El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) le ofreció a Costa Rica un crédito de $200 millones para atenuar los fuertes incrementos en la gasolina y el diésel, provocados por la invasión de Rusia a Ucrania.
El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, confirmó que el gobierno del presidente Rodrigo Chaves evalúa utilizar los recursos para subsidiar los pasajes del transporte público, como los de los buses.
El dinero forma parte de un programa de $800 millones para países de la región, en el que participarían adicionalmente El Salvador, Honduras y Nicaragua.
“Es para financiar estos gastos por combustibles no presupuestados por ningún Estado, porque nadie sabía que esos precios iban a subir tanto”, explicó Dante Mossi, presidente del BCIE.
El jerarca indicó que los países deben solicitar el ingreso al programa y, una vez aprobado, podrían acceder a un máximo de $50 millones al mes por cuatro meses, presentando gastos debidamente justificados.
“Por ejemplo, que el Estado haya gastado en subsidiar los precios de los combustibles o las tarifas del transporte público, o la medida que haya tomado. Nosotros procedemos a reconocer los gastos y reembolsaremos los valores”, apuntó Mossi.
De hecho, como el programa fue aprobado por el Directorio del BCIE a finales de abril, Mossi enfatizó que el exministro de Hacienda, Elian Villegas, envió una nota en coordinación con el jerarca actual, Nogui Acosta, para solicitar el acceso a ese financiamiento.
Villegas indicó que conversó el asunto con Acosta y le planteó al Banco que existía la anuencia del ministro designado, para ese momento, para reservar los fondos y que el nuevo gobierno sea el que defina el mecanismo y la forma de darle el mejor uso posible.
Consultado por La Nación, Acosta explicó que el Gobierno está haciendo una valoración sobre el mecanismo para atenuar el alto costo de los combustibles y, de esa forma, plantear el acceso al crédito.
“Creemos que hay un impacto sobre todo para las personas que usan el transporte remunerado de personas en modalidad autobús, porque para ellos hay una inelasticidad de la demanda. La gente tiene que transportarse, por taxi o bus, y al final de cuentas va a escoger lo más barato, va a irse en bus porque no puede hacer otra cosa”, dijo el ministro.
Acosta enfatizó que al Ejecutivo le interesa el programa, porque es un tema puntual y el mecanismo se tiene que analizar de manera que “no se convierta en un subsidio indiscriminado, o sea, que no sea para todo el mundo, porque en economía es importante que los precios relativos se reflejen”.
“Por ejemplo, si es más caro andar en carro, yo no debería subsidiar a toda la gente para que lo ande, porque es mejor usar bus o lo eléctrico. Yo no debería dejar que no se presenten las situaciones que los mercados definen”, acotó.
La posibilidad de hacer un subsidio a las tarifas también está, reiteró el ministro Acosta, pero no al combustible, sino al pasaje de las personas, para que pueda llegarle directo a la gente y no de manera indiscriminada.
“No hemos definido el mecanismo”, comentó.
A partir de marzo, la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) aplicó un alza del 6% en los pasajes de bus, adicional al 5% que había aprobado a finales de octubre del 2021.
Dicho incremento se justificó por parte de la Intendencia de Transportes de la Aresep por las variaciones en el costo de los salarios, los combustibles, gastos administrativos y operativos de las empresas autobuseras.
A la fecha, los pasajes de autobús son 11,3% más caros que hace siete meses.
Las tarifas de taxi también subieron hasta 43% en abril.
En el caso de los combustibles, el litro de gasolina súper costaba, en enero, ¢720 y el precio vigente, a la fecha, es de ¢951, o sea, se produjo un incremento del 32% (¢231 de diferencia).
La gasolina regular aumentó de ¢744 en enero a ¢927 en mayo: un aumento del 24,6%.
En el caso del diésel, en enero costaba ¢668 el litro y, a mayo, el precio está en ¢904, lo que equivale a un 35% adicional.