El Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) rechaza que la tormenta tropical Bonnie, ocurrida en julio del 2022, fuera el origen del daño que sufrió la pista del aeropuerto Daniel Oduber, en Liberia, como alegó el exministro Luis Amador para justificar la inclusión extemporánea de su arreglo en un decreto de emergencia.
Ana Luisa Elizondo, coordinadora del Programa de Infraestructura del Transporte del Lanamme, manifestó que desde el 2016 se venía detectando un “deterioro importante” y que al año siguiente la empresa española Ineco, que realizó un estudio sobre el estado de la pista, lo planteó como un problema serio de atender.
“Desde el 2017 ya se sabía que la estructura de pavimento se veía afectada por las aguas”, aseveró Elizondo, quien señaló que la situación también fue constatada posteriormente por el Laboratorio mediante otro estudio realizado cuatro meses antes de que ocurriera el fenómeno climatológico.
“Nosotros no podemos decir cuánto fue el efecto (de Bonnie), pero ya la pista venía con una recomendación desde 2017 de que había que reconstruir. O sea, si estaba dañada y la tormenta hizo algo, lo que hizo fue empeorar la situación que ya había. ¿En qué medida?; no sabríamos decirlo”, manifestó en entrevista con La Nación.
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En un oficio enviado a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Amador señaló que los daños sufridos por la pista luego de la tormenta fueron imperceptibles. De esa forma, justificó la inclusión, en junio del 2023, de ese arreglo en un decreto emitido casi un año antes para atender la emergencia provocada por la tormenta.
La medida permitió otorgar la reparación a la constructora MECO por ¢21.800 millones. El contrato para los arreglos no pasó por el proceso de revisión de la Contraloría General de la República (CGR), ya que esa institución carece de competencias para conocer contrataciones hechas bajo la Ley Nacional de Emergencias y Prevención del Riesgo.
El pasado 12 de marzo, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, anunció la destitución de Luis Amador como jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), tras indicar que supuestas irregularidades habrían permitido contratar la reparación en el aeropuerto con un sobreprecio de ¢1.000 millones.
Advertencia antes de Bonnie
Cuatro meses antes de que ocurriera la tormenta Bonnie, Lanamme ya había advertido sobre el deterioro de la pista de aterrizaje del Daniel Oduber y la necesidad de reconstruir su superficie.
Dicha recomendación consta en un informe emitido por esa institución, en marzo del 2022, donde se determinó el PCN (Número de Clasificación de Pavimento, por sus siglas en inglés) y el ACN (Número de Clasificación de Aeronaves, en inglés) en la pista, calles de rodaje y la plataforma de la terminal liberiana.
El ACN es un valor asignado a un tipo de aeronave que indica la carga relativa que esta impone en la pista de aterrizaje durante el despegue, aterrizaje o rodaje. En tanto, el PCN es un número que establece la capacidad de carga de una sección específica de pavimento. La relación entre ambos indicadores determina si el pavimento puede soportar el peso de la aeronave.
El análisis arrojó resultados superiores a 1,05, lo que se considera estado crítico e indica que la estructura debía intervenirse de forma inmediata. Por ejemplo, en los primeros 1.400 metros de la pista, donde aterrizan las aeronaves, el valor registrado fue de 6,1, muy por encima del rango aceptable o flexible, que se sitúa entre 0,5 y 1,05.
Tras el estudio, los expertos señalaron la necesidad de una reconstrucción para reforzar tanto el pavimento como la subrasante en las secciones más críticas. Aunque no se analizaron los drenajes de la pista, también se recomendó su mejora urgente en los primeros 1.400 metros, tras observar agua empozada en la superficie.
Rolando Castillo, director del Lanamme, detalló que el informe se presentó a Alexánder Sánchez y David Rojas, miembros de infraestructura de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC).
La Nación consultó a la DGAC si antes de la tormenta Bonnie se realizaron los estudios sugeridos sobre los drenajes de la pista o si existen registros históricos de afectaciones causadas por agua en la superficie de ruedo de la terminal. No obstante, al cierre de esta publicación no se había recibido respuesta.
Daños imperceptibles
Luis Amador sostuvo que los daños ocasionados por Bonnie en la pista del Daniel Oduber fueron imperceptibles en los días posteriores al evento. Así lo indicó en un oficio enviado a Sigifredo Pérez, director ejecutivo de la CNE, el 3 de julio del 2023.
Doce días antes, la Junta Directiva de la Comisión, en una sesión celebrada en la Casa Presidencial, había acordado incluir al aeropuerto de Liberia en el plan de atención de emergencia emitido en julio del 2022.
En el documento, el entonces ministro justificó la inclusión “extemporánea” del arreglo a pesar de que, según lo establecido en la Ley Nacional de Emergencias (artículo 38), las instituciones públicas disponen de un plazo máximo de dos meses para presentar un informe oficial de los daños después de un fenómeno.
Amador explicó que durante la inspección para el primer informe de daños del 2022, la afectación de la pista no era perceptible debido a que la acumulación de agua se produjo inicialmente en los terrenos cercanos a la pista y el proceso de deterioro ocurría en la parte inferior del pavimento.
El exministro argumentó que la pista se encuentra rodeada de una amplia llanura que recibió la acumulación de las precipitaciones durante la tormenta Bonnie, lo que generó un retraso en la evacuación y movimiento del agua hacia el suelo.
Además, señaló que una de las capas geotécnicas de la estructura está compuesta de arcilla, la cual, debido a sus características, provocó que el agua quedara atrapada, aumentando la porosidad y generando una pérdida de resistencia en el pavimento.
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Después de su destitución, Amador dijo que no preparó, revisó, ni aprobó los términos de referencia del concurso, sino que esa responsabilidad recayó en la CNE y la DGAC.
El pasado lunes, ingenieros de la Unidad de Aeronáutica de la DGAC denunciaron en el Congreso haber recibido presiones del exministro y del entonces director de la Dirección, Fernando Naranjo, para certificar el año pasado una relación inexistente entre los daños que presentaba la pista del aeropuerto y el impacto de la tormenta Bonnie.
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La Fiscalía mantiene una investigación abierta desde enero por el supuesto delito de falsedad ideológica, bajo el expediente 24-000030-1218-PE. En la causa, además de Amador, también figuran el presidente Rodrigo Chaves; la ministra de la Presidencia, Natalia Díaz; el presidente de la CNE, Alejandro Picado; y el exdirector de Aviación Civil, Fernando Naranjo.