La expresidenta Laura Chinchilla le pidió al Congreso de los Estados Unidos investigar a Daniel Ortega y sus familiares por lavado de dinero y narcotráfico. De acuerdo con la exgobernante, dicha acción es necesaria en vista de que otros allegados del presidente de Nicaragua ya han recibido sanciones del Gobierno de EE. UU. por dicho tipo de crímenes.
Tal es el caso de Juan Carlos Ortega, hijo del líder del régimen sandinista y de su esposa, Rosario Murillo, quien fue sancionado por el Departamento del Tesoro en julio del 2020, por aparente lavado de dinero.
Chinchilla compareció este martes ante el Subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. En su comparecencia, la expresidenta urgió articular una ofensiva diplomática “más coherente” con los aliados del hemisferio y del resto del mundo, para evitar que Ortega consiga extender su régimen en las elecciones presidenciales de Nicaragua del domingo 7 de noviembre.
“Ortega debe pagar un alto precio por instalar un régimen al estilo de Corea del Norte en nuestra región”, dijo la exgobernante en su intervención.
Chinchilla también urgió a los Estados Unidos a eliminar toda forma de apoyo militar al ejército de Nicaragua, “incluyendo el apoyo por medio del Comando del Sur de Estados Unidos”, rama del ejército estadounidense que coopera con Centroamérica.
Adicionalmente, la exgobernante instó a EE. UU. a incrementar la ayuda humanitaria en dos vías: a los nicaragüenses que viven en el exilio y a los países que los reciben, particularmente Costa Rica y Panamá. Como parte de dicha asistencia, dijo Chinchilla, se requiere apoyo para vacunar a esta población contra la covid-19.
Además, pidió que el Congreso estadounidense les solicite a las organizaciones nacionales e internacionales de relevancia emitir informes actualizados sobre las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, y que corten los flujos financieros que financian al régimen Ortega-Murillo.
Riesgo para los Estados Unidos
Chinchilla les dijo a los congresistas norteamericanos que la represión sandinista provocó que, desde abril del 2018, unos 100.000 nicaragüenses hayan huido de su país, de los cuales un 80% se ha refugiado en Costa Rica.
Sin embargo, la exmandataria advirtió de que la oleada migratoria pronto se volcará hacia los Estados Unidos.“Se espera que en el 2021 al menos 60.000 nicaragüenses sean aprehendidos entre la frontera entre Estados Unidos y México”, declaró Chinchilla.
La expresidenta también enfatizó en que la crisis en Nicaragua tiene un efecto desestabilizador en toda la región, en particular porque las economías de los países centroamericanos están fuertemente interconectadas.
Chinchilla además advirtió que la seguridad de la región se ve amenazada por la creciente cooperación entre el régimen de Ortega y Rusia, lo cual, dijo, “crea el riesgo de alterar el balance razonable de fuerzas en Centroamérica”.