La Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano denunció que “la dictadura Ortega-Murillo está aprovechado la pandemia de la covid-19 para provocar un genocidio impulsado por una negligencia criminal”.
Así lo expuso este miércoles durante la conferencia ¿Utiliza el régimen Ortega-Murillo el Covid-19 como instrumento de exterminio en Nicaragua?,
Lina Barrantes Castegnaro, directora de la Fundación Arias, llamó a la comunidad internacional a "tomar medidas tendientes a proteger a la población civil y no hacer oídos sordos ante una tragedia real que ocasionará miles de muertes en pocos meses”.
En el conversatorio, participaron el epidemiólogo Yayo Vicente, la socióloga Elvira Cuadra y el experto en derechos humanos, Francisco Aguilar.
“El presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo recibieron la pandemia diciendo que las fronteras del país estaban blindadas por la protección divina. Para mostrar ese blindaje, convocaron a festivales, fiestas populares, manifestaciones y turistas. El resultado de sus acciones es que se calcula que morirán, según las proyecciones de esta mañana expuestas por el epidemiólogo Yayo Vicente, 265.000 nicaragüenses”, recalcó Lina Barrantes.
Durante su participación, el epidemiólogo Yayo Vicente realizó proyecciones sobre cómo el coronavirus podría afectar a los nicaragüenses, ante la carencia de medidas del gobierno.
“El 90% de los enfermos (de la covid-19 en el mundo) generalmente no ocupa tratamiento especializado, algunos ni siquiera tienen síntomas (...). El 10% requiere hospitalización: un 5% de este grupo requiere hospitalización sumamente delicada, requiere atención en unidad en la Unidad de Cuidados Intensivos, y el 2,5%, la mitad de los que están en cama de UCI, va a morir. Aquí no tenemos buenas noticias", dijo Vicente.
El especialista agregó: “Lo engañoso de esto es que el 90% no tiene problemas. Eso es lo que ha puesto de rodillas al mundo”.
“Nicaragua tiene aproximadamente 6,5 millones de personas. Veamos lo que ocurriría con esas personas si solamente el 10% se contagiara. Esto quiere decir que solo 650.000 van a contagiarse, lo que significaría que si tenemos camas, UCI e intensivistas, van a morir 16.250 nicaragüenses; pero como no tenemos ese tipo de recursos porque el Estado no se ha preparado, puede morir el 5% que equivale a 32.500 nicaragüenses".
"Pero una pandemia no para ahí. Se calcula que, para que pare, tiene que infectarse para arriba del 80%. En las condiciones en las que Nicaragua está respondiendo a la pandemia, se morirían al final un poco más de 260.000 nicaragüenses”, aseveró.
La situación desde la sociología y los DDHH
Durante su exposición, la sociológa nicaragüense Elvira Cuadra, radicada en Costa Rica desde el 2018, refirió que en Nicaragua “la vanalización de la muerte se ha convertido en una estrategia de control político, una necropolítica evidente”.
“Obligan al personal de salud a no protegerse, a no usar mascarillas, ni batas ni ningún tipo de equipo de protección, lo que ha ocasionado un aumento en el contagio de los profesionales de salud e, incluso, su muerte.
"En este momento, cuando en Nicaragua se está dando un incremento de la curva de contagio, gran cantidad de personal de salud está contagiado o ha fallecido y no lo dicen”, manifestó Cuadra.
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Añadió que la decisión del Gobierno de Nicaragua de no actuar, pareciera ser irracional y no tener una lógica de sentido común en un contexto de emergencia global tan crítico como en el que nos ha generado la pandemia.
“En realidad sí tiene racionalidad y es una lógica de negligencia criminal. Esa razón explica todas las decisiones que el gobierno de Nicaragua ha tomado desde que aparecieron los primeros signos de pandemia en Nicaragua”, aseveró.
Cuadra explicó que con la aseveración de negligencia criminal se refiere a que hubo tiempo para hacerle frente a la pandemia.
“La Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y otras prestigiosas instituciones alertaron con suficiente tiempo. América Latina no fue la primera región donde se presentaron los síntomas".
"Nosotros vimos avanzar y vimos los primeros efectos de la pandemia en China y Europa y eso dio espacio para que se prepararan los gobiernos en América Latina para atender esta emergencia.
"En el caso de Nicaragua, las acciones o decisiones más importantes han sido primero negación recurrente del estado de emergencia y de los efectos que la pandemia por el coronavirus puede tener, y está teniendo ya, en la población”, aseveró.
Francisco Aguilar, experto en derechos humanos, sostuvo que en el país vecino “se da un genocidio por negligencia calculada” y que Costa Rica tiene la responsabilidad de ayudar a la población de esa nación.
“Nuestro deber como costarricenses, para con el pueblo nicaragüense, es darles todo el apoyo necesario. Tenemos mucho que hacer.
"En Nicaragua se está dando un problema que es el de un genocidio por negligencia porque es más importante llenar egos que salvar vidas. No es posible que se esté dejando morir a la gente y se escondan los datos. ”, puntualizó.
Por otra parte, Aguilar recalcó que durante una pandemia hay necesidad de transparencia.
El martes 19 de mayo, el Ministerio de Salud de Nicaragua reportó un aumento en los casos positivos por coronavius, informando que hay 254 contagiados, 10 veces más de los reportados hace una semana.
Los datos del gobierno contrastan con los de organizaciones civiles. Por ejemplo, la ONG Observatorio reveló que las cifras, al 16 de mayo, eran de 1.569 casos positivos y 366 fallecidos, según informó la agencia AFP.
La OPS ha criticado a la administración de Daniel Ortega por incumplir con la obligación de reportar frecuentemente los contagios y las muertes por el nuevo coronavirus.