El exdiputado evangélico del Partido Renovación Costarricense, Justo Orozco, aceptó ante la Fiscalía que hubo "galanteos" con la primera joven que lo acusó de abuso sexual, pero nunca la tocó ni besó.
Además, expresó su interés de conciliar con la muchacha de 29 años, quien acudió a una cita para conseguir trabajo, tras la cual –según denunció esta vecina de Naranjo, Alajuela– él la llevó a un motel en Pavas, en el oeste de San José.
Anoche, Noticias Repretel dio a conocer la declaración escrita de Orozco ante la Fiscalía Adjunta de Violencia Doméstica y Delitos Sexuales, el 23 de julio, la cual rindió en compañía de un abogado no identificado.
Hugo Navas, litigante que lleva el caso del líder evangélico, confirmó anoche que la declaración es real, pero él no está de acuerdo con ella ni consintió en que su cliente la diera.
Orozco fue detenido el martes 30 de junio en Pavas, cuando la mujer, de apellido Mairena, lo denunció por presuntos abusos a bordo de un auto.
Ella dijo que tuvo que huir del motel en Pavas adonde fue llevada y afirmó que nunca le dio motivos para que le hiciera eso.
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El café. En el documento de siete páginas de la declaración que hizo pública Noticias Repretel, Orozco sostiene que no cometió ningún abuso. Informó de que es diabético y que ese día no almorzó de la mejor forma y durante el incidente con la mujer, sufrió un ataque de hipoglucemia, condición sufrida por una baja en el nivel de azúcar en la sangre.
Reconoció que la citó frente a los cajeros automáticos detrás de la Asamblea Legislativa y que la llevó hasta su club en Hatillo, donde la presentó a algunos partidarios, de los que aportará a tres que le servirán como testigos.
Reafirmó que jamás tuvo la intención de cometer ningún abuso y que más bien quería ayudarla. Luego de la entrevista de trabajo, ambos estuvieron de acuerdo en compartir un café porque en la oficina nadie tomó y él lo necesitaba pues no almorzó suficiente.
"Los dos, en forma consensuada, queríamos un lugar apartado, para no dar de qué hablar, y ella consintió en eso; entonces salimos de mi oficina en el carro que andaba y comenzamos a recorrer lugares" en Pavas.
"En ese ambiente ameno de conversación, hubo galanteos recíprocos, únicamente verbales. Ella me decía que estaba muy feliz porque consideraba que había llenado las expectativas. Pero puedo reafirmar, como hombre que soy, que nunca le toqué nada, ni una pierna, mucho menos un beso, mucho menos un pecho", dice la declaración.
"Me sentía muy liviano, es que con la diabetes no se juega". Dijo recordar que la muchacha se bajó del carro y la vio caminar como a 75 metros del motel en Pavas. Él la siguió y le dijo que quería pedirle disculpas, que todo era un malentendido y que quería llevarla a la parada. Añadió que ella hablaba por teléfono, lloraba y entró en pánico.
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"La vi hablando con un señor, yo di la vuelta y vi que el señor la llevó a la Guardia Rural". Añade que él siguió insistiendo en llevarla a la parada.
Orozco declaró que nunca lo sorprendieron en flagrancia y tampoco lo persiguieron, que él llegó voluntariamente a la Guardia Rural a tratar de ayudar.
Incluso, cuando estuvo en la delegación de Pavas le insistió al jefe policial en que lo dejara hablar con ella, para aclarar la situación, pero el policía le dijo que ella no quería conversar con él.
Conciliación. De la Fiscalía General de la República se le comunicó que, de cumplirse con los requisitos legales, podría aplicarse la conciliación, la reparación integral del daño y la suspensión del procedimiento. Orozco dijo estar interesado en cualquier salida alterna o procedimiento especial.
Tanto el abogado de Justo Orozco, Hugo Navas, como el de Mairena, Santiago Arguedas, aseguraron a Noticias Repretel que todavía no habían leído a fondo la declaración del imputado.
Nota del editor: Esta versión fue actualizada a las 12 a. m.