La expresidenta del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Gloriana López Fuscaldo, relató que el presidente de la República, Rodrigo Chaves, le ofreció la embajada en Perú para que renunciara al cargo.
Ante los diputados de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea, López explicó que, cuatro días antes de su dimisión, presentada el 19 de junio, la primera vicepresidenta Mary Munive la visitó en su casa.
Eso ocurrió el jueves 15 por la mañana, entre las 8 y las 9 a. m., cuando ella estaba en pijamas después de haber trabajado hasta las 3 a. m. atendiendo a un grupo de 42 menores de edad —algunos en abstinencia de medicamentos—, quienes aparentemente eran torturados en un albergue ubicado en Cascajal de Coronado, el cual había sido allanado, un día antes, por agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Munive llegó a la vivienda acompañada de sus escoltas, en un carro oficial, sin placa. Según su relato, la vicepresidenta le dijo que hablaría con el presidente Chaves porque estaba preocupada por su salud mental, pues sentía que estaba desbordada y revisó los medicamentos que tomaba.
“Yo, que soy naturalmente buena, dije ‘qué bien, está preocupada’. Sí me incomodó, tal vez, que después me hizo una referencia de si yo tomaba muchos medicamentos, algo que me parecía fuera de lugar. Ahí estaban mis vitaminas para el pelo, de las uñas y un antidepresivo”, relató.
Añadió que la vicepresidenta llevó a su jefa de despacho, de nombre Sara Pérez, quien tomaba nota de la conversación y desconoce si se levantó una acta.
López Fuscaldo recordó que, al día siguiente, mientras se disponía a divulgar un comunicado de prensa sobre el allanamiento en Coronado, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, le informó por Whatsapp que ya no manejaba la vocería del PANI y que, en adelante, la encargada era la vicepresidenta.
“Le dije: ‘¿Cómo así?’. Y Jorge Rodríguez Vives me dijo: ‘No, es que usted ya no maneja la vocería del PANI,”, relató.
Luego, la vicepresidenta llegó a su oficina en el PANI el 19 de junio, de forma inesperada, cuando ella estaba atendiendo a media docena de personas, según afirmó López.
“Me enseñó que los diputados tenían una moción para llamarme y dijo que yo no podía atender eso porque yo estaba desbordada”, continuó.
La exjerarca del PANI aseguró que consideró que ir al Congreso era una gran oportunidad, pero Munive le ofreció un puesto y le dijo que seguiría recibiendo salario, pero que no le podía pasar lo que le pasó a la exministra de Salud, Joselyn Chacón, cuando fue interpelada en el plenario de la Asamblea Legislativa.
Agregó que la vicepresidenta le dijo “que estaba en negación”, ante lo cual ella le respondió que no la iba a diagnosticar, “que eso es un irrespeto”.
Según López, Munive cuestionó su salud mental, lo que ella consideró inaceptable.
“Me sentí ofendida, humillada e irrespetada y le dije: ‘Mire señora, usted aquí no está en un acto médico, esto no es un consultorio, ni usted es mi doctora, ni usted está haciendo una evaluación médica. En ese sentido, yo le pediría un poco de respeto’”, narró la también exministra de la Niñez.
De seguido, dijo que la vicepresidenta le solicitó la renuncia, a lo que ella no accedió. Entonces, pidió hablar por videollamada con el presidente Chaves porque quería verlo a los ojos.
‘Me sentí profundamente amenazada’
Finalmente, logró hablar con el mandatario por teléfono, sin cámara, para saber si de verdad requería su renuncia.
En esa conversación telefónica, según la exjerarca del PANI, Chaves le dijo: “Bueno, doña Gloriana, renuncie. Le estoy ofreciendo la embajada del Perú.
“Yo le dije: ‘Qué pena, pero sabe dónde puede poner la embajada del Perú, yo me voy para mi casa desempleada’.
“Entonces me dijo: ‘Doña Gloriana, si no renuncia, la voy a tener que destituir’. Y le dije: ‘Por favor, proceda’. Y entonces me dijo: ‘Voy a tener que contar...’.
“En ese momento, yo me sentí profundamente amenazada, coaccionada, no sé. ¿Contar qué? Yo no lo sé, pero dado el contexto de lo que venía diciendo la señora vicepresidenta, yo interpreté que contar que estaba loca, y yo tengo un hijo de 16 años y no quiero que mi hijo lea en los periódicos que su mamá está desbordada; entonces, tuve miedo y le dije: ‘sí señor, voy a renunciar’, y colgué”.
De acuerdo con el relato de López Fuscaldo, el presidente Chave alegó cuatro razones para prescindir de sus servicios, los cuales ella calificó como “tonteras”. Por ejemplo, aseveró que le cuestionó que un día llegó a trabajar a las 4 p. m., cuando ella estaba haciendo teletrabajo desde su casa y el día antes había salido de madrugada.
Tras colgar el teléfono, la exjerarca afirmó que la vicepresidenta le dio una hora para redactar la carta de renuncia, algo que ella no hizo a tiempo porque, alega, estaba recogiendo las cosas de su despacho y firmando algunos documentos que estaban pendientes.
Entonces, le preguntó a la vicepresidenta qué ponía como motivo de dimisión y que Munive le dijo que “algo de que ella era madre sola”. No obstante, ella se negó a usar ese argumento y puso “motivos personales”.
La Nación envió consultas tanto a Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación, como al encargado de prensa de Mary Munive, para que se refieran a este relato. Sin embargo, la oficina de prensa de Casa Presidencial solo envió una breve declaración diciendo que “el Gobierno de la República mantiene su compromiso para resolver las grandes carencias que tiene el PANI y que ha sido una preocupación desde el inicio de la administración Chaves Robles”.
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