El Gobierno planea cobrar un 5% más de impuesto sobre las remesas que una persona o empresa costarricense envíe al exterior por la adquisición de servicios fuera del territorio nacional, durante los próximos dos años.
Dicho incremento es parte de la propuesta de estabilidad económica que el Gobierno negociará con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a partir del mes de octubre, con la idea de sanear las finanzas públicas.
Este tributo, conocido como impuesto sobre las remesas al exterior, es un gravamen a las ganancias generadas en Costa Rica por trabajos o negocios realizados en territorio nacional, pero hechos por personas físicas o jurídicas no domiciliadas en el país.
El cobro lo hace la persona o empresa que adquiere el servicio en el país. El costo lo asume el proveedor en el extranjero, que podría ser un consultor internacional o una compañía transnacional, pero a veces corre a cuenta del comprador.
Así lo explicó Priscila Piedra, socia de impuestos de Deloitte, quien agregó que el gravamen se calcula sobre el monto de lo pagado.
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La idea del Gobierno es incrementar en un 5% cada una de las tarifas tributarias definidas en la reforma fiscal del 2018 y que entraron en vigencia en julio del 2019. Estas oscilan entre el 5,5% y el 50%.
Así, los contribuyentes de este impuesto pagarían un 10,5%, por ejemplo, por servicios de reaseguros o primas de seguros de cualquier clase, en vez del 5,5% actual.
Por la compra de una telenovela en el extranjero, que tiene la tasa impositiva más alta con el 50%, se retendría hasta un 55% si prospera la reforma.
El ajuste planteado es el siguiente:
- Transporte y las comunicaciones: pasaría del 8,5% al 13,5%
- Pensiones, jubilaciones, salarios y cualquier otra remuneración en relación de dependencia: del 10% al 15%
- Honorarios, comisiones, dietas y otros sin relación de dependencia: del 25% al 30%
- Reaseguros, reafianzamientos y primas de seguros de cualquier clase: del 5,5% al 10,5%
- Películas cinematográficas, películas para televisión, grabaciones, discos fonográficos, historietas y, en general, cualquier medio de difusión similar de imágenes o sonidos, así como por la utilización de noticias internacionales: del 20% al 25%.
- Por radionovelas y telenovelas: del 50% al 55%
- Intereses, comisiones y otros gastos financieros, así como por los arrendamientos de bienes de capital pagados por personas físicas o jurídicas domiciliadas en Costa Rica o entidades o personas físicas del exterior: del 15% al 20%.
- Por cualquier otro pago basado en intereses, comisiones y otros gastos financieros: del 15% al 20%
- Asesoramiento técnico-financiero, patentes, suministros de fórmulas, marcas de fábrica, privilegios, franquicias y regalías: del 25% al 30%.
- Otras remesas de rentas de fuente costarricense: del 30% al 35%
- Por pagos a no domiciliados, con ocasión de espectáculos públicos que ocasionalmente se presenten en el país: del 15% al 20%.
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La propuesta de más impuestos
El plan del Poder Ejecutivo forma parte de las medidas temporales para aumentar la recaudación por tributos durante cuatro años, del 2021 al 2024, hasta por ¢4,2 billones, de un total de ¢6,4 billones que pretende generar en la parte de ingresos la propuesta que se presentará al FMI.
Por retención de impuesto por remesas al exterior, Hacienda pretende ingresar ¢65.707 millones en los dos años que estaría vigente el incremento, del 2021 al 2023. Ese monto equivaldría al 0,18% del producto interno bruto (PIB).
Otras medidas temporales planteadas por el Ejecutivo en la parte de ingresos son el cobro por dos años de una sobretasa de hasta el 10% en los impuesto de renta a salarios y empresas; y un impuesto por transacciones bancarias del 0,3% en los primeros dos años y del 0,2% en el tercero y cuarto año.
Con la primera medida, Hacienda espera recaudar ¢518.300 millones y con las transacciones bancarias, ¢3,6 billones (millones de millones).
Piedra indicó que el gravamen a las remesas al exterior es un impuesto común en un mundo globalizado como el de ahora.
Es tan así que, según datos de Hacienda, en el 2019 se recaudaron ¢197.426 millones y este año la proyección es ingresar ¢180.000 millones.
Sin embargo, la experta advirtió que puede que los proveedores no quieran realizar trabajos en el país porque les resultaría caro, añadió.
Piedra explicó que este tipo de impuesto sería el mismo que una empresa pagaría a Hacienda si está domiciliada en el país.
"Por ejemplo, en el caso del trabajador al que yo le pago el servicio. Él es estadounidense y viene por un periodo de tiempo a hacer su trabajo. Realiza su trabajo por menos de seis meses, que es el tiempo establecido para los no residentes y, como no tiene cuentas en Costa Rica, yo le retengo el impuesto al hacer el pago.
“Otra forma de pago se da al adquirir una telenovela desde el exterior. Se paga una licencia y se retiene el impuesto. O una consultoría técnica de una firma extranjera dada en el país. Nosotros tenemos una renta de fuente territorial. Significa que lo que se produce en Costa Rica se paga en Costa Rica”, explicó la socia de Deloitte.