Las renuncias de Gloriana López Fuscaldo a la presidencia ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y del directivo Jimmy Monge Sandí, dejaron a la Junta Directiva de esa institución sin el quórum estructural necesario para poder sesionar.
“Según lo establece la Procuraduría General de la República en sus criterios vinculantes, todo órgano colegiado de la Administración Pública para poder sesionar debe contar con el quórum estructural, esto es, con el nombramiento vigente de la totalidad de sus miembros”, indicó la asesoría jurídica del PANI, ante consulta planteada por La Nación al área de prensa.
La salida de López se concretó el 19 de junio, mientras que la de Monge se dio un día después. La ley del PANI establece una composición de cinco integrantes para la Junta Directiva (una presidencia ejecutiva y cuatro directivos).
Si bien el pasado 3 de julio el Consejo de Gobierno designó al viceministro de Trabajo del Área Social, Juan Manuel Cordero González, como presidente ejecutivo del PANI “por el periodo legal correspondiente”, según el acta de la sesión, trascendió que esta semana finalizó el recargo.
“Era algo momentáneo, para poder darle continuidad a las gestiones administrativas, se le solicitó esta colaboración, pero en ningún momento se pensó que él fuera a darle continuidad a este puesto”, indicó la segunda vicepresidenta Mary Munive.
El gobierno había seleccionado al fiscal Edgar Ramírez como su nuevo presidente ejecutivo del PANI; sin embargo, la Corte Plena le rechazó el permiso y posteriormente un recurso de reconsideración, quedando en firme la negativa e imposibilitando que se pueda apartar de sus funciones.
Ante esta situación, el próximo lunes 7 de agosto dará inicio al proceso de entrevistas para las designaciones, según señaló la vicepresidenta.
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