Cartago. “Pedimos perdón por el silencio y por posturas cómplices del mal, por nuestra insensibilidad hacia ciertas injusticias, por nuestra rigidez que ha lesionado y herido, por la pretensión de imponer a otros nuestra visión moral”.
Con estas palabras, Bartolomé Buigues Oller, obispo de Alajuela, se dirigió a los peregrinos en la homilía de este martes 2 de agosto, en honor a la Virgen de los Ángeles, declarada Patrona de Costa Rica desde 1824.
Desde la basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, el obispo realizó un llamado al perdón, e hizo alusión al acto del papa Francisco con una líder indígena canadiense, a quien le besó la mano en gesto de perdón por los crímenes cometidos por representantes católicos a poblaciones originarias de Canadá, en los internados para niños que estuvieron abiertos de 1883 a 1996.
Además, el sacerdote aseguró que Costa Rica vive una emergencia educativa que ha zanjado brechas entre los estudiantes, por lo que llamó a ayudar a los niños en condiciones de pobreza.
Reclamó un papel más protagónico de la familia dentro de la comunidad educativa, una “regeneración ética” y en exigir un buen futuro para la sociedad.
“Nos encontramos, sin duda, ante una emergencia educativa por la pandemia que todavía vivimos. Es urgente remediar la deserción escolar y hacer un gran esfuerzo por subsanar las lagunas, remediando la situación con planes de nivelación y aceleración de aprendizajes.
“Hay que fortalecer la equidad en la educación con atención especial en los más pobres, reducir la brecha digital y de recursos educativos a los que dejamos en desventaja, y resolver urgentemente el problema de infraestructura en los centros educativos”, indicó el obispo.
Buigues también recordó las palabras que recibió por parte de la familia de Marco Calzada, un joven asesinado en San José por criminales, haciendo una petición para que los hogares incentiven los valores como el respeto y el amor desde tempranas edades para evitar que jóvenes se integren a grupos delictivos.
“Muchos de nuestros niños y jóvenes crecen vacíos de amor, mendigando cariño caen en la redes de las pandillas que les dan un falso sentido de pertenencia o en bandas delictivas de narcotráfico, buscando dinero fácil.
“Cuando un joven sigue perdido en el camino es fácil que se confunda, revisemos qué cargan nuestros niños en su mochila emocional, hagamos sentir que pueden contar con nosotros”, agregó el obispo alajuelense, de origen español.
La última homilía a puerta abierta, del 2 de agosto, en la basílica de los Ángeles, se realizó en el 2019, antes de la pandemia.
En esta ocasión, no participó el presidente de la República, Rodrigo Chaves, quien dio positivo por influenza H1N1 y guarda reposo en su casa de habitación. En su representación asistieron los vicepresidentes Stephan Brunner y Mary Munive, además de ministros y presidentes ejecutivos del gabinete.
En esta misa, el presidente de la República y jerarcas del gobierno no emiten un discurso desde que los obispos católicos acordaron no ceder un espacio a las autoridades de Gobierno, en el 2017.
Respeto al marco legal y las instituciones
Durante su discurso, monseñor Bartolomé Buigues apeló a preservar el estado de derechos y la democracia que ha caracterizado a Costa Rica y así afianzar la “marca país”.
“Afiancemos los valores que inspiran nuestra convivencia, que son nuestra marca país, con la que somos conocidos internacionalmente, la institucionalidad democrática, el respeto al marco legal y marco de libertades, las garantías sociales, el estado de bienestar, el pacifismo, el respeto a la vida y los valores familiares y la amistad con el ambiente, construyamos un tejido social más justo”, indicó.
Por otra parte, llamó a contribuir con la protección del ambiente, e instó a los costarricenses a implementar principios sostenibles para cuidar el planeta.
“Existe también degradación ambiental que nos afecta en el cambio climático, nuestra casa común merece la misma atención que otros retos globales, hay que orientar los estilos de vida, los modelos de consumo, de manera más respetuosa con la creación y con el desarrollo humano.
“Incorporar los imperativos ambientales y sociales al modelo de negocios, asegurar la sostenibilidad de nuestros recursos naturales para las generaciones futuras, apreciemos la agricultura y ganadería y favorece el cuidado de la tierra y el ambiente”, expresó el clérigo.