En una unión de criterios poco usual entre el Gobierno de la República y el Partido Liberación Nacional (PLN), ambos impulsan la discusión de un proyecto de ley para legalizar la eutanasia pasiva en el país.
Se trata del Proyecto de Ley sobre Muerte Digna de Pacientes en Estado Terminal, que permitiría a los médicos no aplicar medicamentos que alarguen la vida a personas sin posibilidades de curar sus padecimientos. Los redactores del expediente son los diputados liberacionistas Carlos Arguedas y Antonio Álvarez Desanti.
Además, el Poder Ejecutivo incluyó la iniciativa entre las prioridades para las sesiones extraordinarias de agosto, con el fin de que avance el debate sobre este tema.
Consultado por los medios, el presidente, Luis Guillermo Solís, aseguró que le interesa iniciar esta discusión, pero argumentó que el objetivo principal del expediente “nada tiene que ver con la eutanasia”.
“Básicamente, lo que se autoriza es que una persona defina que no quiere aceptar tratamientos médicos o la utilización de aparatos que le extiendan la vida cuando está en fase terminal o degenerativa”, explicó Álvarez.
A eso se le conoce precisamente como “eutanasia pasiva”, al contrario de la activa. En esta, el médico suministra medicamentos a una persona para terminar con su vida, ante la imposibilidad de curarse de un mal.
La iniciativa se estudia en la Comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Legislativa.
En contra. Desde ahora, los diputados del bloque cristiano del Congreso opinaron en contra de la iniciativa.
Mario Redondo, de la Alianza Demócrata Cristiana, criticó que el Gobierno otorgue prioridad a ese proyecto de ley.
“Es parte de una agenda que tiene como ideología el descarte de embriones, de personas, de enfermos”, dijo Redondo.
Abelino Esquivel, de Renovación Costarricense, adujo que su partido solo tiene interés en “legislar por la vida”, y que al paciente debe dársele ayuda psicológica para que no se deprima.
Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC), apoya el proyecto de ley pues afirmó que se trata de darles libertad a las personas, sin afectar a nadie más.
Carlos Arguedas, uno de los proponentes, consideró importante animar el debate sobre la eutanasia, como parte de leyes sobre sociedad y cultura.