Mercedes Peñas ya es primera dama, pero todavía hay detalles que no maneja. El puesto, que no existe legalmente, lleva ocho años de estar vacante y esta politóloga española quiere ir trabajando a dos bandas: conocer qué hay e ir poniendo su estilo y temas.
Aún tiene fresco el momento de la investidura presidencial de Luis Guillermo Solís (“emocionante”), pero ya cumplió también su primera jornada en Zapote (saludando, conversando y recopilando información”) y ayer sábado se desempeñó en una faceta a la que no pretende renunciar: fue a la Feria del Agricultor y a comprar cosas de la casa, después de una semana llena de ocupaciones.
Dice estar consciente de que su puesto también despierta expectación en la gente y desde ahora da algunas pistas de su estilo: en el terreno, en temas de desarrollo local que lleva años trabajando y sabiendo que a veces deberá ponerse también los tacones y cumplir con el protocolo. Cuándo se le preguntó cómo le fue en este plano, el 8 de mayo, responde: “Ahí lo llevamos”.
Hace ocho años de que no hay primera dama y es válido preguntar ¿cómo será esta vez?
Espero poder ser una primera dama activa, que participe en este momento histórico.
¿En qué tema?
Será en desarrollo territorial con trabajo desde lo local. Se necesita estar con la gente en los territorios y, como dice Luis, me pondré las tenis y estaré en el terreno. De vez en cuando, me pondré los tacones y acompañaré en las actividades protocolarias a Luis, pero quiero un trabajo más cerca de la gente, con esa visión de desarrollo.
Ya hay instituciones para ello.
Desde luego, mi trabajo no suplantará esas instituciones. Será acompañando procesos, la coordinación y el trabajo institucional. Yo no voy a marcar la agenda; voy a respetar a esa gente que ha sido nombrada por Luis Guillermo.
Es en lo que usted ha trabajado por años en Demuca (Fundación para el Desarrollo Local y Municipal de Centroamérica)
Sí, es en el ámbito local, pero en otra perspectiva. Será en el Gobierno y no ya en una fundación con proyectos puntuales. Quiero llegar al Gobierno para conocer qué iniciativas hay en la Casa Presidencial. El esposo de doña Laura no se ha involucrado y no hay una función de primera dama, pero sí hay una oficina de temas sociales.
¿Ha habló con antecesoras?
Quiero hacerlo porque para mí esto es algo nuevo y quiero escuchar sus opiniones y sus experiencias para hacer mi propuesta de trabajo aterrizada, con mi toque personal y siembre vinculada al desarrollo local (...) Yo conozco a Josette (Altmann, primera dama 1994-1998) personalmente. Es amiga y he hablado con ella, pero no me he sentado con lapicero y libreta.
Pero ya han pasado 20 años de que ella fue primera dama.
De todas se puede aprender algo, aunque es cierto que ha pasado tiempo. Yo soy producto de esta época también. Soy reflejo de esta sociedad con mujeres más incorporadas al trabajo fuera de casa, con vida profesional propia.
Usualmente, son funciones protocolarias, con tareas casi machistas, ¿cumplirá también con eso?
Bueno, son funciones más tradicionales. En lo protocolario trataré de acompañar a Luis en lo que deba acompañarle. Con la agenda de los visitantes, creo que quizás se pueda negociar. Trataré de tener una agenda no tan tradicional. Si quieren visitar el Hospital de Niños, que es un orgullo para Costa Rica, yo encantada acompaño, pero quizá se conjugue con otras actividades no tan tradicionales. Sé que como pareja de Luis tendré que recibir a esposas de jefes de Estado y es cuando le digo que me pondré los tacones y trataré de acompañarlo.
Dijo Luis Guillermo que usted es como su ‘Pepe Grillo’. ¿Seguirá siendo esa voz de la conciencia.
Espero que sí. Luis es muy aterrizado, pero entre los dos nos podemos equilibrar y yo espero seguir siendo su conciencia lúcida, aunque él ya la tiene. El ejercicio del poder aísla mucho y yo le tengo a la par. Siempre es bueno tener a alguien que dé a uno ese jalón.
¿Usted no podría aislarse?
Lo que pasa es que, creo, las mujeres somos muy aterrizadas. Espero valerme de mi vínculo con mi hija y mi familia, combinar lo privado y lo público puede mantenerlo a uno en su espacio. Los papás de los amiguitos de mi hija, los vecinos... esos entornos de siempre.
Don Luis Guillermo dijo que quiere seguir siendo el mismo, pero a veces es imposible. Ya no podrá ir a dejar a su hija a la escuela.
Yo ya hablé para llevarla yo. No quiero perder ese espacio. Evidentemente habrá días que no pueda por un viaje, pero es que ya me pasaba en mi trabajo en Centroamérica. Trataré de ayudarme con mi entorno, con mi cuñada o los hijos mayores de Luis, que han sido muy solidarios. Espero que ese círculo siga fuerte acompañándome y acompañando a Inés. Estoy segura de que Luis sacará tiempo para los hijos. Yo le recordaré ese compromiso con los hijos y conmigo.
¿Se le reconocerá igual su papel, aunque no tenga un matrimonio con don Luis Guillermo?
Nunca me han pasado esa factura hasta la fecha y espero que siga así. Hay mucha gente que no está casada y vive en pareja como nosotros. Es igual que un matrimonio: nos queremos, somos monógamos, aportamos a la familia y somos solidarios en el cuido de Inés y de casa, con tareas divididas. Tengo una relación igual de estable y estoy muy contenta. Para mí, eso es lo que importa. Entiendo que hay quienes le ponen un valor diferente, pero nunca he sentido esa diferencia.
Antes no tenían notoriedad.
Ya, pero esa situación no cambia. Muchas mujeres y muchos hombres tienen esta situación.
¿Es un mensaje suyo de afinidad para familias que no cumplan con cada letra de lo tradicional?
Es verdad que puede haber un grupo con una visión distinta, pero creo que aquí el respeto a la diferencia ha sido un valor importante. Me siento respetada y, de momento, no vamos a cambiar nuestro estatus. ¿Simbólicamente es importante para estas otras parejas? Puede ser, pero no nos lo estamos planteando así; es solo una nuestra realidad.
¿Dijo usted “de momento”?
No vemos que debamos casarnos. Digo “de momento” para decir que no está en nuestros planes .
¿Usted es católica?
Voy poco a misa. Estuve el sábado (3 de mayo) en una organizada por los vecinos en Santa Teresita.
Hay países donde la primera dama acaba cogobernando, como Nicaragua. ¿Es eso opción aquí?
Yo opinaré en lo que me consulte y en lo que crea puedo aportar, pero no asumiré otros roles. Yo no soy la persona electa. Es Luis y sus vicepresidentes, y tiene un gabinete.
¿Ha podido ver cómo actúa la esposa de Mariano Rajoy (presidente del Gobierno español)?
En España, las esposas de los presidentes no tienen ninguna función. En España las figuras protocolarias son el rey y la reina.
Le parece bien que exista aquí la figura de la primera dama
Es histórico y es tradicional.
Hay muchas cosas históricas y tradicionales que se cuestionan.
Pero eso se lo tiene que preguntar Costa Rica; no yo. El pueblo debe preguntarse muchas cosas sobre el modelo de Estado y sobre el papel de la primera dama.