El sacerdote Mauricio Víquez, vocero de la Conferencia Episcopal, expuso la posición de la Iglesia católica ante el decreto con el que el presidente, Luis Guillermo Solís, autoriza en el país el uso de la fecundación in vitro (FIV).
¿Cuál es la estrategia posible ante el decreto de FIV?
Es una situación difícil. A nivel jurídico, hay recursos, pero hay que hacer las cosas bien hechas, con suficiente fundamentación, con inteligencia y prudencia. Hay que tomar en cuenta que es un tema muy sensible, sobre el cual la opinión pública ha sido llevada de la mano por algunos medios de un modo muy directo, hay que contrarrestar eso y presentar recursos bien fundados.
”Las organizaciones que ponemos peros a este decreto, tenemos que levantar una voz que no sea fanática ni excesiva, que sea escuchada dentro del marco de la democracia, respetada, tomada en cuenta”.
Si fuera del caso y haya que seguir adelante en la Asamblea Legislativa, insistir en que se dé una solución más integral a un problema que la fecundación in vitro. no soluciona, porque es una técnica y no un tratamiento. En la de menos, el camino en la Asamblea es el más correcto para llegar a soluciones más integrales”.
Como técnica, la posición de la Iglesia es totalmente negativa, ¿prefieren que no se apruebe?
Lo ideal sería buscar una vía que proteja al embrión siempre. Lo que pasa es que esta técnica no da para tanto. En este momento, del total de personas a las que se les aplica, tendrá éxito un 30%, en los mejores casos. Es bastante defectuosa.
”Se pueden intentar otras vías más integrales, lo que pasa es que hay que esperar a qué pueda ocurrir en términos de lo que aporten los científicos. Hay otras técnicas de tratamiento de la infertilidad que pueden ser más eficaces, sin poner en riesgo embriones, buscar alternativas que no sean extracorpóreas.
”No hay soluciones mágicas, hay casos en que no hay solución. Por ejemplo, si no se tienen trompas de falopio, cómo se aplicaría una técnica de corrección de la infertilidad, si no se tiene la materia prima”.
En ese caso, para ustedes ¿cuál es la opción?
En principio, la adopción sería la única opción, que fuera en una línea realista y que no solo tenga un respeto a la vida humana no embrional, sino que también sería una salida interesante en términos de caridad.
Esto sería resignación, bajo la visión católica.
Sí, pero más que resignación, es un poco de realismo, hay cosas que no se pueden. Como el hijo no es un derecho, sino un don, entonces es importante tomar en cuenta que si yo no tengo la posibilidad de tener hijos y lo veo como un derecho, a quién le reclamo. Es una realidad, que muchas parejas viven, dura, muy difícil, que la Iglesia comprende y que verdaderamente se mira con preocupación cuando esos casos se dan, pero hay salidas.
Para ustedes, esto no es una discusión de derechos humanos, entonces.
No existe una declaración de derechos humanos en la que se hable del hijo como un derecho. Se plantea la realidad de la familia y la convivencia, pero no se establece en ninguna parte que se trate de un derecho.
”Una vez que se habla de familia y de la posibilidad de obtener vías para poder convivir, el tema del hijo no necesariamente está incluido”.
¿El presidente comete un error al firmar este decreto?
A mí me parece que ha habido tantas opiniones en contra, hasta de la misma Caja (Caja Costarricense de Seguro Social), que él debió haber detenido un poco el camino y seguir consultando, esa habría sido la salida ideal. Yo creo que incluso cuando se vino lo del decreto, a mucha gente nos sorprendió porque el camino que se venía haciendo en la Asamblea era más ordenado, pensado...
Que lleva tres años...
Claro, trabajándolo mucho...
Pero puede durar 10 años...
No, lo que pasa es que el proceso que está ahorita en la Comisión (de Asuntos Sociales) está en el cuarto día de mociones, faltan como 70 o 75 por ser discutidas y pasar al plenario después.
”Estamos hablando de muy poco tiempo. Han pasado muchísimo tiempo trabajando muchas mociones y estaban muy cerca, o siguen estando muy cerca, porque eso va a seguir caminando. Si llega el proyecto de ley al plenario, vamos a ver ahí qué pasa. Es más restrictivo, está mejor hecho, es más preciso”.
Pero en la siguiente etapa, que son las mociones de reiteración, pueden meter cientos de mociones y atrasarlo mucho.
Estamos de acuerdo, pero había una actitud de los miembros de la Comisión de sacarlo de una vez al plenario, para ver qué pasa. Pero al venir el decreto, todo el mundo reacciona con un poco de sorpresa, verdad.
Además saben que los promotores de la FIV no tienen votos para poner el tema en el primer lugar de la agenda.
Yo pienso que esa no era la idea, por lo menos lo que yo percibí. Había una tendencia a sacar esto y discutirlo rápido. Cuando se hizo el desayuno entre diputados y obispos, muchos hicieron ver la necesidad de que había que sacar esto lo antes posible, se aprobara o se archivara. La idea era tenerlo en el plenario rápido. También un poco con la idea de que se venía el decreto, entonces había un esfuerzo por sacarlo adelante hasta donde se pudiera.
“Lo que ahora esperamos es primero conocer totalmente el texto del decreto publicado y visualizar qué opciones existen para un recurso, hacerlo bien y después ver qué pasa en la Asamblea”.
¿Qué le dice la Iglesia católica a una pareja de católicos que vea como única opción la FIV?
Hoy día, el tema de la autonomía de la conciencia de las personas es muy importante. Entonces, la Iglesia en estos casos lo que expone es su pensamiento, cómo ve el tema de la vida humana embrionaria, cuál es el riesgo que se corre a la hora de perder embriones, usted decide. Vivimos en tiempos en los que los fieles son muy inteligentes y maduros, tomando en cuenta los principios que la Iglesia les enseña, tienen que llegar a decisiones propias.
¿Se considera pecado la aplicación de la FIV?
Es que si una persona católica optara por aplicar esta técnica, debe tener claro que tiene su responsabilidad, que para llegar a un éxito, tal vez en el tercer o cuarto ciclo reproductivo, en el camino se quedan seis, siete u ocho embriones.
Entonces ¿qué es pecado, la técnica o sus consecuencias?
Todo depende de las consecuencias que vayan a tener. Van desde la manera en que se extraen los gametos, óvulo y espermatozoide, hasta el trabajo que se hace en el laboratorio, cuántos óvulos se trabajan, cuántos son fertilizados. Para tener dos buenos óvulos fecundados, embriones, es muy difícil usar solo dos, siempre se selecciona.
”No sabemos qué hace un científico en el laboratorio. Entonces, el desecho podría darse sin que nadie se dé cuenta, a pesar de que una ley restrictiva, como la que se prepara en la Asamblea Legislativa, lo prohíba.
”Es una pérdida que se va a dar, hay una manipulación externa del embrión que también va a tener consecuencias. Es otro punto que la gente tiene que saber, el que se manipule tiene consecuencias demostradas, una propensión a patologías muy altas en comparación con un niño concebido en modo normal”.
Hay una serie de realidades que una pareja tiene que considerar y que todo tiene sus implicaciones éticas.