Dos grupos de defensa de los derechos gais denuncian un doble discurso por parte del vocero de la Iglesia católica, Mauricio Víquez. Según dijeron, él predica en público contra las parejas del mismo sexo, calificándolas de ser una amenaza contra la familia, al tiempo que tiene prácticas homosexuales.
Víquez, encargado de temas de familia en la Conferencia Episcopal, afirmó que hay exageraciones por parte de los denunciantes en torno a los detalles de esos encuentros: “Si encuentro es la parte sexual, digamos, física, le voy a decir que no, pero ahora, el tema es si eso implica salir, estar en el departamento conversando, tomando algo, que un abrazo, obviamente es otra cosa (...). Un abrazo, un beso, bueno, esas cosas pueden ser”.
El sacerdote no negó contacto con dos denunciantes que afirman haber tenido acercamientos con él, cuando tenían entre 18 y 25 años.
El vocero de la Iglesia aceptó, además, la existencia de conversaciones digitales con frases inadecuadas, según su criterio. “Evidentemente, uno, pues a veces comete errores, a la hora de decir una cosa, una frase, que tal vez uno pueda considerar inadecuada, o que se puede entender mal, pero, este, ciertamente uno se asume en ese proceso”, dijo el cura de 51 años.
Las denuncias, encabezadas por Movimiento Diversidad y la Asociación Pro Derechos Humanos Igualitarios, acusan a Víquez de actuar en contra de lo que pregona. Señalan que su prédica daña a personas homosexuales que, según dicen, él busca para encuentros íntimos.
El año pasado, en nombre de la Iglesia, Víquez defendió la familia como la unión heterosexual, exclusivamente, y dijo que hay organizaciones que atentan contra este concepto.
Marco Castillo, presidente de Diversidad, escribió una nota al obispo Óscar Fernández, presidente de la Conferencia Episcopal, en la que achacó doble moral a algunos sacerdotes: “Tal es el caso del cura Mauricio Víquez Lizano, quien hasta tiene un apartamento en los alrededores del parque Morazán (San José) y no tiene empacho en hablar en contra nuestra en televisión”.
“Nos condenan a ser ciudadanos recluidos y con derechos disminuidos por no tener la orientación sexual que ustedes consideran correcta, mientras otros curas incurren en prácticas homosexuales”, añade una nota de la Asociación Pro Derechos Igualitarios a la Iglesia del 18 de marzo.
Encuentros. Este diario conversó con dos personas que aseguran haber sostenido conversaciones eróticas con el cura. Pruebas en poder de La Nación constatan el flirteo. Uno de ellos, un funcionario público de apellido Castro, afirma que estuvo en el departamento de Víquez, en San José, en varios encuentros sexuales.
“Me citó en el Parque Morazán (mediante una página web). Al frente hay un edificio de apartamentos. Subí a su habitación y tuvimos nuestro encuentro. Tuvimos varios encuentros así”, afirma Castro, quien dijo que Víquez nunca le dijo que era cura y se dio cuenta de esa condición al verlo en una entrevista televisiva.
“Mi sorpresa fue verlo hablar mal contra la diversidad, a pesar de que él estuvo conmigo. Mi testimonio es valioso porque no podemos continuar en una sociedad con una doble moral como esta”, aseguró Castro.
En cuanto a la veracidad de su testimonio, Castro expresó: “Yo tengo chats guardados donde él se expone y hace mención a nuestros encuentros, y deja en evidencia que sí sostuvimos esos encuentros”.
Confrontado sobre el testimonio, Víquez alegó que podía ser un “amigo” del pasado, que probablemente se alejó de él y, ahora, “exagera” sobre los encuentros.
Acepta que sí ha tenido relaciones cercanas con personas gais, aunque recalcó que esto no va en contra de su prédica como vocero de la Iglesia, y reiteró que su intención nunca ha sido perseguir a nadie.
Enfatizó en que la homosexualidad no es vista por la Iglesia como un “pecado”, al tiempo que indicó que, si un sacerdote acepta tener prácticas homosexuales, eso representa “un suicidio”.
El otro es el de un abogado de 24 años, de apellido López, quien desde octubre del 2015 sostuvo conversaciones por Facebook con Víquez, donde intercambiaron fotografías íntimas y frases en tono erótico. El padre, incluso, le envió imágenes de una estancia en las ciudades de Fátima (en Portugal), Salamanca y Ávila (en España) en octubre del 2015.
El cura no niega las conversaciones, incluso no pudo decir que fueran mentira, pero alega que están utilizando situaciones de su pasado en busca de callarlo.
Mediático. “No sé qué pretenden al irse de forma directa a medios, y no haber hablado las cosas antes, no sé, pero percibo que tienen alguna intención. La primera es ‘usted se va a callar, porque ha hablado muchas cosas que nos afectan’”, declaró el sacerdote.
Los choques entre Víquez y los grupos a favor de los derechos de la población gay se hicieron evidentes luego de varias apariciones mediáticas del prelado.
El 3 de junio pasado, en el canal 7, Víquez protagonizó un debate con el líder del Movimiento Diversidad, Marco Castillo. En esa ocasión, ambos discutieron la decisión del Juzgado de Familia de Goicoechea, que había reconocido la primera unión de hecho homosexual en el país.
Víquez defendió en el programa el modelo de familia que propone la Iglesia católica, y sostuvo que la decisión del juzgado estaba plagada de “vicios” que iban a ser puestos en evidencia por abogados constitucionalistas.
“En este momento hay que atenerse a la definición de familia del Código de Familia (...). Ni siquiera hace falta hacer una cita bíblica. El criterio de ilustres constitucionalistas ha sido muy crítico frente a esta sentencia”, dijo el sacerdote.
Ahora, ante denuncias de supuestos encuentros íntimos con homosexuales, el sacerdote asegura que ese planteamiento es el que le ha sido ordenado repetir por la misma Iglesia.
Menos de un mes después de esa aparición en canal 7, volvió a la televisión, en el programa Noche sin tregua . Allí, insistió en la necesidad del modelo de familia heterosexual, vista desde el matrimonio, criticando y señalando debilidades de modelos que no calcen en esa noción.
“En los últimos días la campaña antifamilia fue destructiva”, se quejó Víquez. “La gente que ataca la familia, lo ha hecho de modo sistemático, es un maquinar constante, donde hablan de un nuevo orden (…) es meter e inyectar confusión”, agregó.
A esta supuesta campaña antifamilia es que Víquez apela para justificar lo que considera ataques en su contra.
En tanto, los denunciantes exigen que se detenga una campaña en contra de sus derechos, más si el mensaje lo da un cura que, según ellos, tiene encuentros íntimos con homosexuales.
En cuanto a cuestiones estructurales de la Iglesia, Víquez aceptó que no se puede obviar la existencia de prácticas homosexuales en el sacerdocio. “Yo siento que la pastoral sacerdotal no puede obviar una realidad que porcentualmente se ha visto que es importante”.
Dijo que, ante lo ocurrido con el obispo polaco Krysztof Olaf, quien fue expulsado por declararse homosexual, el tema cobró relevancia y se trabaja en él: “Es un hecho que está ahí, pero ciertamente se maneja inadecuadamente, porque se maneja el hecho de lo afectivo y lo emocional, sobre todo desde la perspectiva de relaciones con mujeres”.