El tiempo y los estatutos del PLN ponen a José María Figueres contra las cuerdas para que aclare si aspirará o no a la candidatura por la Presidencia de la República en las elecciones de febrero del 2018.
Según las reglas vigentes, si el exmandatario desea aspirar a la papeleta presidencial del Partido Liberación Nacional (PLN), debe renunciar a más tardar en abril próximo. Otra posibilidad es lograr un acuerdo de Asamblea Nacional para reformar el estatuto actual.
Lo anterior, en vista de que el artículo 124 del Estatuto del Partido, señala que no podrán ser electos como candidatos a la Presidencia de la República “quien hubiere ejercido durante el año anterior a la Convención Nacional (...) funciones dentro del Comité Ejecutivo Superior” de la agrupación.
La regla apunta a los intereses esbozados por Figueres desde que volvió al país en el 2011, luego de siete años de ausencia tras ser cuestionado por recibir dinero de la francesa de telecomunicaciones Alcatel.
Este diario consultó al expresidente 1994-1998, sobre si renunciará o no a la presidencia del PLN para cumplir con el estatuto, y aspirar a la candidatura presidencial. La contestación de Figueres fue: “Pensamos en el país, con ‘p’ mayúscula, y la importancia de los gobiernos municipales; por eso estamos completamente comprometidos a llevar a las mejores personas, nuestros candidatos liberacionistas al triunfo en las próximas elecciones municipales del 7 (de febrero)”, dijo.
El resultado de las elecciones municipales del próximo febrero es visto como un termómetro político de la aceptación de los partidos nacionales en los 81 cantones del país.
Figueres ya había adelantado que el PLN podría alcanzar un 60% (entre 49 y 50) de las alcaldías, con lo que su cálculo es más bien a la baja, pues actualmente domina en 58 municipios.
Su impulso a un relanzamiento del Partido, con un acento de izquierda en lo social y un llamado a la ética, lo acompañan en sus giras por el país, en las que impulsa la candidatura de los aspirantes a alcalde, sin negar nunca, ni aceptar, un interés propio en volver a la Presidencia de la República.
Otra vez, quitado. Esta no sería la primera vez que Figueres prefiere apartarse de la contienda electoral al enfrentar una baja aceptación popular. En víperas de la Navidad del 2011, Figueres regresó al país y hubo revuelo ante la posibilidad de que se sumara a la pelea electoral para el 2014.
En esa ocasión se presentó con la voz quebrada frente a periodistas mientras comía un tamal típico de la época en casa de su madre, Karen Olsen, en Curridabat.
Sin embargo, la noche del 31 de octubre del 2013, mediante un comunicado, informó de que no quería ser presidente de la República en esas justas del 2014.
Su anuncio se dio seis horas antes de que La Nación publicara una encuesta en la que se señalaba que Figueres estaba muy por debajo del precandidato presidencial Johnny Araya.
El proceso electoral siguió y dejó al actual candidato a alcalde josefino, como único aspirante verdiblanco. No obstante, el rechazo expresado en las encuestas también lo hizo renunciar, lo que le permitió al candidato del Partido Acción Ciudadana, Luis Guillermo Solís, ganar en una segunda vuelta, con un histórico apoyo de 1,3 millones de votos.
Poco después, Figueres se batió en un pulso por el control del PLN con el también expresidente de la República, Óscar Arias Sánchez, quien impulsó la candidatura del exdiputado Francisco Antonio Pacheco para presidir la agrupación verdiblanca. Figueres ganó el pulso, y el 7 de febrero del año pasado se le declaró presidente del Partido. Desde entonces, ha mostrado un interés fuerte en mantenerse activo en la escena política.