En el pasado reciente, el país nunca registró tantos indecisos a dos meses y medio de unas elecciones nacionales. La más reciente encuesta de intención de voto del CIEP de la UCR, de cara a los comicios del 2022, reflejó algo inusual.
Lo común ha sido que los indecisos se reduzcan conforme avanza la campaña, pero esta vez pasó lo contrario: los indecisos crecieron de un 48% a un 53% entre las encuestas reveladas los días 3 y 24 de noviembre.
Además, la mayor parte de esos indecisos son personas con una alta disposición a votar, pero no sabe por quién.
De acuerdo con el politólogo Ronald Alfaro, coordinador de la Unidad de Opinión Pública del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), estos datos reflejan la alta volatilidad entre los electores, quienes pueden dar marcha atrás después de haber decidido votar por algún aspirante por un nuevo hecho. Los acontecimientos de cada semana pueden resultar determinantes en la intención de voto, conforme se acerque el 6 de febrero del 2022.
“A estas alturas, en el 2017, e incluso en el 2013, el porcentaje de indecisión era bastante menor, no más arriba del 40%. En este momento, la indecisión es la más alta que hayamos visto a estas alturas de la campaña.
“Esto habla de que en el contexto electoral hay movimientos muy fuertes de cambio de partido, cambio de preferencias y volatilidad. Hay una enorme fluidez en las preferencias de los votantes que tienen esa gran incertidumbre, que están confundidos, que están angustiados también, de no saber por quién votar. Entonces se dan esos movimientos”, afirmó.
En noviembre del 2017, rumbo a los pasados comicios nacionales, el porcentaje de ciudadanos indecisos era de un 37% en noviembre, es decir, 16 puntos porcentuales menos que en este momento.
La cifra fue aún menor en noviembre del 2013, antes de los comicios del 2014. El porcentaje de indecisos era de poco menos del 30%.
“Normalmente, lo que observamos en las encuestas es que al inicio de la campaña hay una mayor cantidad de personas indecisas y, conforme van pasando las semanas, eso va disminuyendo, pero acá tenemos un fenómeno que otra vez vuelve al 53%”, puntualizó el investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR).
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De acuerdo con el politólogo del CIEP, este fenómeno ocurre en un contexto de alta debilidad de los partidos políticos, con organizaciones que no cuentan con bases electorales amplias o definidas.
“En todos los partidos, lo que estamos observando son bases electorales muy pequeñas y, entonces, los partidos tienen que salir a resolver dos problemas: uno es lograr atraer apoyo de afuera de esas bases, tratar de convencer a esas personas y, al mismo tiempo, evitar que ocurra lo que ha estado ocurriendo en algunos casos, que es la fuga; es decir, votantes que estaban matriculados y, después, surgen hechos, fenómenos, situaciones que desencadenan la posibilidad de que una persona diga ‘bueno, la verdad es que esta persona no es con quien más me identifico’ y entonces hay una reducción del apoyo.
“Los partidos están en ese dilema: ganar apoyo y evitar que lo poco que tienen se les vaya a ir”, concluyó Alfaro.
Para la encuesta revelada por el CIEP el 24 de noviembre, un hecho determinante fue el caso Diamante, que implicó la detención de seis alcaldes, seis de ellos del Partido Liberación Nacional (PLN), por presuntos actos de corrupción en obras públicas.
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