Sandra Bojorge se repuso de un derrame, Xinia Ramírez venció el cáncer de cérvix y Johanna Robleto lucha contra una depresión.
Empezar de cero nunca ha sido problema para estas peladoras de camarón de Puntarenas, a quienes golpea con más fuerza el desempleo y la crisis económica que atraviesa la provincia.
Encabezadas por Jacqueline Membreño, ellas conformaron la Asociación de Mujeres y Hombres Luchadores de la Perla del Pacífico, una organización que agrupa a 120 personas peladoras, principalmente mujeres.
Ante la falta de fuentes de ingresos urgía pedir auxilio estatal, pero la principal condición para hacerlo era estar constituidas como grupo.
Entonces, Jacqueline puso manos a la obra y corrió con el papeleo. El 5 de agosto del 2018, la organización ya era un hecho.
De esta forma, Jacqueline Membreño, vecina del precario Bella Vista, en El Roble, ha podido buscarles ciertos beneficios a muchas de las integrantes.
Entre estos, un subsidio de ¢80.000 mensuales que otorga el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) a personas peladoras que estén asociadas y que cumplan con una serie de requisitos. En el caso de ellas, deben estar estudiando, cuentan.
Johanna, por ejemplo, estudió computación y está sacando el noveno año de colegio en el Instituto de Educación Comunitaria (IPEC), una de las opciones para adultos del Ministerio de Educación Pública (MEP).
“Yo quiero ganar eso para ser policía, ya sea penitenciaria o, si sigo estudiando, para trabajar en la PCD (Policía de Control de Drogas)”, comparte esperanzada.
Según cuenta, haberse topado con Jacqueline ha pintado un nuevo panorama para ella y para sus compañeras, aun en medio de tanta dificultad.
“Hemos sobrevivido gracias a Dios, al IMAS y con la ayuda de Jacqueline. Ella se mueve demasiado. Va y habla por nosotras, para que nos ayuden. No solo piensa en ella y en sus amigas, sino que se preocupa por todas. La queremos mucho”, exalta Johanna.
Del mismo criterio es Gineth Calvo, vecina del barrio Fray Casiano y también integrante de la Asociación.
“Ella (Jacqueline) es una líder, es algo impresionante”, expresa.
Y para muestra, un botón. De poder pedir un deseo, ¿cuál pediría?, le consultó este medio a la líder comunal.
“Yo pediría, para todas, para poder hacerles la fiesta del Día de la Madre a las peladoras de camarón, para que tengan una alegría, porque la mayoría están enfermas, entonces quisiera que me pudieran colaborar con eso”, responde sin dudar.
Respiro emocional
En la Asociación no solo encuentran apoyo económico, sino también una red de acompañamiento entre las mismas mujeres. Esto les facilita sobrellevar otro tipo de cargas, como la violencia.
De hecho, sobre todo en época de veda, cuando los pescadores no salen a altamar, sino que se quedan en casa, aumentan los casos de agresión doméstica, corrobora el estudio Mujeres Vinculadas al Sector Pesquero en Puntarenas: un Caso sobre la Feminización de la Pobreza, elaborado por la Fundación Arias para la Paz.
Según la Unidad Regional del Pacifico Central del Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), esta sede es la que da más atenciones al año por gestiones relacionadas con violencia. Reciben entre 800 y 1.000 consultas.
Asistencia estatal
Producto de la falta de empleo y de la infructuosa labor gubernamental y local por formar a los puntarenenses en oficios distintos a la pesca, el IMAS ha implementado nuevos programas de ayuda.
En Puntarenas, como la Asociación de Mujeres y Hombres Luchadores de la Perla del Pacífico existen otros grupos organizados que demandan apoyo estatal.
Según corroboró Juan Luis Bermúdez, presidente ejecutivo del IMAS, debido al fallo de la Sala Constitucional sobre la pesca de arrastre de camarón, desde el 2018, una directriz del Ministerio de la Presidencia obliga a esta entidad a dar un subsidio a peladores y peladoras, tripulantes de embarcación y tejedores y tejedoras de redes de pesca.
Se trata de 400 personas quienes, mensualmente, durante 11 meses, reciben una ayuda de ¢100.000, en el caso de los tripulantes y los tejedores, y de ¢80.000 las peladoras.
Los beneficiarios son 243 peladoras, 143 tripulantes de embarcación y 14 tejedores en quienes se invierten, en total, ¢385 millones al año.
Adicionalmente, el IMAS otorga asistencia a pescadores en situación de veda, período de tres meses en que los pescadores no trabajan porque, durante ese tiempo, se protege un área de reproducción de especies del golfo de Nicoya.
Este año, la veda está programada para agosto, setiembre y octubre. Durante esos meses, 1.500 pescadores artesanales recibirán ¢145.000 por mes. Un 51% de ellos son hombres, y un 49% son mujeres.
La inversión en ellos es de ¢650 millones anuales.
Un tercer grupo de 697 personas que trabaja en actividades colaterales a la pesca también recibe ¢80.000 por mes durante la veda.
Se trata de 43 fileteadores, 97 cuerderos, 12 encarnadores y 555 molusqueros.
Para ellos se destinan ¢321 millones.
En total, aseguró Bermúdez, el IMAS invierte ¢1.356 millones en casi 1.100 personas.
Pobreza tiene rostro de mujer
Entre las dificultades que enfrentan en Puntarenas las mujeres peladoras de camarón, se encuentran las siguientes:
FUENTE: FUNDACIÓN ARIAS. || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.