Incómoda y molesta por la negativa de la cúpula del Partido Liberación Nacional (PLN) de separar al secretario general, Gustavo Viales, la expresidenta de la República, Laura Chinchilla Miranda (2010-2014) se apartó “indefinidamente” motivada por llamar la atención de una agrupación que ve morir lentamente.
En entrevista con La Nación, dijo sentirse sorprendida por el efecto de su salida, uno más amplio de lo que esperaba. Reconoció que la agrupación que la llevó la Presidencia sirve como plataforma para que algunos atrincheren su “mediocridad” en las estructuras, aunque advirtió que la democracia costarricense también depende del PLN.
- ¿Qué respuesta ha recibido después de su separación del PLN?
- Fue difícil, fue duro, pero estaba convencida de que era indispensable y una vez que yo tomo las decisiones, las mantengo, salvo que hay alguna cosa mayor, pero en este caso siento que era necesario y lo que ha sucedido inmediatamente después me confirma que era necesario porque yo no me imaginé un nivel de manifestaciones tan amplio como el que se ha dado. Gente por supuesto que es sobre todo liberacionista, pero también gente de otros partidos que ponen en evidencia el problema que va más allá de la Liberación.
“De manera que siento que a la larga, efectivamente, puede haber valido la pena esta decisión… Mi intención era estrictamente llamar la atención a Liberación sobre las dificultades”
- Desde la candidatura de José María Figueres ya había un desánimo de su parte.
- Yo he sido una persona bastante disciplinada. A mí me gusta jugar de acuerdo con las reglas de las organizaciones a las que pertenezco… Quiero destacar que en las dos últimas elecciones no quedaron mis candidatos, o sea, en las dos ocasiones yo perdí. Pero creo que nadie lo notó porque al igual me sumé a ayudarles. Entonces, no, en mi caso yo creo que no ha habido desánimo. Sí ha habido preocupación. Preocupación, básicamente, en dos direcciones: una, me parecía que las respectivas candidaturas no necesariamente podían garantizar el triunfo, cosa que quedó en evidencia. Pero, segundo, que una vez que se perdieron esas campañas seguimos actuando como si no hubiese pasado. Y seguimos teniendo las mismas personas, aspirando a volver a hacer lo mismo, de la misma manera. Si seguimos así, Liberación termina por desaparecer.
- El expresidente Óscar Arias señaló a los dirigentes y los que participaron en la campaña y sugirió que renunciaran, ¿se refiere a los mismos?
- Los expresidentes tenemos que dar un paso atrás, pero no basta con eso. Los que han tenido la oportunidad de salir como candidatos de Liberación Nacional tienen que dar un paso atrás y necesitamos que las estructuras actuales de Liberación, muy especialmente en el Comité Ejecutivo, podamos también hacer una renovación.
- ¿En esta última elección qué falló en el PLN?
- Yo creo que no podemos seguir yendo a elecciones haciendo una apuesta a que los contendores de Liberación van a ser tan malos, tan mediocres, tan ignorantes, como para que eso nos haga pasar. Yo reconozco que en esta ocasión íbamos con un candidato, desde el punto de vista de la experiencia, la trayectoria y el conocimiento de la cosa pública, muy sólido, un expresidente. Y también reconozco que llegamos muy lejos, pero la apuesta básicamente era contra quién vamos a competir y creo que en ese sentido se minimizaron esos riesgos. Yo creo que siempre tenemos que competir imaginando que vamos contra el mejor… definitivamente la gran debilidad de José María (Figueres) era que tenía un techo muy bajo.
- En su nota expone a un partido omiso, mediocre…
- Habla de un partido que pareciera estar absolutamente despegado de la realidad, que no tiene conciencia de las demandas y aspiraciones de sus bases, de la gente y que, en consecuencia, se niega a transformarse, a reformarse a sí mismo.
- En su carta también habla de amenazas a la democracia como un desafío, que Costa Rica no está exenta a esas amenazas.
- Estamos a tiempo de tratar de proteger, fortalecer instituciones tan importantes como los partidos políticos. Pero no se trata simplemente de un enunciado, se trata de toda una movilización colectiva, porque los partidos son eso, son gente, son normas, son reglas que hay que ajustar a las aspiraciones de la gente. Si nosotros no somos capaces de salvar a Liberación Nacional aquí en Costa Rica, me temo que lo que tengamos hacia adelante sea un escenario mucho más ingobernable de lo que hemos visto hasta ahora.
- Van a ser partidos de garaje, partidos franquicia, que simplemente surgen al calor de las elecciones y que alguien alquila para poder proyectar su candidatura sin disciplina partidaria, sin doctrina, sin códigos de ética, ni reglas que regulen la militancia. Por eso es que se ha vuelto tan importante la lucha en favor de Liberación, porque es una lucha en el fondo por la democracia.
- ¿La reacción inmediata del Directorio Político ayer le resultó satisfactoria?
- Es que mis expectativas ya no pasan por esas autoridades de Liberación Nacional. ¿Me llama la atención? No, no, la verdad es que no, porque ya vi lo que podían dar.
- Además de lo que pasa por usted, ¿dimensionó el efecto que tendría en Liberación?
- Sí, claro, por eso la decisión fue tan difícil. Pero yo estoy convencida que tanto a nivel de organizaciones, casi que a nivel individual también, y de partidos y de países, a veces hay que acelerar algunas crisis para ver si de eso sale algo mejor, porque lo peor que le puede pasar a Liberación es languidecer. Es una muerte larga, prolongada, en donde simple y sencillamente, nunca nadie intentó un esfuerzo, digamos, con mayor arrojo. Y sí, fue una apuesta arriesgada. Ahora yo quiero decir que no me imaginé que los alcances fueran tan amplios. Creí que iban a ser más limitados.
- Finalmente, ¿qué pasó para que tomara la decisión de apartarse?
- A nadie debería sorprenderle lo que ha pasado, porque yo vengo diciendo estas cosas, pero yo diría que, sin duda alguna, lo que terminó de empujarme a llegar a las conclusiones que en el fondo yo no quería llegar fue precisamente las discusiones que tuvieron lugar en el Directorio con respecto al caso de la Secretaría General (que ostenta Gustavo Viales).
- Ya cuando un partido de la trayectoria de Liberación Nacional, con los líderes que ha parido Liberación Nacional no es capaz de definir quién tiene que dirigirlo en su puesto más importante, que es la Secretaría General, es un partido que de verdad está en problemas, en serios problemas y en este caso tenemos a una persona que no convoca, que no transmite los valores que necesitamos transmitir en nuestra gente y que en consecuencia está totalmente deslegitimado y no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo para poder salir de este problema.
- ¿A qué se debe esa resistencia?
- De alguna manera las estructuras se acomodan y se sienten ahí, tranquilas y muy cómodas donde están. Y claro, enfrentar a un secretario general no es fácil, no es fácil.
- Pero en este caso, como usted dice, es una persona que no convoca, cuestionado…
Entre otras cosas también porque sigue teniendo control del partido, es el funcionario que tiene más poder dentro del partido. El presidente es una figura decorativa, más bien que dependiendo quien esté puede tener más fuerza o no, entonces yo siento que no hubo voluntad de echarse el pleito. Se han utilizado excusas que me han parecido lamentables. Por ejemplo, utilizar una conversación con un funcionario del Tribunal Supremo Elecciones para decir que el Tribunal nos impidió hacer esa asamblea. Eso me parece hasta irrespetuoso con la autoridad electoral, porque es cierto, tuvimos esa conversación, yo estuve ahí y es cierto que los miembros del tribunal hicieron su trabajo en el sentido de decir hay que respetar una serie de principios del debido proceso. Pero eso no quería decir que nosotros no pudiéramos avanzar hacia un debido proceso.
- Don Gustavo Viales decía que las luchas hay que darlas en la casa, ¿qué opinión le merece su declaración?
- Yo hice lo que pude. Llegué hasta donde pude. Me parece, que ha sido un gran cinismo esa declaración. Porque lo que precisamente algunos han venido haciendo es atrincherarse. Su mediocridad, su ilegitimidad en las estructuras partidarias, o sea, puesto en otros términos, es gente que fuera de Liberación no valdría absolutamente nada.
- Ustedes hablan de nuevas generaciones, pues bueno, precisamente Gustavo Viales es una persona joven.
- Con mayor razón. Es una vergüenza. Es una vergüenza si queremos atraer a la juventud.
- ¿Cuál es su futuro político dentro de los partidos políticos (tiene 63 años)?
- Yo ya había renunciado y sigo reafirmando esa renuncia a cualquier aspiración político partidaria. A mí no me interesa volver a pelear por la presidencia de este país ni por una diputación… Yo al día de hoy no le pido a ningún liberacionista que deje Liberación Nacional, porque yo no les ofrezco una alternativa partidaria.
- ¿Se ve regresando al PLN?, ¿bajo qué condiciones?
- Eso sería hablar de hipótesis y no tiene ningún sentido. Lo que sí es claro es que yo quiero decir que esa fue una de las palabras que más revisé… utilizar ciertos términos en la vida, me parece que desde el punto de vista existencial, a muchos no nos gusta decir para siempre. Yo dije indefinidamente para no decir para siempre. Pero, por supuesto que mi renuncia es una renuncia categórica.
- ¿Cómo valora la actitud de la fracción liberacionista frente a los hechos que usted ha denunciado en redes sociales, como algunas acciones de Gobierno?
- Estoy convencida de que comparten preocupaciones mías, las mismas preocupaciones que yo. Me parece que han habido dos cosas que han jugado en este momento para que se sienta una fracción bastante ausente, como el resto de las fracciones. Una es el cambio de modelo, el hecho que inicien con sesiones extraordinarias no quiere decir que hay que claudicar, ni en la gestión de la agenda legislativa, ni mucho menos en el control político. Y número dos, un exceso de cortesía. Y me parece que las formas cuentan. Hay que dar el espacio a los gobiernos, pero no hay que guardar silencio, sobre todo si hay dudas. Si hay por lo menos dudas de que algunas de las acciones intencionadas o no ponen en riesgo valores fundamentales de nuestra democracia. Y ahí, si yo hubiese querido una posición un poquito más clara y firme de mi partido.