La Arquidiócesis de San José decidió separar temporalmente de las labores pastorales de la Iglesia católica al sacerdote, Mauricio Víquez, luego de que movimientos gais denunciaran que él predica en público contra las parejas del mismo sexo, al tiempo que tiene prácticas homosexuales.
La suspensión es por tiempo indefinido, mientras se realiza una investigación para determinar su futuro dentro de la Iglesia, explicó en conferencia de prensa el obispo José Rafael Quirós, arzobispo de la arquidiócesis de San José.
Esto quiere decir que el cura no podrá oficiar misas públicas, ni administrar sacramentos. Además, se le quitó su representación como enlace entre la Conferencia Episcopal y la Asamblea Legislativa, donde el cura actuaba como vocero de la Iglesia en temas como fecundación in vitro, matrimonio gay y eutanasia ante los diputados.
Quirós advirtió de que la medida es cautelar y Víquez solo podrá oficiar misas privadas.
Sobre la separación temporal, el obispo Quirós dijo: “No estamos hablando de sanciones porque cuando se habla de sanciones es cuando se ha hecho todo un proceso penal, estoy tomando medidas cautelares pastorales”.
Víquez, un teólogo de la moral de 51 años, quien fungía como vocero de la Iglesia en temas de familia, se le abrirá una investigación formal basado en la publicación que La Nación hizo este miércoles, donde el sacerdote aceptó encuentros con personas homosexuales en su departamento, en San José.
Quirós dijo que debe reunirse con Víquez para que amplíe explicaciones sobre su comportamiento, ya que aclaró que en horas de la mañana de ayer conversó de forma breve con el sacerdote sobre el contenido de la publicación de este diario.
“Lo que él me manifestó es exactamente lo que sale en la publicación, no hay más”, dijo.
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Contra la pared. Víquez, reconocido por sus fuertes planteamientos en favor del matrimonio entre hombre y mujer como el único válido, aceptó hablar sobre las denuncias de doble discurso que le achacan los grupos de defensa de los homosexuales. Movimiento Diversidad y Asociación Pro Derechos Humanos Igualitarios.
Ambas organizaciones habían enviado notas por separado a la Conferencia Episcopal, presidida por Quirós, el pasado 18 de marzo, en las que acusaban una doble moral de parte de Víquez.
Los denunciantes reclaman que Víquez tiene encuentros íntimos con personas homosexuales, al tiempo que, en su función como vocero de la Iglesia increpa y señala a los homosexuales como una amenaza para la familia.
En la entrevista publicada este miércoles, el sacerdote aceptó que ha sostenido conversaciones de contenido sexual con personas gais y que ha cometido errores en ese sentido, aunque cuestionó lo que debe interpretarse como un “encuentro homosexual”.
“Si encuentro es la parte sexual, digamos, física, le voy a decir que no, pero ahora, el tema es si eso implica salir, estar en el departamento conversando, tomando algo, que un abrazo, obviamente es otra cosa (...). Un abrazo, un beso, bueno, esas cosas pueden ser”, dijo.
En redes. En una publicación en su perfil de la red Facebook, Víquez se pronunció sobre la publicación, y sobre su vocación sacerdotal, y apeló a la misericordia.
“Ante la publicación de La Nación , solo tengo que agregar, que soy sacerdote, que seguiré viviendo como tal, que mi vida -como la de todos- ha tenido errores, pero que siempre en mí, será más fuerte, la certeza de la misericordia, y el anhelo de seguir por este camino humano, que hasta ahora, me ha hecho feliz”.
Homosexualidad en la Iglesia. En la conferencia de prensa también estuvo presente monseñor Ángel Sancasimiro, quien aceptó que hay homosexuales en el presbiterio, pero recalcó que esa condición no es pecado.
“No se trata de crucificar al padre Víquez, se trata de tenderle la mano para poder también ayudarle (...). Entonces, yo pienso que estas situaciones, pues no es que deben ser..., hasta cierto punto son normales, porque estamos tratando con seres humanos”.
En la entrevista hecha a Víquez, el cura afirmó que el tema de la homosexualidad en la Iglesia no se podía obviar, aunque no hay claridad sobre cuántos hay.
“A veces los porcentajes son muy relativos, pero el hecho de que haya homosexuales en el presbiterio, ¿eso es algún pecado? Eso no es ningún pecado. Yo creo que la iglesia acoge a todos, hetero y homo, lo importa es que nos pide a ambos el mismo camino: el seguimiento de Jesús”, aseveró sobre este punto San Casimio.
Respecto al tema, Quirós agregó: “La Iglesia está conformada por seres humanos y, dentro del clero, tenemos seres humanos y no proceden de ningún otro lugar, sino de la misma sociedad. Y aquello que afecta a la sociedad muchas veces se manifiesta en la Iglesia y en el clero”.
“Perfectamente puede darse y se habrá dado de sacerdotes que tienen está tendencia homosexual. Ha de quedar claro que cuando la Iglesia, cuando nosotros proponemos el seguimiento de Jesús (lo hacemos) tomando en consideración que la propuesta del señor es exigente, y es exigente para todos. Así como exige a los casados, como exige a cualquier fiel, con mayor razón a nosotros sacerdotes”