signo de pregunta sobre la viabilidad o la probabilidad para la conclusión de la revisión por parte del Fondo Monetario, y esos largos meses de incertidumbre podrían tener una implicación directa sobre las tasas de interés, el tipo de cambio y la confianza de los agentes económicos y, consecuentemente, el ritmo de crecimiento económico de forma que podría impactar el bolsillo de los costarricenses y la situación fiscal.
“Ahora, esta flexibilidad que nos da el Fondo Monetario, que nos permitiría concluir la revisión en los siguientes dos o tres meses, me parece que es fundamental para tener, por un lado, ese sello de confianza y, por otro lado, la claridad que el país necesita de la importancia de que se aprueben estos proyectos legislativos cuanto antes”.
-Entonces, habríamos tenido al país esperando seis meses más por el segundo desembolso, ¿es correcto?
-Así es, y de nuevo, seis meses es un tiempo largo en términos de mercado y sobre todo en tiempos electorales cuando de todas formas hay un nivel de incertidumbre mayor, entonces tener que esperar hasta julio no era buena idea.
-En estos meses que usted menciona que nos están dando flexibilidad, enero, febrero, ¿hay un rango de metas de la agenda de cumplimiento?
-El Fondo Monetario, por supuesto, sigue con la expectativa de que se aprueben todos los proyectos de ley, pero entiende que, en la dinámica de una democracia como la nuestra, eso va a tomar tiempo. También entiende que, con los resultados fiscales que se han observado en el 2021, la necesidad de aprobar la magnitud del ajuste por el lado de los ingresos, que se habían planteado originalmente, que era alrededor de 1,1% o 1,2% del PIB, se ha reducido. De manera que, con una lista de proyectos que sumen alrededor de 1% del PIB, o un poco menos, se podrían cumplir las metas.
“Y yo creo que ciertamente para concluir la primera revisión en estos meses, sería absolutamente imprescindible aprobar el proyecto renta global dual, el proyecto de exoneraciones, el proyecto de casas de lujo y, por lo menos, dividendos de las empresas del Estado, entendiendo que el tema de lotería sigue sobre la mesa, pero en este momento parece requerir mayor discusión para alcanzar viabilidad política.
Pero renta global y exoneraciones, por lo menos, renta global, si no se pudiera exoneraciones, con una combinación de todos los demás proyectos, me parece que podría ser suficiente para que pudiéramos conversar con el Fondo con el fin de se complete la revisión. Por supuesto, nuestra expectativa del resto de la agenda es que se pueda completar más adelante. Ciertamente, esto sería tarea para el próximo gobierno (que comienza el 8 de mayo).
Pero el hecho de que en los próximos meses se complete una combinación de esos proyectos me parece que nos podría dar suficiente grado de certeza sobre el nivel de consolidación fiscal que se estaría alcanzando, para que el Fondo Monetario pueda considerar la aprobación de la revisión. Por supuesto que es una decisión del Fondo, no enteramente nuestra, pero me parece que es importante que sigamos avanzando.
En la Asamblea Legislativa ha habido señales de apoyo a algunos de estos proyectos. Me parece que es importante mantenerlo e impulsarlo para que se materialice, en segundo debate, la aprobación de proyectos como el de renta global, casas de lujo, exoneraciones”.
-Cuando dice el plan de exoneraciones, se refiere al que fue rechazado o la nueva versión?
Bueno, ciertamente la idea, en el estimado original de rendimientos, es que fuera el proyecto de exoneraciones completo, porque el rendimiento que da era necesario para alcanzar los objetivos planteados. Ahora, entendemos que hay espacio de discusión para hacer viable, desde el punto político y legislativo ese proyecto, y eso puede implicar un cierto ajuste de los rendimientos esperados. Pero, en principio sería algo cercano a lo inicial, idealmente tener el salario escolar ahí incluido.
-Cuándo se habla del 1% de rendimiento del PIB esa sería una meta anual desde el primer año o es gradual?
Es total, eso sería el rendimiento total esperado permanente, es decir, el impacto permanente que tendrían estas reformas a partir del 2023 o 2024, porque algunas irán entrando en vigencia de forma gradual. Por ejemplo, está planteado que renta global entre vigencia a partir del 2023, de manera que, lo que se está esperando es cuál es el impacto permanente de estas medidas sobre el déficit fiscal.
“Pero lo importante es que se vea un progreso, un progreso importante, significativo, en el ámbito legislativo, relacionado con estos proyectos para determinar que existe apoyo político suficiente para que se aprueben esos proyectos y se materialicen esas ganancias en términos de reducción del déficit fiscal”.
-¿Usted cree que el país esté cerca de entrar en un ciclo como el que vive Argentina, donde un gobierno negocia y no logra ningún acuerdo interno y el siguiente gobierno vuelve a renegociar? ¿Estamos cerca o lejos de eso?
-No, yo creo que Costa Rica ha mostrado un compromiso serio con la consolidación fiscal. De hecho el proceso de consolidación fiscal se ha venido dando en el 2021 como consecuencia de una contención fuerte de los gastos y una mejora significativa en recaudación tributaria. Parte de eso responde a la mejora en la actividad económica, una reactivación económica, una recuperación incluso más fuerte y más vigorosa, más dinámica de lo que se había esperado originalmente. Pero, también refleja un rendimiento mayor de las reformas tributarias de diciembre de 2018.
“Todo eso es importante porque nos permite entrar en esa conversación con el Fondo de que ya tal vez no sea necesario tener el 1,1% o 1,2% de medidas tributarias adicionales, sino que podríamos tal vez alcanzar las metas que se habían planteado inicialmente y, particularmente la de obtener un superávit primario para el año 2023 del 1% del PIB, obtenerlo con una menor cantidad de aporte adicional por parte de los proyectos de naturaleza tributaria.
Lo importante va a ser seguir impulsando estos proyectos en la Asamblea Legislativa, sobre todos los que rinden más, que son renta global y exoneraciones, así como algún otro, como casas de lujo o dividendos de las empresas del Estado, que nos dé suficiente para cruzar un mínimo umbral que nos permita aprobar la primera revisión y dejar tal vez lo demás pendiente para un futuro inmediato.
Sobre la pregunta del caso de Argentina: yo creo que en el caso de Costa Rica es muy importante tomar en cuenta que la mayoría de las acciones están ya planteadas en la Asamblea, es decir prácticamente todo el núcleo, el corazón de la consolidación fiscal está ya en discusión legislativa, lo que quedaría por hacer es implementación en años siguientes.
Eso es muy importante, porque, si se aprueba esta agenda en los siguientes dos o tres meses, ya básicamente estamos con la consolidación fiscal en el marco del manejo con el Fondo Monetario Internacional ya aprobada, y eso da una garantía de continuidad y una garantía cumplimiento no solo frente al FMI, sino frente a los demás mercados. No haría falta que un nuevo gobierno renegocie nada”.