Sin importar si el presidente de la República será el opositor Luis Guillermo Solís o el oficialista Johnny Araya, la nueva conformación de la Asamblea Legislativa pone a los partidos políticos ante la obligación ineludible de negociar entre sí. Si no, el Congreso caería en la parálisis.
Esto lo reconocen líderes de las bancadas que asumirán funciones este 1.° de mayo, al margen de la segunda ronda presidencial del 6 de abril. Si ganara Araya, contaría con 18 diputados del Partido Liberación Nacional (PLN), la más pequeña fuerza legislativa que se registraría en esta era constitucional, desde 1949, como sostuvo Humberto Morales, experto en asuntos legislativos.
Si ganara Solís, gobernaría con solo 13 diputados de su Partido Acción Ciudadana (PAC), pues esta agrupación expulsó a Víctor Morales Zapata. Las siguientes fracciones serían Frente Amplio, con nueve miembros, y el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), con ocho.
A estos cuatro bloques se suma la bancada disminuida de tres libertarios que liderará Otto Guevara y pequeñas cuotas de otros partidos con agenda sectorial o regional hasta completar las 57 curules, un cuadro atomizado de colores como lo previeron las encuestas.
“Quedó prácticamente inmanejable. Se impone un gobierno multipartidista con un acuerdo nacional o el país va de camino a un infarto. Así como se ve ahora, será como arrear gatos en La Sabana”, declaró ayer Rolando Araya, asesor de su hermano Johnny y su interlocutor con otros sectores.
Para Ottón Solís, cabeza de la lista del PAC por San José, es necesario establecer un nuevo modus operandi que deje atrás la campaña electoral, pero mediante diálogos transparentes. Él lleva como primera meta lograr una reforma al Reglamento Interno de la Asamblea Legislativa, que permita agilizar las discusiones.
A su lado tendrá a Antonio Álvarez Desanti, del PLN. “Hay fuerzas importantes como PAC, Frente Amplio y PUSC con las que habrá que hacer bloques y otros minoritarios, más los dos que fueron expulsados de sus partidos. Eso aumenta el fraccionamiento”, añadió.
Luis Guillermo Solís y Johnny Araya plantean la necesidad del diálogo por encima de las banderas en el Congreso, pero se mantienen cautelosos sobre la posibilidad de alianzas con otros partidos de cara a la segunda ronda.
La bancada que más creció fue la de Frente Amplio, con el probable liderazgo de Patricia Mora, presidenta de la agrupación y primer lugar por San José.
Su compañero Edgardo Araya, primer lugar por Alajuela, dijo que hay un mandato popular claro: que nadie tenga mayoría para gobernar este país. “Vamos a requerir un gran ejercicio de diálogo y negociación”, afirmó. Sin embargo, plantea una condición: “No defraudar a una gran cantidad de gente que pensó que somos la mejor opción”.
Se trató de localizar a Humberto Vargas, diputado electo por el PUSC en San José, pero no contestó ayer. Su compañera de fracción, Rosibel Ramos, también josefina, dijo que será necesario dejar de lado “los protagonismos” y la búsqueda de puestos políticos futuros.
Del Movimiento Libertario se intentó hablar con Otto Guevara, quien perdió su cuarta contienda presidencial, pero también se postuló para el Congreso y obtuvo su curul. Guevara, sin embargo, decidió no hablar ayer con la prensa.
Álvarez Desanti dijo que un tema en el que podría aliarse con el PAC son las reformas fiscales, incluso con el Frente Amplio.
“Queda claro que el país busca una nueva ruta y en ese proceso no hay aún definiciones y el poder queda erosionado”, lamentó Álvarez, quien admitió que la meta del PLN eran 29 diputados, 11 más que los obtenidos.
Óscar López, primer lugar del Partido Accesibilidad Sin Exclusión, se mostró inseguro respecto de su retorno a cuesta de Moras y no quiso comentar sobre alianzas. Información recopilada por Amy Ross, Diego Arguedas y Luis Díaz.